Amor para Horacio. | lil historias

Gustabo. [🌅]

Y pensando...
Sinceramente te quiero así.
Tal como eres, y como sé.
Que lo qué haces te hace feliz.
Tal como eres...

"A pesar de todo, Gustabo lo quería tal como era."

[🌅]

Nadie podía comparar su dolor con el suyo, todos tienen formas distintas de mostrar el dolor, llevar eso para redimirse, aprender y vivir con la pérdida. Gustabo se negaba aún a mostrar las lágrimas rápidas que caían de sus ojos cuando estaba solo, negó todo tipo de consuelo, niega a voz alta querer a aquel que vio crecer de pequeño y, a pesar de todo, todos saben que eso es una forma de ocultar el gran vacio que tiene.

Gustabo paso de ser miserable a ser una mierda total, ahora entendía a Conway a que se refería con ser un fantasma.

Se sentía tan pequeño sin él a su lado, como si estuviera abandonado y solo en las calles nuevamente a pesar de tener un sueldo estable, casa y mucho dinero, lo tenía todo pero sentía que no tenía nada. El silencio que tenía en sus días cargados de estrés y emociones negativas solo le recordaban las veces que Horacio estaba a su lado estando mal, esa actitud apagada, ojos sin brillo alguno, su hermanito estaba mal y sentía que no hizo una mierda para hacerlo sentir mejor.
Lo extraña, lo extraña mucho.
Horacio, ese chiquillo especial que llego a su vida de la nada, que se comunicaba abiertamente con los demás sobre todo con distintas expresiones o siendo directo, tan sensible, emocional y lleno de cariño para dar a pesar de lo que vivió.

Los abrazos que dio, eran abrazos llenos de cariño, compresión y ternura, esos que te dejan reconfortado luego de uno.
Gustabo necesitaba esos brazos apretando sus costados como nunca, su voz tranquila, sus mimos injustificados y bromas.

- ¡Wilson!

Levantó su mirada cansada, mirando con indiferencia al hombre que le ordenó acabar con su alma gemela en primera lugar, estaba con una carabina en sus manos y con unas personas detrás de él.

¿Donde estaba?

- Céntrate coño, que los chicos de la droga te estan mirando raro.

Ah, verdad.

Estaba haciendo perímetro para la venta de drogas, bajo sus hombros e hizo una mueca debajo de su máscara, alejándose unos pasos para orientarse en la pequeña isla, mirando las pequeñas olas chocarse con unas rocas.

Horacio...

Miro la costa con ojos azules apagados, viendo como el mar se ponia de colores calidos por tener al sol ocultándose tímidamente detrás de él, sentía los rayos de sol calentarle levemente pero su mente seguía de fría y oscura.
Todos estos días habían estado tranquilos, como si hubiera perdido el sentido caótico luego de lo sucedido, lo agradecía internamente pero no podía evitar pensar en él osito de peluche.

La vida era así, se perdían cosas, lloras un rato y te olvidas, es una hija de perra y Gustabo pensó que ya lo había descubierto, superando esto por su cuenta. Lamentablemente se dio cuenta que nunca paso ese hecho solo, si no con él que siempre tiraba para abajo por unas risas, Horacio.