Memorias del pasado.

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Habían pasado algunos de días desde que, junto a Kaito, nos enteramos de la próxima visita que realizarían sus padres. Trabajar en sus memorias estaba siendo difícil, ya que por algún motivo parecía tener un bloqueo con ellas y no sabíamos como contactar con nuestros amigos elementales para solucionar el asunto.

"Mañana... sería mejor si no vinieras mañana" fue lo que me pidió, y supuse que quería empezar a prepararse mentalmente para ver a su padre.

El día antes de la llegada de sus padres paso lentamente, o al menos así lo sentí yo, pues me mortificaba pensar que estaría pasando con Kaito y quería verle, pero tenía que respetar su decisión de estar solo.

Ahora, siendo de noche y sabiendo que sus padres estaban en casa, solamente observaba mi teléfono de vez en cuando mientras rondaba en casa. En la mañana, le había marcado para darle todas mis buenas vibras y para decirle que en cualquier momento, si se sentía muy abrumado, podía mandar un mensaje y yo intentaría ayudarle.

Mi padre había llegado de una junta de trabajo apenas unos minutos antes y para reunirnos en familia ahora debía dejar el móvil a un lado. Pasada la hora de la cena, y ya estando cada miembro de la familia en sus propios asuntos, recuperé mi dispositivo y me dispuse a revisar todo nuevamente, procuré tomar el hecho de que Kaito no había mandado ningún mensaje como una señal de que se encontraba tranquilo.

Eran al rededor de las once de la noche cuando mientras trabajaba en mi proyecto de clase sentí la vibración de mi teléfono en el escritorio. "Todo bien... se han ido a descansar, les gustó mucho la habitación que les preparamos".

Me alegré al leer aquello, de verdad nos esmeramos en preparar ese espacio, sobre todo él. Comenzamos a platicar entonces sobre su día:

{—Fue mejor de lo que esperaba

¿En serio?, eso es bueno, me alegra que hayas podido estar tranquilo—}

{—Bueno... no tanto, cuando los vi por primera vez en el aeropuerto sentía que no iba a poder contener las lágrimas.

{— Pero fue lo más grato volver a ver a Otousan después de tanto.


Hablamos otro rato más antes de irnos a dormir, me contó que al estar junto a sus padres pudo recuperar una que otra memoria esporádica conforme platicaban. Me seguía generando conflicto el saber que cuando intentaba recordar muchas cosas juntas lo único que conseguía era un fuerte dolor de cabeza, me recordaba en cierto modo al dolor que sentía yo al recordar cosas entre sueños en su dimensión y me preocupaba que estuviera pasando por algo similar. Lamentablemente, eso era algo en lo que tendríamos que seguir indagando. 

Al despedirnos, Kaito me explicó que no iría a la escuela al día siguiente para así aprovecharlo lo más posible. No tendría mucho de que preocuparse, apenas sería lunes y prácticamente no se perdería de nada con los temas. Sus padres se quedarían alrededor de dos semanas, pero estaba segura de que todas las cosas que pasaban por la mente de mi amigo mago hacían que ese tiempo pareciera poco.

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Ya era lunes por la tarde, la mañana en la escuela se había sentido algo lenta por la falta de temas nuevos, sin embargo, era bueno que mis amigas siempre hicieran mis días más entretenidos. 

Al volver a casa me encontré con la sorpresa de ver a mi padre ya en mi hogar, nos acomodamos con alegría en la mesa y mientras disfrutábamos de la comida él nos dijo lo siguiente:

—Mañana me reuniré con los miembros de la empresa para cerrar el negocio del que les había hablado la semana pasada. Si todo sale bien, esto podría significar un ascenso para los miembros de mi equipo. —Comentó con alegría, mientras nosotras escuchábamos atentas.

— Les adelanto también que el CEO de la empresa con la que estamos haciendo la transacción nos ha invitado a una cena especial este fin de semana, desea que sea un evento familiar, así que vayan preparándose. Será en lugar muy elegante y no dudo que estarán personas muy importantes, después de todo un evento de la compañía Suzuki no puede ser un evento convencional, ja, ja.

No pude terminar de escucharle cuando en mi mente retumbó aquel apellido, Suzuki, ¿Podría ser aquella familia tan relevante que conocí viviendo en Japón? Me parecía una locura, Kaito explico que muchas cosas habían cambiado pero... ¿Cuáles no?

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¡Hola de nuevo!, ha pasado un tiempo desde mi última actualización ja,ja pero seguimos vivas.

Es el último día de mayo, y me es casi imposible ignorar que ya es prácticamente el segundo año que cumple esta historia. Sigo agradeciendo infinitamente su apoyo y no puedo describir la alegría que me da recibir notificaciones de gente leyendo y comentando en ambas partes de la historia.

Cuentos  de media luna-  Kaito Kid y tú (Actualizaciones Lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora