HIDDEN [Bienvenido al Mundo de los Olvidados] ©

15. Sospechas Incrustadas.

Sueños.

Un estado de reposo en que se encuentran las personas que duermen, o serán, ¿los anhelos y deseos que viven dentro de cada uno y requieren ser despertados?

Algunos piensan que a través de ellos podemos estimular una recepción de mensajes, cuya interpretación correcta puede ayudarnos a conectar situaciones reales con una organización física y mental. Pero, ¿qué sucede sí somos desorganizados? ¿Las pesadillas se apoderan de nosotros?

¿Qué son las pesadillas?

Las pesadillas son sueños desagradables que nos producen angustia, ansiedad, miedo o terror. Son experimentados a cualquier edad y por cualquier persona, sin importar qué todos llegan a tenerlas.

—Monstruo.

Monstruos. Creadores y protagonistas de nuestras pesadillas. Aquellos con grandes garras y afilados dientes que se esconden en los armarios o debajo de tu cama o, tal vez, es un ser de carne y hueso que acecha a otros a través de un oscuro camino para jamás dejarla regresar a casa.

No lo sé. ¿Tú lo sabes? ¿Sabes quién es él? ¿Conoces la cara del asesino? ¿Sabes quién es el monstruo? ¿Es él? ¿Es ella? ¿Soy yo?

Mi respiración es agitada, mi pecho sube y baja mientras mi corazón quiere salirse de él, para este punto, siento la capa de sudor bajar dolorosamente. Lentamente, inspecciono mi alrededor; este no es mi cuarto ni mi casa. Lo único que sé es que hay muchas personas temblando sobre sus asientos con los ojos llenos de lágrimas, mirando con una mezcla de terror y resignación a quien se encuentra detrás de mí.

—Despertaste. — Su distorsionada voz congela mis esperanzas. El frío de la hoja del cuchillo me estremece e incómoda

No puedo emitir ningún sonido, mis cuerdas vocales parecen no estar en su lugar, además, una mordaza cubre mis labios mientras una tela blanca — de lo que parecen sábanas — sujetan mis muñecas.

—Juguemos ajedrez.

Sus cuencas vacías se llenan de maldad y perversión al saber que tiene la victoria entre sus manos. Cuando una línea roja me dirige hasta el borde de un abismo, todo comienza a dar vueltas, al igual qué un tornado arrasando con todo a su paso hasta que un tirón se apodera desde mi estómago, sube por mi garganta y sale de mi boca; entonces, me doy cuenta que ahora estoy parada en una especie de pasillo oscuro, donde la única luz —igual como escena cliché de película de horror — ilumina una puerta ubicada al final.

Mi mano se acerca lentamente hacia la manija plateada, insegura y con las palpitaciones acelerándose, la giro y abro.No puedo gritar, por más que lo intente mi boca es incapaz de emitir ningún sonido.

Un cuerpo encogido como feto se halla en medio de la habitación, el único sonido audible es el de su respiración dificultosa.

—¿Adrik?