Es la historia de Rubius, un joven de 25 años, que trabaja en un prostíbulo. Su vida era "normal" hasta que un hombre de pelos morados cambia su perspectiva de la vida.
Quiero avisar que esta historia contendrá muchas escenas explicitas, y que si er...
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No me grito, no pregunto. Jamas me sentí tan vació por la falta de curiosidad, en aquellos profundos ojos se veía decepcionado, no quería decepcionarlo.
Tras salvarme el solo se fue, yo no hice preguntes de su ausencia y el no hizo preguntas de porque estaba con un sado. Quizá ninguno de los dos quería saber la verdad, o ninguno quería contarla. El como de costumbre volvió, me veía de vez en cuando, pero no como antes, ya no estaba en primera fila, ya no se sentaba en aquellos sillones aterciopelados vip, mientras bebía su cóctel. Ahora su mirada se diluía con las de todos los otros hombre, no puedo negar que dolió, me sentí estúpido por enamorarme de un chico así, me sentí culpable. No quería perderle pero cada vez que cualquier chico se me acercaba el se alejaba, como si de una cuenta regresiva se tratase. Como si quisiera olvidarme poco a poco, no lo permitiría.
Un día como cualquiera, un día que cambio mi vida, tras mi espectáculo, juro que corrí tras tu robusta espalda antes de que cruzara el marco de la puerta, apenas y pude alcanzarlo, y cunado mis dedos rozaron su traje negro, el se volteo a verme con nostalgia.
-Puedo hablar contigo?- pregunte con la respiración agitada-
-Claro- respondió aquel hombre de semblante atractivo
Ambos caminamos a una pequeña sala, que sabia que no estaría reservada en mucho tiempo. Cuando se sentó con sus piernas cruzadas y su postura correcta, pensé que estaba viendo a otro hombre. Me senté delante de el, estaba buscando que decirle, y que me miraba como lo hacia no me ayudaba en lo absoluto, porque aunque su mirada reflejaba angustia, me parecía lo mas sexy en el planeta.
-Porque te fuiste?- solté tras unos minutos de incomodidad-
El bajo la cabeza, jugueteo con sus pulgares como si de una entrevista de trabajo se tratase.
-Cosas familiares- contesto sin mirarme, como si no pudiera mentirme a la cara-
-Estas enojado?- pregunte con miedo, miedo a perder aquellos ojos violetas-
-Es complicado- respondió mirando al terrible cuadro en la pared de la habitación-
-Puedes contarme- dije buscando sus brillantes ojos, que parecían muertos-
-Me voy a casar- soltó mas en un suspiro que en palabras-
Al escuchar eso un hormigueo inundo mi pecho, y sentí como un puñar atravesara mi corazón. Tan solo reí, reí con algunas lagrimas en mis ojos, reí queriendo llorara.
-Oh... pues felicidades- dije levantándome de mi incomodo sillón-
Me había enamorado de un hombre comprometido, un hombre al que no puedo amar.
-No te vallas- dijo desespero levantándose de su asiento-
Como puede ser tan egoísta, de dejarme así a su merced, y aun quiere acostarse conmigo?El me tomo de la cintura y me abrazo por la espalda, hundió su rostro en mi cuello. Sentí como mi cuello se humedecía, "estaba llorando?".
Nunca pensé que el lloraría, y mucho menos abrazándome de esta manera, me separa de el y tomé su cara entre mis manos, delinee el abatido rostro de aquel hombre, y lo bese, fue un beso corto, un beso sencillo, un beso en el que le entregue todo el amor que sentía por el.
-Felicidades- repetí con la voz cortada-
Salí de la habitación con la dignidad que me quedaba, con la sonrisa mas falsa que soportaban mis mejillas, y un puñar en el corazón que no despareció en mucho tiempo.
Otro capitulo algo corto, pero a que esta intencito? Perdón por romper su corazón.
La verdad yo me rompí mi corazón escribiendo este capitulo. Espero que les aya gustado, y esperen por mas suculencia que según los meteorólogos esta por llegar.
