Capitulo 10

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Capítulo 9: del silencio, la calma y el miedo

En el Thousand Sunny, el archiconocido barco de los mugiwara, ocurría lo que podía ser denominado como momento absolutamente extraño y, tratándose de esta tripulación, absolutamente antinatural. No, Sanji no ha salido del armario. No, Franky no lleva pantalones. Y no, no me refiero al hecho de que uno de sus tripulantes tras haber sido transformado en un tigre gigante haya recuperado su verdadera forma, y esté planeando como acorralar a otra de las tripulantes en un rincón discreto y comérsela a besos, mordiscos, lametones y cualquier otra forma que se le ocurra (aunque podría ser). No, no me refiero a nada de eso.

Me refiero al silencio que reina en el barco.

Y para comprenderlo, tenemos que retroceder una hora, más o menos, hasta el momento en el que Nami se preparaba para zarpar, al fin, después de que su nakama peliverde recuperara su aspecto humano. Ya habían pasado casi una semana en la isla, y el log pose debería estar listo para guiarlos a tres nuevos posibles destinos, que esta vez NO dejaría escoger a su capitán, que bastante habían tenido con esa semana de locos , muchas gracias.

La akage preparó los instrumentos de navegación: cartas, diagramas de las mareas y los patrones climáticos, compás para preparar las rutas, mapas de la isla en la que se encontraban, lista de material necesario para cada tripulante (y presupuesto), información sobre la distancia entre islas…

Y, entonces, se le ocurrió mirar el log pose.

Aquel día sería recordado en la isla como "el día que se escuchó un grito tan fuerte que creyeron que iban a hundirse en el océano".

-¡LUFFY!

La navegante entró en la cocina como un torbellino naranja para agarrar a su capitán del cuello de la camisa y empezó a zarandearlo en todas direcciones. De no ser Luffy de goma probablemente le hubiera roto el cuello con las sacudidas, pero la cabeza del capitán se limitó a rebotar contra el suelo un par de veces.

-¡¿QUÉ HAS HECHO PEDAZO DE IDIOTA?!

-Yo no he… hecho… nada… Nami…-, el capitán lloriqueó, intentando que la akage (que había entrado en modo destrucción total) lo soltara. Pero la mujer estaba lo bastante furiosa para seguir así el día entero.

-¡¿CÓMO QUE NO?! ¡TE LO HAS CARGADO!

-¡Nami, para! ¡Lo vas a matar!

Franky y Usopp consiguieron, no sin llevarse unos cuantos arañazos, que la navegante soltara al moreno. Luffy se tambaleó y cayó de rodillas, sujetándose la cabeza, intentando que la cocina dejara de darle vueltas ante los ojos.

-¡PEDAZO DE IDIOTA!

-¿Qué le hiciste a Nami-swan, kuso de goma?

Pero antes de que Luffy pudiera responder a la pregunta-amenaza de Sanji, Nami volvió a lanzarse sobre él. Chopper chilló e intentó a agarrarla, pero la akage se lo quitó de encima de un empujón y sujetó a Luffy de los cachetes, tirando hacia los lados hasta que al pobre capitán no se le vieron ni los ojos.

-¡TE HAS CARGADO EL LOG POSE!

Los mugiwara se quedaron mirando a su navegante con la boca abierta, mientras Luffy era (otra vez) sacudido como una muñeca de trapo.

-A ver, bruja, ¿se puede saber cómo iba a cargarse Luffy el log pose si nunca te lo quitas de la muñeca?

Nami soltó al capitán de repente, haciéndolo estrellarse contra el suelo. Se dio la vuelta para ver a Zoro recostado contra el dintel de la puerta, con tan solo un pantalón negro, su haramaki, las katanas y una sonrisa burlona.

De las katanas y colmillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora