14 - Jack el traumador

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Capítulo narrado por Jack

—¡NORTEEEEEEEEEÑOOOOOO!— grité a lo desgraciado y Tooth me pegó por andar gritando como perdido tan temprano.

—¡No empieces con tus cosas!— Dijo, me regañó, y se fue enojada volando.

¡Por la luna! ¡Hoy todo mundo se enoja conmigo! Pero bueno, por la pajarillo no es que ando aquí.

—¡¿NORTE TE FUISTE AL SUR O ADÓNDE ESTÁS?!— Mal chiste lo sé, pero en ocasiones aparece para callarme o pegarme. No malpiensen. Sucias. Indecorosas.

—¡¿AHORA QUE QUIERES?!— gritó desde arriba el viejo verde.

Mordió el anzuelo el abuelucho. Malo desde la cuna, ah no, así no era.

—¡Respuestas mi Sugar, eso quiero!— su cara se volvió en una mueca de asco. Él se lo pierde, ya quisiera que yo fuera su Baby.

—Se te congeló el cerebro, ¿verdad?— los duendes cerca se rieron del MALÍSIMO CHISTE.

—Ja, ja— dije sarcástico — Mira amá, me mié por el chiste de Norte— levanté una ceja demostrando que su chiste había sido malísimo.

¿Ya dije que fue malísimo?
Pos lo fue. Ai te bes.

—¿Respuestas de qué? — me miró de mala gana el desgraciado.

—¿Cómo está eso...—me acerqué un poco—...qué te shippean con Pitch Black?—

Norte se me quedó viendo feo. A Conejo se le cayó la masa de waffles, Tooth se arrancó una pluma y Sandy se quedó en plan: Me quede así ira.

—¡¿QUÉ DIABLOS LEES JACK?!—Norte gritó tan fuerte que casi salgo volando. Se me revolvió el body.

—¡LO QUE ME RECOMIENDAN!— grité de igual forma.

Norte empezó a murmurar cosas que ¡no me interesa entender! Y todo mundo me veía indignado. Ni que yo lo escribiera.

Oigan...¡No! ¡Fuera! ¡Impulso de idiotez!.

—¿Sabes que Jack?— Norte por fin me volvió a ver— ¡Dame ese teléfono! — y se abalanzó.

¡Huy, viejo! ¡Este body no lo tendrás ni en sueños!.
De nuevo, no malpiensen. Indecorosas.

Norte trataba de quitarme el teléfono, no lograndolo, obvio, hasta que yo intenté volar y me jaló del piecito.

—Mmmmm...—Conejo se asomó—Patas— dijo viéndome.

En eso Tooth y Sandy le pegaron por sucio.

—¡Dame el teléfono Jack!— exclamó el viejo tratando de sacarme el aparatito.

Logré safarme de su agarre (no sé como, no pregunten, es la magia del cine) y volé a mi cuarto a encerrarme.

¡De aquí no salgo hasta tener mi trasero a salvo!

Si Jack Frost tuviera WATTPADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora