Cuentos de media luna- Kaito Kid y tú (Actualizaciones Lentas)

Un nuevo comienzo

—Buen día señorita,—dijo divertido apareciendo una pequeña flor en sus manos— Mi nombre es Kaito Kuroba... Es un placer.

Ahí estaba, tan alegre como siempre, no podía diferenciar si lo que veía era real, si era un sueño o una broma del destino. Tantas eran las cosas que quería decir, fuera lo que fuera, que parecían quedar trabadas en mi mente.

Tras unos segundos entonces, suspiré para calmarme y entre una sonrisa dije lo único que pude:

—Eres tú...

Frente a mi estaba la persona que tanto añoraba ver, toda mi felicidad se estaba eclipsando en ese momento hasta que recordé...¿Cómo era que todo eso fuese posible?, no quería sobre pensarlo pero tan pronto como acerqué mi mano para comprobar lo que veía y notar la calidez de su piel, tomé a Kaito de la mano y salí corriendo tan rápido como pude.

«Un lugar, tiene que haber un lugar donde nadie nos vea y pueda preguntar todo lo que quiera sin ser interrumpida... ah, ¡Ya sé! ¡Detrás de la sala de deportes!»

Llegué apresurada al lugar, revisando el reloj para asegurar que tenía suficiente tiempo, le tomé de los hombros mientras él me miraba  un poco sorprendido y a la vez expectante.

—¡Tú!...¡Estás aquí!, espera ¿Qué haces aquí?, bueno más bien, ¿Cómo es que estás aquí?....¿P-por qué tú...e-estarías aquí?—Miles de escenas venían a mi mente, desde cuando conocí a Gia hasta mi despedida con Kaito aquella noche, todo ello haciéndome percatar de lo que hasta esta mañana pensaba era un hermoso sueño, una fantasía imposible, en realidad era parte de mis recuerdos.

«Todo eso...fue, cierto» mencioné para mi misma aunque estaba segura de que había movido los labios

Me estaba dando cuenta de todo de golpe, algo parecido a cuando recordé de donde venía al romper Pandora. Pero claro, esta vez era distinto, porque simplemente no estaba recibiendo explicaciones de nada, lo que me llenaba de aún más conmoción y hacía los latidos de mi pecho acelerar bruscamente. 

Ya no decía nada, sino más bien balbuceaba, intentando acomodar mis pensamientos. Kaito por su parte parecía muy entretenido con la situación y mantenía un rostro sonriente e incluso reía.

—E-en-tonces, 'tú y yo'...'¿r-realmente...

Su mirada cambio entonces, a una de comprensión quizá imaginando cuanto caos estaba produciéndome todo al momento, tomo mi barbilla con delicadeza, alzando mi rostro y dirigiéndolo hacia el suyo, sin mucho apuro pero con determinación junto nuestros labios y un escalofrío llevó mi cuerpo a temblar y casi me fallan las piernas.

Me abrazó suavemente por la cintura, evitando así que me separase y al cabo de unos segundos nuestros labios apenas se desprendían el uno del otro dejándome una sensación de cosquilleo en los mismos.

Era increíble el darme cuenta como mi mente reconocía esa sensación, por mucho que en la "realidad", si así podía llamarla, nunca había besado a nadie y sin embargo...recordaba eso de forma tan vivida. 

Llevé mis manos a mi rostro de forma precipitada y no pude evitar esconder el rostro en su pecho. Estaba emocionada, feliz y a la vez avergonzada, por lo que sabía que mi rostro evidenciaría todo lo que sentía obvia e indiscretamente.

—¿Lo recuerdas ahora?—preguntó de forma juguetona, y yo solo pude asentir sin mirarle.— Me alegro por ello.—Mencionó entre risas y se acomodo para abrazarme mejor. Después de un rato abrazándome los dos en silencio se atrevió a decir.— Muy bien, parece que vamos con el pie derecho, así que después de este bello encuentro ...¡Vayamos a almorzar!

Tomó mi mano y comenzó a caminar a lo que yo le detuve soltando mi mano con un poco de duda.

—E-espera, sigo sin explicarme cómo es que estás aquí...¡Digo no es porque no me guste que estés aquí es solo que...

—Te entiendo...—Interrumpió para calmarme—aunque... es una larga historia, y creo que sería mejor que te la contase tras acabar las clases de forma más calmada.

—Oh, claro...amm otra cosa... Hablas...¿español?, ¿desde cuando?

—Desde que llegué aquí supongo...

—Ahora... ¿Te llamas David... Weisz?

—Bueno... no podía vivir en este mundo llamándome Kaito Kuroba... aunque sea mi verdadero nombre, eso sería un problema.

—Ja,ja, supongo que tienes razón, pero ¿porqué ese nombre?

—Hmmm... quizá porque ya lo había usado antes y porque creí que podrías recordarlo.— explicó alzando sus hombros como si realmente no hubiera un motivo muy especial.

—Es cierto, aunque en parte es un poco divertido pensarlo así.— sonreí divertida, a lo que el regreso el gesto.

—Bueno, si ya no hay más preguntas por hacer ahora...¿Te parece si nos vamos?

Volvió a tomar mi mano con delicadeza, encaminándose a irnos, lo que me hizo recapacitar en algo importante.

—Kaito, aún no podemos irnos, creo...que tenemos un problema.

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Hasta aquí el capítulo de hoy, muchas gracias por leer ¡espero que lo hayan disfrutado!

Realmente estoy muy emocionada, ¡Es un nuevo comienzo para estos dos personajes!, ¿Qué podría malir sal?...ehh *salir mal*....Bueno, descubranlo en el próximo capítulo.

~See you next illusion~