Capitulo 5

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Al dia siguiente Amy estaba en su habitación trabajando cuando de repente su paz se vio interrumpida por el fuerte golpe en la puerta, Zoicite apareció hecho una furia en su habitación, tenía un aura casi asesina.
- ¿Que demonios crees que estás haciendo? – pregunto tratando de contener un poco su ira.
- Trabajando – contesto ella tranquilamente mientras seguía escribiendo en su computadora.
- ¿Sabes que llevo media hora esperándote? – no podía creer la actitud de ella.
- No entiendo porque, claramente te dije que no iria – Amy lo miro fijamente a los ojos.
- ¿Quién te crees? – puso a Amy de pie y la tomo fuertemente de los hombros – Tienes 10 min para estar lista – y la arrojo a la cama y salio del cuarto.
- Señorita – Luna entro corriendo a ayudarla - ¿esta bien?
- Si tranquila ahora sal que tengo que cambiarme – y dirigió la sonrisa tierna para tranquilizar a Luna
- Muy bien señorita cualquier cosa puede llamarme – Luna salió de la habitación.
En menos de 5 min Amy salió con un hermoso vestido azul cielo de tirantes acompañado con unas bonitas zapatillas blancas, en sus manos llevaba un sueter liguero de color blanco, camino a su encuentro con Zoicite que parecía león esperando su presa, cuando vio a Amy solo hizo la  seña para que lo siguiera, durante el camino se mantuvieron en silencio, bajaron y antes de entrar Zoicite le entrego el sueter a Amy.
- Pontelo – ordeno
- No es necesario – dijo ella.
- Si lo es – dijo mientras señalaba las marcas en sus hombros, las cuales el había provocado.
- Muy bien – lo hizo no porque el se lo ordenará, sino porque no le daría a setsuna una oportunidad para burlarse de ella.
- Zoicite querido llegaste – Setsuna fue la primera en salir a recibirlos.
- Setsuna que gusto verte – contesto el con una sonrisa.
- Pasa por favor te estábamos esperando – su amabilidad provocaba que Amy sintiera nauseas.
- Lo siento por la tardanza pero tuvimos un inconveniente – explico.
- No te preocupes estoy segura que no fue tu culpa – miro a Amy con desprecio – existen personas que no comprende que su tiempo no es tan preciado como el tuyo.
- Para nada – contesto cortésmente.
- Tomo asiento por favor – Setsuna señalo el asiento que se encontraba frente al suyo
- Gracias – Amy estaba a punto de sentarse en un lugar apartado de ellos pero el la tomo del brazo – ¿a donde crees que vaz?
- A sentarme – no se dejo intimidar.
- Entonces siéntate – y galo la silla para ella.
- Veo que se llevan bien – la sonrisa de Setsuna no podía ocultar se alegría.
- Nos toleramos – contesto el.
- Me parece bien – el brillo en sus ojos no podía ser mas grande, la comida empezó a servirse.
- ¿Y sabio no estará con nosotros? – pregunto Zoicite.
- No, lo siento mucho pero tuvo algo urgente que hacer.
-  ¿y has tenido noticias de ella? – Zoicite tenia mucha curiosidad.
- No, pero puedes estar tranquilo mi hija te ama, pero tiene miedo de no poder ser una buena esposa – Setsuna justifico a Michiru.
- Pero yo no le he dado motivos para sus dudas – la mirada de Zoicite reflejaba su angustia.
- A veces cuando amas tanto a alguien es cuando mas miedo tienes de fallar – el tono de Setsuna era tan patético para amy, si de algo estaba segura es que su linda hermanita nunca dudaba.
- Esta bien pero si sabes algo por favor dimelo - le suplico
La comida transcurrio con el tema central puesto en Michiru, en cuanto termino de comer Amy se puso de pie dispuesta a marcharme.
- Si me disculpan continúen con su platica, yo me retiro – se despido.
- Tu no te vaz hasta que yo lo diga – Zoicite la sujeta de la mano.
- Claro que me voy – Amy se safo.
- Tu eres mi mujer y haras lo que yo digo – el espectáculo era hermoso para Setsuna.
- Claro que no tu certificado de matrimonio dice Michiru Kaoi y yo si no lo recuerda soy Amy Mizuno – ella no permitiría que abusaran de ella – ya cumpli con mi parte del espectáculo el dia de hoy asi que me voy – y comenzó su camino.
- Vuelve aca – grito el.
- Es cierto lo olvidaba – se detuvo – no existe certificado de matrimonio, ella escapo – continuo su camino.
- Dejala ir, solo quiere hacer que te intereses en ella, no caigas en su juego hazlo por Michiru – Setsuna trato de calmarlo.
- Esa maldita mujer – Zoicite solo podía maldecirla.
Amy por fin se encontraba fuera de aquel circo por el momento, decidio recorrer la ciudad un rato, sus pasos la llevaron a las puertas de el hospital mas importante de la ciudad, estaba completando aquel edifico.
- Amy, ¿Amy Mizuno? – una voz masculina la llamaba.
- Zafiro – se alegro tanto de poder verlo.
- Amy que gusto verte – el se acerco a abrazarla.
- Lo mismo dijo – ella tenia una gran sonrisa.
- ¿y dime como has estado? – Zafiro estaba ansioso de saber de ella.
- Bien – dijo secamente.
- Por cierto me entere de lo de tu prometido – Zafiro cambio el tono de su voz – Amy si necesitas hablar aquí estoy para ti – tomo su mano y se acerco lentamente a ella.
- Estoy bien no te preocupes – amy retiro sus manos con cuidado – me tengo que ir me dio gusto verte.
- ¿Amy cuando podre verte? – Zafiro no quería dejarla ir.
- En este momento no – Amy se avergonzó – mi situación es complicada,
- ¿Complicada? ¿a que te refieres? – quería saber mas.
- Lo siento Zafiro me tengo que ir – Amy salio corrienso del lugar.
Se fue tan rápido como pudo no podía arriesgarse a que la vieran con alguien, la clínica estaba en peligro, decidió volver a la mansión de Zoicite, cuando llego vio que el auto de le ya estaba ahí, así que se escabullo a su habitación entro lo mas silenciosamente posible, pero fue en vano Luna estaba haciendo guardia.
- Señorita – la cara de Luna reflejaba la preocupación – lo siento pero el señor quiere verla.
- Por favor Luna no le digas que estoy aquí – suplico
- Señorita – dudo un poco – yo…
- ¿Cuándo pensabas decirme que ella estaba aquí? –Zoicite estaba ya junto a ellas.
- Señor lo siento –Luna se disculpo
- Vete ya después tratare contigo – hizo una señal para que saliera – y tu ¿Dónde estabas?
- Tenia cosas que hacer – Amy dijo sin inmutarse
- Como te atreves a humillarme? – Zoicite realmente quería vengarse.
- Entonces no vuelvas a obligarme a ir a algún lugar – amy respondió – y no me trates como algo de tu propiedad porque no lo soy.
- Tu harás lo que yo diga – grito furioso .
- Dejaras otro recordatorio de mi posición – y bajo su suéter dejando al descubierto sus hombros – no soy tu empleada, no estoy aquí por gusto
- Aléjate de mí vista – se detuvo en el último momento y su expresión cambio, de estar rojo de furia se puso palido como un fantasma.
Salió del lugar dejando atrás a una Amy que aunque no lo pareciera estaba aterrada, el no entendía que le pasaba con esa mujer, el jamás había lastimado a una mujer por más que lo mereciera, estaba perdiendo el juicio por su culpa tenía que mantenerla alejada de él.

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