Cupcakes

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Realmente Suga estaba loco. Primero ¿como se le ocurría decirle su nombre a ese chico? Segundo ¿por qué le estaba contando todo su plan para juntarlos?... No es como si algo entre ellos pasara en realidad. Estaba siendo cursi dándole de regalos sus especiales cupcakes, si... Pero era la unica manera de hacerlo feliz y que esos ojos se notaran brillosos e infantiles, como un niño con su nuevo dulce.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que la fuerte palmada en su espalda le hizo olvidarse de todo y solo fruncir su ceño por el dolor, mirando con regaño al albino y a Daichi, que sólo escuchaba los planes de Sugawara.

- Sugawara, no golpees a Asahi y...no creo que a él le guste lo que estas planeando. Sé que es lindo el amor y que en nuestra cafetería se han formado inesperadas parejas...pero sabemos que Asahi es tímido... Además...

- si, si, como sea, sólo juntemoslos y ya, es el único soltero - interrumpió restándole importancia -

- Suga escuchame...¿Que pasa si rechazan a Asahi?... Es sólo un burrito

- Gracias por estar de mi lado Daichi-San...pero auch, eso dolió

- ¡pero Daichi!... Mira a este grandote... Veo en sus ojos lo atraído que esta por el amigo de Hinata. ¡Y no me lo niegues! - señaló al castaño antes de posarse tras sus espaldas y tomarlo de los hombros, empezando a empujarlo afuera - ¡vamos... Asahi... Muévete!

- ¿¡q-que haces Sugawara!? - bien, Sugawara estaba volviéndose cada vez más fuerte ¿acaso iba al gimnasio? ¿Por qué tenía que ser arrastrado así? Parecían chicos pequeños de jardín de niños. ¡Y ya estaba cerca de ir afuera! ¿Y si estaba ese tal Nishinoya? ¡Que la tierra lo tragase ya! - ¡n-no quiero ir!

- ¡estoy llevándote de una vez por todas afuera! Ya pareces ermitaño estando siempre aquí! ¡Ah no te vuelvas una estatua! ¡Y si vas porque quiero a todos mis polluelos recibiendo amor y quiero nietos!

- ¡Suga! No creo que esto funcione... Espera ¿nietos?

- ¿por qué tanto escándalo? - hizo aparición el rubio viendo como Sugawara empujaba al castaño a las afueras de la cocina, como Daichi paraba a este y bueno Asahi...se retenía estorbando la puerta. Parecían niños pequeños, no pudo evitar rodar los ojos e irse de ahí - ridículos...

Ya sus dedos estaban cansados de estar afirmandose en el umbral de la puerta, además la fuerza de Suga cuando se la proponía era abismal. Además de que aunque Daichi agarraba el delantal de su pareja para retenerlo, era imposible. Se dejó soltar y así acabó por salir de la cocina. Cerró sus puños fuertemente, de verdad no quería ver si ese chico estaba afuera sentado en la barra como siempre. Pero oh, su sorpresa al abrir sólo un ojo lentamente, es que no estaba. ¿Tanto escándalo para esto?

- ja... Sugawara, eres un tontin. Él no esta aquí - se dio una media vuelta para encarar al albino, pero este mantenía una sonrisa - ¿que?...

- pues mira atrás, grandote...

- Hola Sugawara, hola Daichi. Perdón estaba en el baño y... Oh... ¿Quien es él?

Bien, retiraba lo dicho, atrás suyo estaba el chico del que tanto su mente pensaba. ¿Que iba hacer ahora? ¿Correr? ¿Comprar pasajes a china o sólo enfrentar que se derretia por dentro de estar más cerca del lindo cliente?

Queria darle tantos cupcakes y decirle "¡hey... Soy el misterioso pastelero!" pero eso no iba a pasar... No señor.