Capitulo 4

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Muy temprano al día siguiente Zoicite estaba tomando el desayuno mientras leía el periódico.
- Señor ¿no deberíamos llamar a la señora? – pregunto Luna tímidamente.
- Ella no es la señora – dijo el tajante – la señora de esta casa es Michiru y nadie más.
- Aun asi no creo que ella deba estar junto al personal, debería tener su habitación dentro de la casa – Luna sentía que estaban siendo injustos con Amy.
- ¿quieres perder tu trabajo? – Zoicite la fulmino con la mirada - ¿Quién pidió tu opinión?
- Lo siento señor perdone mi imprudencia – Luna estaba aterrada.
Mientras tanto Amy ya se encontraba de pie y se estaba alistando para ir por su auto a casa de su padre, agradecía que las habitaciones de los empleados tuvieran otra salida y asi poder evitar la casa principal. Después de recoger su auto iria a comprar algunas cosas para poder reparar los imperfectos de su habitación.
Al llegar a casa de se padre no podría estar mas contenta con su suerte, ni el ni Setsuna se encontraban, tomo su auto y se marcho rápidamente , después de estar toda la mañana buscando los artículos que necesitaba regreso a la casa de Zoicite, estaciono su auto en un rincón donde pudiera pasar desapercibido. Se dirigió a su habitación y se puso manos a la obra. Después de un rato los ruidos dentro de su habitación llamaron la atención de alguien y llamaron a su puerta.
- Buenas tardes señorita – era Artemis - ¡necesita ayuda con algo?
- No se preocupe estoy bien, no quisiera molestarlo – dijo Amy apenada.
- No es molestia – insistió Artemis – seria un honor poder ayudarla.
- Muy bien, entonces pase – Amy abrió totalmente la púerta – solo falta arreglar esas estanterías y ese enchufe.
- Muy bien y como estas las tuberías del baño? Había algunas fugas – dijo Artemis.
- Ya me encargue de eso – dijo Amy orgullosa.
- ¿puedo revisar? – pregunto con cautela.
- Si claro adelante.
Artemis entro al baño y empezó a revisar, y en efecto el problema estaba solucionado, estaba sorprendido no esperaba que una señorita como Amy tuviera tales habilidades, según lo que escucho del señor Zoicite era una oportunista que se aprovechaba de todo mundo, aunque lo poco que había conocido de ella le decía lo contrario. Cuando salio del baño se alarmo al ver que Amy estaba trabajando en el circuito eléctrico.
- ¡¡¡señorita!!!!! – grito Artemis – por favor deje eso.
- Artemis que susto me diste – Amy di un pequeño saltito.
- Deje eso por favor, yo me encargo déjelo en mis manos – Artemis estaba realmente preocupado.
- Ya casi termino – amy volvió a concentrarse es su trabajo – no es tan difícil.
- No haga cosas tan peligrosa, esto es trabajo para el personal de mantenimiento.
- Tonterías si puedo hacerlo yo no tengo porque molestarlo, listo ya quedo.
- Muy bien señorita ahora déjeme encargarme de lo demás – Artemis casi le suplico
- Esta bien puedes hacerte cargo de lo demás.
Esas palabras trajeron algo de paz a Artemis, quien comezo a trabajar rápidamente  antes de que Amy quisiera hacerlo ella misma, al poco tiempo de terminar llego Luna y les pido que fueran a comer.
Cuando llegaron a la cocina ya estaban ahí Mina y Armand, Molly y Kelvin, Luna sirvió la comida y comenzaron a platicar ahí Amy confirmo que todos eran matrimonios los que trabajaban ahí, empezaron a bromear un poco y las risas poco a poco fueron inundando el lugar, por lo cual no se percataron que Zoicite estaba ahí.
Zoicite llevaba un rato viendo la escena, contemplo cuidadosamente a Amy, ella tenía una sonrisa encantadora, pareciera que tenía una luz que la hacía brillar de una manera espectacular, esta totalmente hipnotizado pero algo lo hizo salir de su trance, esa maldita mujer no lo engañaría tan fácilmente, el no era tan tonto para caer en sus trucos.
- Alguien podría explicarme que pasa aquí – pregunto Zoicite.
- Lo siento señor – Luna rápidamente se disculpo.
- Si quieren socializar con esta mujer háganlo en su tiempo libre – su mirada emitia fuego.
- Si señor lo lamentamos mucho – fue Luna la que volvió a hablar.
- Otra cosa ella solo puede utilizar la habitación que se le asigno – la furia de Zoicite hacia Amy no tenía fin – así que no quiero volver a verla aquí.
Todos mantenían la cabeza baja mientras Amy apretaba sus puños ante la impotencia de no poder hacer algo, asi que se retiró rápidamente del lugar, nadie se atrevió a decir algo más así que Zoicite también se fue.
Ya que Amy solo podía estar en su habitación como niña castigada, aprovecho para trabajar en su computadora, pondría en orden su papelería y aprovecharía para organizar sus citas que había dejado pendientes. Su situación no era tan mala, además ya solo faltaba 3 dias para volver al trabajo, estaba pensando como se organizaría ahora que se encontraba a 2 horas de camino, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por los golpes de la puerta.
- Adelante – dijo Amy
- Señorita el señor quiere verla – Luna apareció en su puerta
- ¿sabes que es lo que quiere? – Amy no tenía un buen presentimiento de esto.
- No señorita – Luna negó
- Está bien, entonces vamos – se puso de pie y siguió a Luna hasta el despacho de Zoicite.
- Señor la señora esta aquí – Luna entro primero.
- Ya te dije que ella no es la señora – corrigió – hazla pasar.
- Por favor señorita pase – Luna invito a Amy.
- Buenas tarde – saludo
- Mañana iremos a casa de tus padres – no se molesto en devolver el saludo.
- Lo siento no puedo ir.
- Mañana tendras que estar lista a medio dia – el seguio ignorándola.
- No ire – tenia ganas de golpear esa cabeza hueca que la ignoraba.
- ya puedes retirarte - fue lo único que dijo.
Amy salió furiosa de ese lugar si las cosas serian  así ella también sabia jugar ese juego.

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