Es la historia de Rubius, un joven de 25 años, que trabaja en un prostíbulo. Su vida era "normal" hasta que un hombre de pelos morados cambia su perspectiva de la vida.
Quiero avisar que esta historia contendrá muchas escenas explicitas, y que si er...
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Nunca entendí el amor que mata, cuando prefieres morir que no estar con esa persona que roba tus suspiros. Nunca ame como las películas enseñaban, me sentía vació. Tal vez por eso decidí entrar a trabajar a un prostíbulo, tal vez y solo tal vez siempre supe que era gay.
Después de aquel beso las cosas estaban en un limbo que ninguno sabia como romper. Yo no podía dejar mi trabajo, y el no quería que estuviera con otros hombres. No teníamos citas, pero el me besaba en el estrecho pasillo hacia los baños. No éramos una pareja, pero tampoco desconocidos. Como podía amar tanto a una persona sin habernos tomado de la mano antes? Jamás existieron las mariposas en el estomago, por ver un mensaje suyo, y esas ideas me decepcionaban. Yo quería algo mas, pero no estaba seguro de que le también, jamás hablamos de eso, solo bebemos en la barra del bar platicando como si fuéramos solo amigos. Me incomoda a decir verdad, y no se como romper este limbo.
(...)
Era un día como cualquier otro, yo bailando con un tubo entre mis piernas, y la mirada violeta penetra mi cordura. Como siempre lo espere en el estrecho y solitario pasillo hacia los baños de servicio, y ahí estaba con un traje negro y una camisa de vestir violeta. Precia preocupado, pues podía ver como tomaba grandes bocanadas de aire, y su mirada se perdía en el techo del lugar. Me acerque a el rosando con mi mano su hombro, ambos estábamos pensativos, pero al verme sonrió con aquella afilada sonrisa que invadía mis noches. Sin titubear el tomo mi cadera, listo para la acción. No se esperaba que lo detuviera, me aleje de el empujándolo con suavidad.
-Quiero hablar de algo- mi voz sonaba mas seria de lo que en realidad se trataba el tema-
El solo movió la cabeza en aprobación, y trago con dureza.
-Estado pensando- dije bajando mi mirada- Jamás hubo un plazo- intente plantear mis ideas-
-Como?- pregunto extrañado-
-Sabes... nunca tuvimos una cita- solté con temor-
-Ah- se quedo sin palabras-
-No se si... bueno... quieres algo mas serio- titube- debí empezar por ahí- dije algo avergonzado-
-Claro que quiero algo serio...-dijo con rapidez- si tu quieres, claro-susurro algo apenado también-
Era lindo saber, que no era el único que le molestaba este limbo.
-Quieres ir a tomar algo mañana- dijo después de una pequeña pausa de mi parte- claro, conmigo digo- dijo nervioso-
-Me encantaría señor Deluque- brome, sonriendo plenamente- Toma -dije extendiendo un papel con timidez- Mi numero -susurre con la mano en el aire-
El tomo el papel y sonrió.
-Te llamare, Doblas- dijo para buscar mi mirada-
Ambos sonreíamos como idiotas, definitivamente esto me gustaba mas que solo besarnos en un pasillo mal oliente.
