Capítulo 10.

130 15 6
                                    

Azul...

La pregunta de Amaris, no me dejo dormir, no pegue un ojo en toda la noche, entre recuerdos de lo que había pasado y confusiones, sentía un inmenso deseo que lo de anoche se repitiera, pero mi conciencia me gritaba que eso estaba mal, estúpidamente mal, yo no soy lesbiana, no me pueden ni me deben gustar las mujeres.

Llore en silencio por un rato para que mi mama no se diera cuenta de lo que había pasado, además me percate que Amaris me había dejado a propósito un chupetón en un muslo, menos mal que no fue en el cuello.

Me bañe más temprano de lo normal nuevamente estaba recordando todo lo sucedido definitivamente estos días evitaría a toda costa el ver a Amaris al menos hasta no poner mis pensamientos en claro

Mamá: ¿Azul, que te pasa hija, hoy te ves extraña, te sientes mal?

Azul: Nada mamá, vamos a desayunar por favor.

Mamá: Ya ves como si estás rara, tu desayunando y pidiendo las cosas por favor

te conozco y estoy segura que algo te pasa.

No me di cuenta, pero me puse a jugar con la taza del café, jugaba con el borde.

Azul: ¿Mamá? ¿Cómo sabes cuando algo está bien, pero está mal para los demás?, y sin embargo no les afecta, pero aún así juzgan.

Mamá: ¿Cómo por ejemplo?

Azul. Ma..., tú que pensarías si yo te dijera que me gustan las mujeres

Mamá: ¿O sea que eres Gay?

Azul: No mamá, gay no, lesbiana.

Mamá: Pues es lo mismo chamaca tonta, pensaría que te levantaste muy de buenas para hacerme ese tipo de bromas, primero porque eres mujer y a ti te deben gustar los hombres, de menos es lo que espero de ti que te cases y me des muchos nietos.

Azul: ¿Y si no estuviera jugando, si fuera cierto, me apoyarías?

Mamá: No lo sé, pero no lo creo porque no te vistes como niño ni finges la voz, además, sabes perfecto que eso es mal visto en la sociedad y no nos darías ese tipo de disgustos ¿verdad Azul? -dijo viéndome a los ojos.

Azul: Lo siento mamá se me hace tarde.

Salí de casa sin saber que más responder, lo cierto es que mamá me había dejado más confundida que al principio, lo único en lo que pienso es en la marca sobre la pierna, en el deseo que ella me provoca y en lo disgustada que estaría mamá.

Amaris...

Han pasado seis días después de lo que sucedió con Azul, yo no he dejado de enviarle textos, de escribirle mil cosas y marcarle más de una vez al día, pero ella esta evitándome, a veces no entiendo lo que su razón cree correcto y lo que su corazón le desmiente al segundo en que nos vemos, supongo que el amor es muy cabrón, es una conclusión sencilla o es un aliado increíble o te quiebra la vida a pedazos..., sinceramente aún no descubro que papel juega ella, pero me gustaría creer que Azul será algo más que esto y como siempre cuando algo me interesa, voy a esforzarme por cubrir todas las posibilidades en el mar de dudas que ella tiene, porque aún me debe una respuesta.

Normalmente cumplir años me pone muy de buenas, pero este año se siente diferente, todo ha pasado a segundo plano y ella ha llegado a cubrir la totalidad de mi atención, por lo que creo que la mejor idea es traerla a casa para mi cumpleaños, así sabré de una vez por todas si esto es real o sí debo aplaudirme frente al espejo por segunda vez, porque me han visto la cara de idiota.

Tomé el celular y le envíe un texto, claramente no espero una respuesta, pero en serio espero verla el sábado en casa o sabré que todo ha terminado.

TÚ MI MAYOR Y MÁS GRANDE MIEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora