Usandonos [Kakyoin x Jotaro]

~Pandora~

Narra Kakyoin :
Estaba en un sueño, un lugar cálido, un campo lleno de flores hasta donde alcanzaba mi vista. Una suave briza que movía mi cabello de un lado a otro y árboles gigantes. Sentado en un columpio que colgaba de una de sus ramas meciendome escuchaba a alguien hablándome.

De repente desperté con frío y un dolor en todo mi cuerpo, frente a mi estaban la señora Holy y Jotaro.

-Kakyoin! Cómo te encuentras? Me dijo Jotaro que resbalaate al río.

-Eso fue? - miré a Jotaro que salió de la habitación con un cigarrillo en la boca-

-Quieres ir a un hospital?

-Estoy bien, en verdad, muchas gracias. Lamento causarle molestias.

-No - negaba con la cabeza- te duele algo? Iré a preparar un té - salió preocupada de la habitación-

Claro que me dolía el cuerpo, pero no era nada comparado a la presión que sentía en el pecho. Tras recordar esas escenas mis ojos se llenaron de lágrimas que empezaron a caer y rápidamente seque.

Busqué mi teléfono para hablar con pol pero no lo encontré, suponía que se había quedado en el río.

Ahí entró Jotaro.

-Buscas esto? - me lanzó la caja con los Gemelos de esmeralda-

En ese momento maldije tanto a Jotaro por recordarmelo. Bajé la mirada para que no fueran vistas mis ganas de llorar.

-Mi teléfono.

-Ah sí , también lo encontré pero no sirve.

-me lo imaginaba.

-Quieres hablar con tu familia?

-No, está bien.

Jotaro se sentó frente a mí y tomó la caja de mis manos.

-No voy a preguntar porque lo hiciste, así que está bien - la abrió dejándolos ver intactos y brillantes- tan caros o importantes eran que te los quitaste antes de saltar?

-No son míos.

-Entonces de Polnareff? Aún que no se ven de su estilo... Ahora que los miro bien, me recuerdan a tu...

No lo dejé terminar la oración por un golpe en el rostro que le di.

-Por dios, cállate. Puedes quedartelos si quieres no me importan y por qué lo hiciste? Ni siquiera me conoces para que saltaras 40 metros a un río helado. - él no dijo nada, solo miraba el piso- Debo irme - me levanté, tomé mis zapatos que estaban a un lado y camine hacía la puerta cuando él me tomó del brazo y me tiró al piso y subió sobre mi limitando mis movimientos-

-No lo hice para que me agradecieras! Ni siquiera porque me caigas bien! Solo pasó, yo tampoco estoy seguro del por qué. - su tono de voz bajó-

Narra Jotaro:

Al último cambie de opinión. Mi madre insistió mucho en que viniera, seguro que ya todo estaba por terminar.

Cruzando por el puente los fuegos artificiales estallaron en el cielo, llamaron mi atención por un momento hasta que escuche como algo caía al agua, en ese segundo miré un stand, recordaba verlo antes, estaba ahí a mitad del puente en la orilla mirando el río y después desapareció.
Rápido corrí hasta ese lugar donde sin pensarlo me lancé. El agua estaba a una temperatura muy baja, que sentía como miles de agujas atravesaran mi cuerpo, después lo vi a él. Noriaki, aún con los ojos abiertos, estaban rojos, tal vez por el reflejo de las luces en el cielo? Cuando logramos salir me miró triste.

-Pensé... Que no vendrías.

Fue lo primero que salió de su boca, flotando junto a él estaba su teléfono hundiéndose y una caja de terciopelo negra con dorado. Las tomé y lo cargué hasta mi casa.

De nuevo a la casa de Jotaro~

-Pensé que estaría bien si lo hacía.

-Ahora puedo irme? *no me miraba*

-Una parte de ti parecía que no quería llegar a esa situación.

-...

-Tu stand, se quedó mirando las luces y después el río, así que creo que fue por eso. - escuché un quejido saliendo de su boca, cuando lo miré estaba mordiendo su labio hasta que sangró, ahí le solté las manos y el las llevó directo a su cara*

-No me iré, pero puedes dejarme solo?

No dije nada, solo me puse de pie y salí. Permanecí sentado toda la noche fuera de ese cuarto fumando mientras escuchaba algunos gritos ahogados en la almohada y  sollozos. Al día siguiente sin darme cuenta me había quedado dormido en la madrugada y él ya no estaba en su habitación. Rápido corrí hasta la puerta dónde estaba mi mamá parada.

-Oh Jotaro, dónde estabas? Te busqué en tu habitación pero no te encontré.

-¿Dónde está?

-Despertó muy temprano y se fue, dijo que gracias por cuidar de él.

Te equivocas madre, él no despertó temprano, nunca durmió, espero hasta que yo lo hiciera.

Quise ir tras él pero mi mamá me detuvo.

-yo también estoy preocupada de que esté solo, pero tal vez es lo que necesita.

Regresé a la casa, pasando por el cuarto donde se había quedado miré la pequeña caja.

- Su caja de pandora, eh?
-Pasé de largo hasta mi cuarto donde me di un baño y me recosté-

Fin del cap