Nishinoya Yuu (Haikyuu)

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En mi último año de secundaria fui la capitana del equipo de voleibol femenino y entre una cosa y otra acabé pasando bastante tiempo con mi kohai favorito: Hinata Shoyo. Como era el único que estaba en el equipo masculino solía entrenar con nosotras y al ser colocadora entablé una amistad con él gracias al tiempo que pasamos juntos.

Cuando pasé a preparatoria no perdimos el contacto, y él me contó tantas veces que se quería meter en el Karasuno que un día lo llevé a un partido suyo. La intención era que él viera a sus futuros compañeros (ya que mi instinto femenino me decía que entraría) pero cuando vi al libero hacer su primera aparición salvando la mayoría de pelotas desviadas... Fue algo así como amor a primera vista, o tal vez admiración, la cosa es que era tremendamente bueno...

Luego, desgraciadamente, nos fuimos sin acabar de ver el partido ya que era tarde y Shoyo es un bebé como para estar fuera tan tarde. Pero por el camino fuimos hablando mientras pedaleaba cada uno su bicicleta.

- ¡Shoyo prométeme que cuando entres me presentarás al libero! - le digo emocionada y él me responde afirmativamente, por lo que al llegar a casa me tumbo tranquila en mi cama después de cenar.



Aunque eso pasó el año pasado, ahora voy a segundo de preparatoria en Niiyama y Shoyo va al Karasuo, tal y como predije.

La cosa es que nuestro equipo logró pasar a las nacionales y el de Shoyo igual, por lo que estaba feliz por verlo allí cuando vayamos.

El día del torneo me desperté de muy buen humor por lo que mis compañeras se sorprendieron al verme levantarme solo con una alarma ya que en campamentos y demás solía ser la última a levantarse.

- ¿Estás bien ___? - me preguntan algunas del equipo preocupadas por mi salud mental y yo les respondía cosas simples.

- Acaso verás a alguien importante - me insinúa una compañera y yo asiento feliz - ¡Cuenta, cuenta!

- Es mi antiguo kohai, va al Karasuno y hace bastante que no lo veo en persona - le digo con una sonrisa radiante - es como mi hijo... ¡Te lo tengo que presentar! ¡A ti y al equipo!

De hecho al llegar dónde se celebrará la apertura estuve ojeando para ver si veía algún uniforme del Karasuno o al menos hasta que la capitana me mandó a llamar a Kanoko. Así que en ese momento me puse a buscar entre la gente y la veo junto a un chico hablando por lo que acelero el paso y al llegar al lado hablo.

- Kanoko, la capitana te busca - le sonrío- es para hablar de la nueva técnica... - le guiño un ojo y le doy una palmadita en la espalda.

- Bueno, vamos a esforzarnos, Ryu - se despide del chico y cuando estoy por girarme para seguir buscando al Karasuno oigo una voz... ¡Esa es la voz de Shoyo!

- ¡___-senpai! - me giro a lo exorcista y nada más verlo le abrazo - me dejas sin aire... - como simplemente fui a abrazarlo le puse la cara entre mis pechos, por la diferencia de altura, cosa que no le dejaba respirar.

- Oh, perdón Shoyo - me separo con una sonrisa.

*pensamiento del resto del equipo : ojalá ser Hinata*

Al mirar al par que estaba con Hinata me inclino y me presento.

- Gracias por cuidar de mi hijo, soy ___

- ¡¿Hijo?! - dicen a la vez y yo asiento mientras Shoyo niega.

- Creo que aún no superas que no soy tu hijo...

- ¡No le faltes el respeto a tu madre! - le digo seria pero me río y los dos que estaban cerca también.

Ahora que me fijo bien el pequeño ¡¡¡ES EL LIBERO DEL KARASUNO!!!

- ¡Eres Nishinoya! - lo apunto y miro a Shoyo - ¡Es el libero genial! - vuelvo mirar al del mechón rubio - ¡Es increíble como salvas las pelotas! ¡A lo fuwaaaa! - me emociono y ahora lo estrujo de la misma manera que a Shoyo sin pensar, por lo que al darme cuenta me separo - ¡Perdón!

- No... no pasa... na.. nada - dice rojo.

- ¡Bueno, hablamos luego! - digo y me llevo a Hinata para saber si se acuerda de que quiero que me presente al libero. Por lo que al apartarnos un poco le digo - ¿te acuerdas de cuando fuimos al partido del Karasuno? - él asiente - ¿y te acuerdas de lo que te dije? - él niega y me doy un facepalm.

- ¿Qué me dijiste? 

- Que quería que me presentaras al libero - después de hablar un rato quedamos en que después de los partidos de hoy le diría de salir fuera de las residencias e ir a dar un paseo y tal.


Y tal como me dijo Hinata después de nuestros partidos fuimos a las residencias y esperé afuera, esperando a que el Karasuno llegara. Cuando llegaron entraron a cambiarse y luego salió el libero a causa de un empujón que lo dejó en el suelo, por lo que guardo el móvil rápidamente y me acerco a él.

- ¿Estás bien? - al ver que tiene la cara sucia saco mi pañuelo y cuando se levanta del suelo le froto la mejilla con este.

- Eh... Sí - dice embobado mirándome a los ojos y yo le sonrío, acción que lo hace sonrojar - Bueno, podríamos ir a una cafetería... ¡Si te parece bien! - dice nervioso.

- Por mi bien - comenzamos a caminar - ¿Te puedo llamar Noya? Antes creo que he escuchado a Shoyo llamarte así.

- Claro - se forma un silencio que duro poco - ¿Te gustaría ir a una heladería? - yo asiento feliz y me sonríe. Oh por Dios, esa sonrisita de lado... - ¿Hola? - mueve una mano en frente de mis ojos y sacudo la cabeza.

- Oh, perdona, me he distraído con una cosa - miro hacia otro lado sonrojada, peinándome un mechón repetidamente. Entre una cosa y la otra seguimos andando y hablando de cosas en general hasta que se para de golpe y yo lo miro confusa.

- ¡Me he dejado la cartera en la residencia! - dice tocándose los bolsillos desesperado y yo le pongo una mano en el hombro, por lo que me mira.

- No pasa nada, si quieres te invito - antes de que conteste prosigo - mañana ya me invitas tú... - le guiño un ojo.

- ¡Vale! ¡Mañana te invitaré yo! - dice decidido y comienza a andar de nuevo - ¿¡Mañana!? - me mira sorprendido reprimiendo una sonrisa.

- Sí, mañana - digo y nos sonreímos como tontos mutuamente y al ver que lo hacemos a la vez me sonrojo y él mira a otro lado.

- ¡Mira! Cruzando la calle hay una heladería, vamos - entrelaza nuestras manos y empieza a correr hacia el semáforo conmigo antes de que cambie de color... Aunque sea más bajo que yo sigue teniendo manos de chico, algo que sinceramente me encanta, es cálida y más grande que la mía...

Cuando llegamos nos atiende una mujer mayor, cada uno pide su helado y nos sentamos para comerlo mientras charlamos. Tal vez antes no estaba segura, pero ahora sí: amo a este pequeño libero aunque lo conozca poco...










One Shots AnimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora