Amor en el piso 18 (juliantina/camren)

Capítulo 9

México, D.F

La modelo tomó una ducha rápida y en menos de una hora ya estaba perfectamente arreglada y maquillada, con su acostumbrado cabello suelto que caía como cascada en su espalda, aún faltaban diez minutos para la hora acordada y se dispuso a revisar su correo electrónico, donde se encontró con una propuesta para realizar publicidad a una línea de ropa interior sexy de una marca muy reconocida, y lo mejor de todo es que no tendría que salir de su casa, las prendas se las enviarían a su departamento al día siguiente y ella solo tendría que enviar las fotos, a cambio de eso, una buena suma de dinero como ya era de costumbre. La rubia aceptó el nuevo contrato y tres toques en su puerta anunciaban que una hermosa morena esperaba afuera por ella.

- Estás hermosa- dijeron al unísono para luego soltarse a reír.

Juliana extendió su mano y la rubia la tomó con una sonrisa en el rostro de esas que hacían derretir a la morena.

El ascensor abrió sus puertas y la chica de ojos cafés no presionó el botón de la planta baja, por el contrario, presionó el botón que daba al último piso.

- Juls, ¿Que haces?- la rubia sentía una mezcla de nervios y emoción.

- Shhhh...- La veterinaria colocó un dedo sobre los labios de la chica de ojos azules- confía.

La morena sacó una cinta gruesa de color rojo y tapó los ojos de la rubia. El ascensor abrió sus puertas y la veterinaria guió a la hermosa modelo por unas pequeñas escaleras que daban a la azotea del edificio. Caminaron unos cuantos metros más y Juliana detuvo su andar, lentamente quitó la cinta del rostro de la rubia y dejó un tierno beso en la mejilla de esta.

- Wow...- dijo la modelo una vez que abrió sus hermosos ojos azules. Desde la azotea del edificio se veía como el sol ofrecía sus últimos rayos de luz, dando al cielo un color naranja fusionándose poco a poco con un azul intenso que anunciaba el fin de aquel día para dar paso a la oscura noche.

Juliana abrazó a la hermosa rubia por la espalda, recostando su barbilla en el hombro de la modelo. "Dios, esta mujer huele delicioso" pensó la veterinaria.

- ¿Sabes algo, Val?- dijo la chica de ojos cafés sin dejar de abrazar a la rubia- desde que me mudé a este edificio me gusta mucho venir acá para ver el atardecer, siempre me ha gustado mirar el cielo, mirar las nubes, mirar la majestuosidad de la noche, la luna, las estrellas... Todo.- se encogió ligeramente de hombros- Por eso me gustan tanto tus ojos, ¿sabes?- La rubia sintió sus ojos humedecidos- En ellos puedo encontrar la paz de un atardecer, en tus pupilas puedo encontrar la majestuosidad de la noche, en su brillo puedo ver las estrellas, y eso, Val... Eso me hace sentir en las nubes.

Valentina Carvajal sintió su corazón a mil por segundo, una discreta lágrima rodó por su mejilla y se giró para mirar a la hermosa morena quien acababa de desnudar sus sentimientos.

- Juls...- la rubia acunó el rostro de la morena- Jamás me habían dicho palabras más hermosas que estas- la veterinaria limpió la discreta lágrima de la chica con su pulgar.

- Es lo que siento, Val. Es lo que me haces sentir, y quiero sentirlo siempre, quiero volar todos los días en ese cielo azul que me brinda tu mirada. Val... ¿Quieres ser mi novia?

La menor de los Carvajal sintió una oleada de intensas emociones recorrer todo su cuerpo, miró directamente a los ojos color café con una intensidad que jamás había sido experimentada...

- Si, si quiero ser tu novia, Juls.- Dijo antes de sellar aquel momento con un beso lleno de sentimientos.

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