Los días estaban pasando muy rápido, Valentina y el equipo de trabajo habían tomado varios vuelos nacionales para llegar a sus destinos turísticos y crear el material para la campaña publicitaria, de mas esta decir que la rubia se veía hermosa con la luz del atardecer en Acapulco, uno de sus lugares favoritos en aquel fugaz viaje. El trabajo ya estaba hecho, los vídeos quedaron realmente hermosos no solo por la majestuosidad de la naturaleza mexicana sino por aquella rubia cuya belleza hacia palidecer a las siete maravillas del mundo.
Valentina Carvajal decidió comprar un pequeño departamento en la ciudad de México, algo no tan lujoso, pues, solo quería pasar allí unas pequeñas vacaciones. Todo transcurrió muy rápido y al cabo de una semana ya la chica de ojos azules dejaba aquel hotel para irse a su nuevo departamento.
Llegó a aquel edificio de altura moderada y tomó el ascensor marcando en este el número 18, piso en el que se encontraba su nuevo hogar.
***
Juliana Valdés se encontraba lista para salir a trotar un rato como cada fin de semana, esperaba el ascensor para bajar desde aquel piso 18 donde se encontraba su pequeño pero lindo departamento.
Las puertas del ascensor se abrieron.
Ojos cafés volaron en un cielo azul brillante.
Ambas quedaron inmóviles por un par de segundos, solo observando sus ojos, Juliana pensó que jamás había visto unos ojos tan hermosos, mientras que en la cabeza de Valentina solo existía una palabra mientas se deleitaba con ese color café: Hermosa.
-Eh... Buenos días.- Dijo la morena mientras veía como la rubia salia del ascensor.
-Buenos días- Dijo Valentina con una sonrisa que casi hace flaquear las piernas de la morena-.
-¿E-eres nueva en el edificio?-"maldición" pensó Juliana por tartamudear de esa manera tan ridícula.
-Si, acabo de mudarme. Mucho gusto, soy Valentina Carvajal- extendió su mano y la morena la estrechó gustosa.
-Un placer, Valentina. Yo soy Juliana Valdés, tu vecina- Las puertas del ascensor que se dirigía a planta baja se abrieron- Bueno, hasta luego-"preciosa" dijo para sus adentros- Bienvenida, Valentina.
-Hasta luego- "guapa" pensó la rubia- vecina- dijo con esa hermosa sonrisa de nuevo, haciendo que la morena casi se desmayara en el ascensor, las puertas de este se cerraron y una Juliana Valdés soltó el aire contenido en sus pulmones, ¿qué había pasodo ahí? Ninguna chica la había hecho sentir vulnerable, pero es que esos ojos... Esos ojos color cielo la hicieron sentir el calor del mismísimo infierno.
***
Valentina se terminó de instalar en su nuevo hogar y decidió hacer lo que hace días venía dando vueltas en su cabeza: ir a casa de su familia. Llamó un uber y al cabo de unos minutos ya se encontraba a las afueras de su antigua casa, los recuerdos de una niñez feliz invadían su mente, lo que ocasionó que derramara un par de lágrimas de nostalgia antes de llamar a la puerta.
Tres toques fueron suficientes para que un minuto después la gran puerta de madera se abriera.
- ¡Niña Valentina!- dijo la ama de llaves llevándose una mano a la boca producto de la impresión-
-¡Chivis! ¿como estas?- dijo la rubia abrazando a la empleada a la que siempre consideró parte de la familia.
- Pues muy feliz de verla de regreso, niña Valentina- Chivis se limpiaba las lágrimas, la mujer de edad avanzada consideraba a la rubia como una nieta.
- Y yo estoy muy feliz de estar de vuelta- dijo la rubia limpiando las lágrimas de la mujer mayor y dándole un beso en la frente- ¿Está papá en casa?- dijo sintiendo un poco de nervios.
- Está en su habitación, el doctor le ha indicado reposo porque tuvo un desmayo hace unos días.
- ¿Crees que pueda subir a verlo?- preguntó algo preocupada la menor de los Carvajal.
- Me parece que le hará mucho bien verla, mi niña. El señor no ha hecho mas que hablar de usted estos años.
Valentina solo asintió ya que comenzó a sentir un nudo en la garganta, se dirigió escaleras arriba hasta llegar a la habitación principal y tocó la puerta. Una voz conocida solo pronunció la palabra "adelante", Valentina respiró profundo y abrió la puerta despacio.
León Carvajal estaba sentado en su cama leyendo noticias en su iPad, tan concentrado que ni siquiera subió la mirada para ver quien había entrado a su habitación.
-¿Interrumpo?-preguntó con voz entrecortada la hija menor de aquel hombre.
León sintió como su corazón se aceleró en el preciso instante que subió la mirada y se encontró con esos ojos azules que siempre adoró. Su niña estaba de vuelta. Sus ojos se enrojecían cada vez más a medida que la rubia avanzaba despacio hacia el con paso inseguro, la joven chica sentía algo de temor ya que su ultima conversación las cosas habían terminado realmente mal. Su padre le hizo una seña para que se sentara junto a el, y así lo hizo. Los ojos de ambos estaban a punto de derramar lágrimas cuando:
- Perdoname- dijeron al unísono, sus lágrimas comenzaron a brotar como un manantial naciente, no podían articular palabras así que sólo se abrazaron muy fuerte y ambos lloraron por largo rato sintiendo como un peso se iba de sus espaldas. Valentina se sentía protegida igual que cuando tenia seis años, León sentía que su vida volvía a estar completa, que su familia volvía a estar completa. Su niña estaba de regreso.
Pasaron varios minutos abrazados y llorando, poco a poco se separaron para mirarse a los ojos, mirar sus rostros, Valentina notó a su padre mas delgado y su cabello ahora era un poco mas blanco de lo que recordaba.
- Hija, perdóname por comportarme de esa manera tan irracional cuando solo necesitabas mi apoyo. Perdoname por alejarte de mi y de tus hermanos. Ustedes son lo único que tengo desde que murió tu madre hace tantos años. He visto como has crecido profesionalmente, eres toda una artista- Valentina le sonrió aun con ojos húmedos y ligeramente hinchados- y quiero que sepas que estoy muy orgulloso de ti- la rubia solo se lanzó a los brazos de su padre y este besaba su cabeza mientras le daba un fuerte abrazo.
Ese día, Valentina lo pasó con su padre y horas después llegaron sus hermanos quienes se alegraron tanto de verla como su padre. La rubia sabía que el tiempo y la distancia no eran del todo malos, el tiempo sana las heridas, la distancia te enseña a valorar lo que tenías cerca. Ahora, después de tantos años y tantos kilómetros de por medio, el lazo que unía a la familia Carvajal se volvió irrompible.
- Hija, quiero darte algo que es tuyo.- tomó las manos de Valentina y colocó en ellas las llaves de un auto- ahora que pasarás tiempo en la ciudad es bueno que tengas tu coche, así no tendrás la necesidad de andar en uber con choferes babosos.
- ¡Son las llaves de mi Jeep!- saltó a los brazos de su padre como una niña pequeña.
Valentina estaba de vuelta en su ciudad, tenía de nuevo esa hermosa relación con su familia y aparte... Estaría al volante de su hermoso todoterreno color rojo maraca Jeep. No habría nada que pudiera arruinar sus vacaciones... ¿O si?
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Amor en el piso 18 (juliantina/camren)
Fanfiction¿Qué pasaría si hacemos un crossover Juliantina/Camren? ¿Qué pasaría si la famosa modelo Valentina Carvajal se queda atrapada en México por la cuarentena del Covid-19 viviendo en el mismo piso que la veterinaria Juliana Valdès? ¿Qué pasaría si las c...