Varados en Argentina

Mate de marihuana

Recién despertaba cuando desde la habitación de Go pudo oír una conversación, no es que fuera cotilla, para nada.

- Ma, me das para comprar facturas? -

Preguntaba Go.

- Vos que te pensas, que yo cago la plata? -

Respondía Claudia.

- Una vez lo hiciste. -

- ¡Estaba borracha cuando me trague ese billete de cien! -

- Pero lo hiciste. -

- Bueno, bueno. Toma y deja de romper las bolas, y vos lavas los platos. -

- Qué son las facturas? - preguntó Tomura apareciendo.

- Ah, Tomura. Vení conmigo a comprar. -

- Te dije que me dijeras Shigaraki. -

- JAJAJAJA no. -

Tomura rodó los ojos y salieron a la calle, rezaba por no volverse a encontrar con Firulais en miniatura.

- Entonces que mierda son esas famcturas? -

- Facturas, son masas dulces y lo más rico que hay. -

- Mmm no sé. Dijiste lo mismo con el Fernet, cada vez que lo pienso me dan ganas de vomitar. - La noche anterior, junto a la comida - había probado por primera vez milanesas -, Go le había servido un vaso de Fernet con Coca. Tomura no estaba preparado para eso.

Media hora después.

- HIJO DE PUTA TE COMISTE TODAS LA MEDIALUNAS, ESCUPILAS ESCUPILAS. -

Tomura corría siendo perseguido mientras se atragantaba con medialunas. Después de ser amenazados por Claudia con un cinto, siguieron con su desayuno.

- ¿Mate? Pero tú acabas de poner tu boca en la bombilla, eso es como un beso indirecto. -

- En Argentina no existen los besos indirectos, toma el mate y no rompas las pelotas, huevon. -

- ¿Y sabés de qué me di cuenta? Que si me tapo el orificio nasal izquierdo puedo respirar bien por el derecho, pero si me tapo el derecho no puedo respirar bien por el izquierda. Loquisimo. -

- Flaco, cállate, no te aguanto más sos re insoportable. Nunca más te doy mate. - Decía Go harto de las pelotudeces que decía el japonés después de haber tomado un par de mates, sospechaba que Maxi - el boliviano que había montado un maxiquiosco en la esquina - le había vendido mariguana en vez de yerba.

- ¡Mira se te ve un moco! -

- ¿QUÉ? - Y Go llevaba sus manos a su nariz. - ¡Mentira! -

Y Tomura se reía escandalosamente.

Una hora después, luego de que Tomura dejara de comportarse tan extraño, ambos chicos empezaron a organizarse.

- Bueno, iremos a buscar a tus amigos ahora. -

- ¿Y donde los vamos a buscar? -

- Estaba pensando y si yo fuera extranjero y me perdiera en Buenos Aires, iría al Obelisco, todos lo conocen. -

- No sé si esos burros piensen así, no importa. Vayamos -

Y salieron de la casa, tomaron un colectivo, que para desgracia de ambos estaba lleno, y junto a ellos iban un chico que al parecer se había bañado por última vez cuando Mirtha Legrand nació. Go le contaba cosas sencillas sobre costumbres, formas de hablar, comidas típicas. Incluso hacia la del amigo mala influencia y le enseñaba un par de insultos y palabras características.

Pronto estuvieron en el Obelisco. Tomura lo miró sin entender.

- Es un palo blanco. -

- ¡Es el obelisco! -

- Si, como sea. Acá no están mis amigos. -

- Mira, la verdad no sé que decirte. -

Decepcionado, Tomura caminó junto a Go para volver a la casa del último. Pero en el camino su suerte cambió.

En la vereda del frente había un banco, y de el salían algunos chicos que él conocía muy bien. Llamaradas azules le dieron una bienvenida seguido de un diccionario de insultos.

// Bueno, acá estoy con el capitulo dos. Ahre que solo tengo tres vistas, aunque espero que esta historia crezca más. La verdad me entusiasma mucho, me pareció una gran idea cuando se me ocurrió y decidí escribirla. Al principio los capítulos no van a ser muy largos pero luego probablemente aumenten.