12. LA REALIDAD.

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Durante los siguientes días Marina empeoró más si podía, por eso, ni Alba ni Manu querían salir del hospital en ningún momento, lo hacían única y exclusivamente para lo imprescindible, como dormir en una cama decente una noche sí otra no, o para ir a trabajar como era el caso de Alba. Natalia llena de generosidad y empatía se ofrecía a quedarse muchas tardes con el pequeño Dani, a lo que éste estaba encantado de pasar tiempo junto a ella. Se había convertido en una persona muy importante para la familia, incluso para Marina que aún no lo conocía.

Dani sentía adoración por ella, esperaba con ansias que llegase la tarde para poder ir con ella a jugar al parque, a ver una película al cine o simplemente ir a tomar un helado. Incluso le ha llevado a su nuevo piso a que le vea, en el que Dani ya se ha agenciado su propia habitación y ya tiene en mente como amueblarla y adornarla. Ella lo único que quería era que el niño viviese feliz, ajeno a la desgracia que se avecinaba en su familia, la desgracia que cada vez estaba más cerca y que no podían hacer nada por evitarlo.
Muchas veces hablaba directamente con Marina, la distraía mientras permanecía en el hospital, y sobre todo la contaba lo que hacía con Dani los días que se quedaba con él, mandandola fotos y vídeos.

Entre una de las nuevas rutinas de ambas, se encontraba la de dormir juntas los días que Alba no se quedaba junto a su hermana. Se acostumbraron a ser lo primero que veían al despertarse entre besos y caricias, a desayunar juntas tonteando y a despedirse para irse cada una a su trabajo.

- Bueno mini, me voy a ir que está Natalia abajo esperándome, ahora sube Manu ¿vale? -Dijo a su hermana que asintió como podía desde la cama del hospital.

- Di... suba

- ¿Qué?

- Na...tal...ia, sube.

- ¿Quieres que suba Natalia? -Consigió entender. Marina asintió con la cabeza.- ¿Segura? -Volvió a asentir.- Vale... ahora la llamo.

Salió al pasillo y tras marcar el teléfono al fin escuchó la voz de su novia.

- Albi, estoy abajo.

- Ya... Nat ¿te puedo pedir un favor?

- Claro mi amor, ¿qué necesitas?

- Que subas. Mi hermana me ha dicho que quiere que subas.

- Alba...

- Si no quieres no pasa nada, lo entiendo.

- Claro que quiero Alba, pero hace un par de semanas me dijo que no quería que la conociese.

- Ya... no sé porque ha cambiado de opinión, ahora está mucho peor.

- Bueno, si es lo que quiere ahora subo ¿vale?

- Gracias Nat, te quiero.

- Yo más cariño, ahora te veo.

Y en cuestión de pocos mintuos, Alba, sentada en las sillas del pasillo la vió caminar hacia ella y se levantó automáticamente.

- Hola mi amor -Saludó Natalia al tenerla en frente, con un ligero pico en sus labios.

- Nat... yo no sé si has visto algo así alguna vez, pero mi hermana está muy mal físicamente, la vas a ver destrozada, casi ni puede hablar y ni siquiera se mantiene en equilibrio, es para avisarte de lo que vas a ver. Sé que no te he contado exactamente lo que la pasa, pero dame tiempo, por favor.

- No te preocupes Albi, seguro que es guapísima -Intentó calmarla.- ¿Vamos?

Lo que Natalia no sabía era que las palabras de Alba tenían tanta gravedad y lo que menos se esperaba era que la imagen que vió de su hermana la recordara aquel día en el que Olivia se fue. La última vez que la vió tenía un aspecto parecido a Marina, un aspecto que se resumía más en la muerte que en la vida.

NOVIA POR CONTRATO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora