Al igual que cada martes me dirigía a mi entrenamiento de ballet. Pero con la única diferencia de que sentía que alguien me seguía: al subirme al bus pude confirmar mis sospechas y por desgracia para mi era un hombre de unos treinta y pico... Bueno, capaz solo es una coincidencia y ya.
Ignorando al hombre me senté en mi sitio habitual aprovechando el bus vacío. El hombre se quedó de pie a mi lado y eso me empezó a incomodar...
La cosa es que al rato de haber subido el onvre comenzó a acercar su asquerosa mano a mi pecho, de verdad, nunca me había sentido tan impotente como para no hacer nada.
- ¿Te gusta lo que hago? - me susurra y no muevo ni un músculo a causa del miedo - Yo sé que sí... A todas les gusta... - mete su mano en mi sostén y la otra la pone en mi entrepierna - Me pregunto cuantos dedos te puedo meter - odio estar paralizada del miedo, no puedo hacer absolutamente nada.
Él mete el primer dedo lentamente, como torturándome, y cuando iba a ir a por el segundo decidí bajarme en la siguiente parada. Pero aún faltaba un tramo en el que agarró mi mano e iba a hacerse un paja con ella, pero el bus justo paró. Solo toqué un poco su miembro y nada más se abrieron las puertas salí lo más rápido posible y corrí rápido entre las calles.
Al mirar atrás el onvre seguía atrás mío.
¿Por qué yo?
Digo, no quiero que sea otra mujer ni nada... Pero... ¿Por qué yo?
Encima como el universo estaba en mi contra no había ni Dios por la calle. A parte esta zona no la conozco como para huir y salir victoriosa. Por lo que yo seguía corriendo y él aun me seguía...
Al girar una esquina vi a un chico tipo de mi edad y corrí hasta llegar a él, quién estaba mirando el móvil y se sorprendió al ver que lo abracé.
- ¿Quién ere...
- Ayuda - le susurro rápido - finge que me conoces - él asiente.
- ¡Por Dios hacía cuanto tiempo no nos veíamos! -él mira atrás y me mira al ver el onvre, por lo que yo suelto una lágrima, que seco rápidamente.
- Que te parece que vayamos a esa heladería que me dijiste que era tan buena - digo alzando la voz para que el onvre me escuchara.
- ¡Oh, claro! Yo te guío - me agarró la mano y me comenzó a llevar a algún lado.
Yo giro la cabeza y al ver que ya no hay nadie atrás me paro y comienzo a llorar escondiendo mi cara entre mis manos. Y como era de esperarse el chico se preocupó.
- ¿Que te pasa? ¿Te he hecho daño? ¡Perdón si es así! - hace una reverencia y yo le toco un hombro y lo abrazo.
- ¡Muchísimas gracias! - le agradezco y seguidamente le cuento entre sollozos lo que me acababa de pasar - No sé que podría haber pasado si no te hubiera visto...
- Shh, tranquila, ya pasó... - me dice frotándome la espalda tratando de tranquilizarme, cosa que va logrando lentamente.
- Entre tanta movida no se como te llamas - lo miro ya más tranquila.
- Me llamo Eijiro Kirishima - ahora que me fijo bien es bastante atractivo - ¿y tú?
- Ah, yo me llamo ___ ____ - le doy una sonrisa.
- ¡Encantado de conocerte ___! ¿Ahora que tienes pensado hacer?
- Supongo que iré al ballet y así me olvido un poco de lo que ha pasado - enciendo el móvil y miro en Google Maps donde se encuentra el gimnasio para ver que bus tomar y al buscar la dirección me doy cuenta que está a dos calles - pues sí que he huido bastante como para estar al lado... - me auto digo y él mira la dirección en mi móvil.
- Te acompaño - me iba a negar pero él habla antes - ¡No digas nada! No me podría considerar un verdadero hombre si no te acompaño - dice muy seriamente, cosa que me hace reír un poco.
- Bueno, si es así, como quieras - digo divertida comenzando a andar.
- ¿Y desde cuando haces ballet? - yo lo miro.
- Me parece que desde los siete o así - le digo pensativa.
- Pues llevas mucho tiempo - noto que está un poco asombrado.
- No es tanto, si tengo quince son solo - me lo pienso un poco - ¡Casi nueve años! - ahora soy yo la que se sorprende - ¡No creía que llevara tanto tiempo! - la verdad estoy en estado de skoc.
- ¡Que casualidad, tenemos la misma edad!
Continuamos hablando mientras andábamos hasta que nos cruzamos a un hombre gigante (por lo menos 1,85) con un chihuahua y nos miramos antes de comenzar a reír.
- AJAJAJJAJ EL PERRO
- JAJAJAJAA SÍ SÍ
Nos reímos un rato más y al minuto ya estábamos en frente del gimnasio. Al llegar nos íbamos a despedir pero antes de eso decidí volver a agradecerle.
- Ya sé que ya te lo he dicho, pero muchísimas gracias por lo de hace rato - hago una reverencia y Eijiro me sonríe.
- No es nada, pero antes de despedirnos ¿podríamos intercambiar nuestros números? - me dice rascándose la mejilla.
- ¡Claro! - saco el móvil y lo pongo para que escriba su número y él hace lo mismo así que le escribo mi número en su teléfono.
Antes de terminar de despedimos toco el timbre del gimnasio, sin recordar la hora, cosa que al ver a la rectora recuerdo.
- ¡¿___ dónde te habías metido?! ¡Nunca llegas tarde! ¡Llamamos a tú madre, quién tampoco sabía donde te habías metido! ¡Y para colmo llegas una hora tarde con un chico! ¡Seguro que te estabas divirtiendo mucho con él mientras nos tenias muy preocupadas por ti! - la rectora comienza a gritarme por llegar tarde y yo la miro con miedo - ¡No me mires con esa ca...!
- ¿Va a dejar que explique que ha pasado? - me defiende Eijiro tranquilamente pero con rabia - Ya ha tenido bastante por hoy como para que comience a gritarle sin saber que ha pasado.
- Pues a ver, explíquenme que ha pasado - dice perdiendo los estribos, a estas alturas todo el gimnasio estaba mirando la escena. La rectora me mira esperando una respuesta y a causa de recordar lo que ha pasado vuelvo a llorar - Me da que eso lo explica todo - la mujer iba a agarrarme el brazo pero Eijiro le aparta la mano de un manotazo y se gira para verme.
- ¿Quieres que se lo cuente yo? - me dice con la voz más tierna del mundo y yo asiento mientras más lágrimas corren por mis mejillas.
- Pero sin muchos detalles - aprieto su camiseta - porfa...
Yo escucho lo que dice Eijiro y él me acerca a si mismo, cosa que hace que llore silenciosamente en su pecho mientras me frota la espalda.
- ¿De verdad ha pasado todo eso ___? - me pregunta muy sorprendida la rectora y yo asiento mirando el suelo - perdóneme por sacar conclusiones adelantadas, si quiere puede quedarse fuera con el chico y calmarse hasta que llegue su madre.
Cuando cerró la puerta nos sentamos en el suelo apoyados en la pared.
- ¿Esa mujer siempre ha sido así de cruel? - yo asiento como respuesta - ¡Lo peor es que fingía arrepentimiento! ¡Eso no es para nada varonil! - hace un puño con su mano y lo aprieta, yo pongo la mano encima y él afloja el agarre.
Al rato llega mi madre con el coche y cuando me iba a despedir del chico ella ofrece acercarlo a su casa. Como iba a ser imposible hacerla cambiar de opinión se subió al coche, lo llevamos hasta una calle por donde dijo que vivía y ahí sí nos despedimos.
ESTÁS LEYENDO
One Shots Animes
FanfictionPos eso, one shots de animes Pueden ser de: - Assassination Classroom - Fairy Tail - Free! - Boku no Hero Academia - Haikyuu!! - Nanbaka - Gakuen Babysitters - Hoshiai no Sora - Tokyo Revengers Entre algún que otro anime...