Pogo. [🤡]

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muchísimo texto.
!! tw; abuso físico.

" Pogo quiere mucho a Horacio."

[🤡]

- ¡Bailalo Pogo!

Se conocían desde muy pequeños, cada uno de sus secretos, problemas, debilidades y fuerzas se lo sabían de memoria por pasar lo que llevaban de vida juntos.
Gustabo y Pogo tenía 11, Horacio 10, los tres sabían complementarse apesar de que tenían un dos por uno ¡Pero no evitaba que se sentirán unidos!

Pogo, la persona que siempre estaba para hacer Horacio reír al estar decaído por recordar su hogar, le enseño como bailar y nunca dejar de sonreír.

- ¡WOOO!

Pogo y Gustabo tenían una sola cosa en común; amaban a Horacio como si fuera su propio hermano de sangre, verlo crecer y estar al lado de él era muy relajante y harían cualquier cosa para el bienestar del menor, incluso llegaban a morirse de hambre por cinco días para que el pequeño no tuviera problemas. Viniendo de un hogar disfuncional, que apenas tenía para menter la renta de la casa, un día Gustabo despertó para verla abandonada, no recordaba la cara de sus padres o si tenía a a alguien más, pero tampoco quería perder el tiempo en recordar a gente que lo abandono por no poder pagar tratamientos caros para su "problema".
Gustabo nunca le vio problema en tener a Pogo, se le hacía divertido despertar y leer unos chistes que supuestamente el había escrito, lo tomaba como un amigo y ahora Horacio también, lo cual le hacia automáticamente familia apesar de no estar físicamente allí y ser una enfermedad.

Horacio estaba bailando con ánimo, tarareando una canción que había escuchado en un parque mientras buscaba comida con su hermano y le había gustado mucho, Pogo lo veía con una gran sonrisa y aplaudiendo alegremente, saltando levemente mientras lo miraba con grandes y brillantes ojos celestes.

Si había una diferencia entre Gustabo y Pogo, es que el primero era menos expresivo y el segundo no, eran actitudes complemente distitas y Horacio daba por echo que tenía dos hermanos en uno, sin entender mucho el problema.
El pequeño niño rubio se lanzó a los brazos del contrario, ambos riendo con total ánimo y rodando entre la tierra limpia de piedras filosas que le corten la piel, se abrazaron con total cariño, haciéndose saber que estaban para el otro.

- Pogo quiere mucho a Horacio.

- Yo también, te quiero a ti y a Gustabo.

Y durmieron en la tierra.

Pogo los quería mucho.
Horacio los quería mucho.
Gustabo los quería mucho.

¿Cuando terminó tan mal?

El rubio aún recordaba cuando trató de robar en un badulaque y el dueño lo acorralo un callejón, en ese entonces solo tenía 14 años y no quería que lo llevarán a uno de esos lugares donde llevan a niños que nadie quiere ¡No quería dejar a Horacio esperando!

- Ya vas a ver rata, llamaré a la policía.

- ¡No! Por favor, si es solo una bolsa de pan blanco señor y-yo...

- Pues trae dinero o llamo a la policía.

Horacio se podía quedar solo, indefenso ante la mala gente que le quiere hacer daño.
Apretó sus ojos con fuerza al sentir un gran mareo, apoyándose en la pared de ladrillo que tenia detrás para no caer de rodillas, lo ultimo que vio fue la cara preocupada del señor.

Todo se volvió negro, solo pudo escuchar a Pogo reír de fondo.

Y de repente, estaba sentado, mojado de un líquido rojo, apretando con rabia entre sus temblorosas manos un pedazo de vidrio, adolorido en algunas zonas del cuerpo.
Jadeo, mirando desorientado el lugar oscuro, mirándose y mirando el cadáver que tenía frente suya.

Amor para Horacio. | lil historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora