One Shots Animes

Matsuoka Rin (Free!)

La verdad no sé que pueda pasar de ahora en adelante... Hace unos meses le dijeron a mamá de trasladarla a Japón, dónde tendría un mejor sueldo, y ella aceptó...

Haber, después de todo sale rentable... ¡Pero igual! ¡Ni mi mellizo Adam ni yo sabemos hablar japonés! ¡No podemos ir a un sitio donde incluso tienen otro tipo de grafía! ¡Hemos vivido toda nuestra vida en Australia! ¡Solo sabemos hablar inglés! ¡No fastidies!

Abrochénse los cinturones de seguridad, vamos a aterrizar en unos minutos.

Me cago en todo.

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Al habernos instalado del todo nuestra querida madre nos apuntó a un internado.

- Lo que nos faltaba... - se queja mi hermano - ¡Ni siquiera entendemos el idioma! - yo le doy la razón.

- Por eso mismo es mejor que vayáis a un internado, así os podéis acostumbrar viviendo con gente de vuestra edad y profesores. Ya les dije a los profesores de que no sabéis ni pío del japonés, así que os lo enseñarán a vuestro ritmo, mientras tanto os hablarán en inglés. Punto y final.

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- Es por aquí, gira a la derecha y 50 metros todo recto - le digo a mama mientras miro la dirección de Samezuka en google maps.

Al llegar aparcamos el coche y vamos a la entrada, donde nos espera un hombre gordo y calvo.

- Bueno, yo soy Paco, el profesor de inglés y les enseñaré las instalaciones - dice mirándonos a mi hermano y a mi de reojo.

- Muchísimas gracias Paco - le dice nuestra madre con una sonrisa más falsa que la ex de Adam.

- ¿Podría saber porque no ha venido su otro hijo? - le pregunta mirándonos, por lo que ella también nos mira.

- ¿Otro hijo? Solo tengo a estos dos - le afirma nuestra madre.

- Pero ella es una chica - dice mirándome asombrado.

- Sí, es una chica - lo mira con un poco de enfado - Mira Paco, no sé a que estás jugando, pero no me gusta nad... - el tal 'Paco' la interrumpe.

- Samezuka es un internado conocido por ser exclusivamente para hombres - nos explica - Aunque como ya ha pagado lo mejor será que vaya a hablar con el director. Ya les guío hasta su oficina - nos adentramos en aquel internado rumbo a la oficina del director. Al llegar los adultos se meten dentro, dejándonos en el pasillo.

- ¡Madre mía! ¿Tu que dices? ¿Harán una excepción y te meterán o iremos a otra preparatoria? - dice Adam sentándose en el suelo y haciéndome señas para que me siente a su lado.

- ¿Iremos? Tu te puedes quedar aquí...

- No me pienso quedar solo en un internado - me dice y pasa su brazo rodeando mis hombros.

- Ya me había olvidado del pequeño detalle de que estamos en Japón.

- ¿Pequeño? - me mira burlesco - No estarás intentando pensar de forma positiva, ¿cierto? - intenta disimular una carcajada con tos.

- Cállate - le quito el brazo de mis hombros y me tumbo con la cabeza en sus muslos -, solo intento aligerar las cosas... - miro su pierna - ¿Y si nos amputamos las piernas y nos las cambiamos? - le miro con esperanza y comienza a reír.

- ¡¿Acaso me ves con tus piernas?! - me lo imagino y comienzo a reír.

- Pero tus piernas son perfectas. Es injusto: somos mellizos, deberíamos tener las mismas piernas... Pero no. Somos iguales en todo menos las piernas...