Mal de amores

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No quería derrumbarme, y lo hice

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No quería derrumbarme, y lo hice. No quería que esto me afectara, y me afecto. Me siento terrible por no ir a trabajar, pero no soportaría verlo ahí, con su sonrisa, su cabello y ojos, no lo soportaría.

Resulta que este tal Samuel, es bastante famoso, y su compromiso también lo es. Me sorprende como este hombre pudo pasar tan bien por hetero. La chica se llama Akira, la hija de uno de los colegas de su padre, ella es hermosa, rubia, delgada con sonrisa de ángel. No puedo competir, ademas de que falta tan solo 5 días para que se casen, en 5 días el único hombre del que me he enamorado se casara. Si se preguntan como se todo esto, su vida es completamente publica.

En mi cama, con helado en mi ropa, y un olor terrible a platos sucios, contaba los días. A veces quería que los días fueran mas deprisa, quería que ya se casara y así no tener mas esperanzas. El día antes de la boda, me arregle, porque? No tengo ni la menor idea. Me puse la ropa que uso normalmente en el club, me maquille. Y sin titubear, camine al club, disidido a volver a trabajar, pero ahora cobrando mas, pues ya no me importaba acostarme con hombre, solo quería salir de la pobreza, y ya no había ningún hombre de ojos morados que retuviera mis sentimientos. Alex, un compañero se sorprendió de verme. Me dijo que un tal Guillermo quería verme, pero como no había ido en días no creían que seria posible, pero que me estaba esperando en la sala vip. Sabia lo que quería, y ya no titubearía en dárselo.

El estaba ahí, con su cabello albino y su camisa de botones medio abierta, estaba explayado en el sillón con una bebida en la mano derecha. Me senté en el sillón de enfrente, el sonrió de lado.

-Vienes por más? -pregunte cruzándome de piernas-

El soltó un carcajada, y se inclino apoyándose en sus piernas. Arqueo una ceja y sonrió de lado.

-Por que mas vendría? -dijo volviendo a explayarse en el sillón-

Me levante de mi asiento, y camine hacia el, me senté de piernas abiertas sobre el, de cara a cara. Nuestras respiraciones se mezclaban y sentí su bulto en mi entre pierna. Yo tome su nuca y lo bese con pasión, el hacia fricción entre nosotros, mientras ambos devorábamos los labios del otro. Y así como así me llego la imagen de el, aquel hombre de ojos morados, quería ser solo para el, pero eso ya no podía ser. Así que continué, Guillermo sostenía firmemente mi cintura y con la otra mano pellizcaba mis pezones. Cada vez la fricción se hacia mas intensa, parecían estocadas de parte de el, así que empece a bajar mi mano por su abdomen, y el al sentir eso paro sus estocadas para que yo pudiera desabrochar su pantalón. Pero oh destino, porque juegas así conmigo? Así como así entro Samuel a la sala, su rostro estaba completamente rojo de enojo, camino con paso firme a nosotros y me tomo de la muñeca arrastrándome.

Estaba confundido, que hacia el aquí un día antes de su boda, el único día en el que pensé que no lo vería. El me encerró en una habitación mientras caminaba para aclarar sus ideas.

-Que quieres? -dije enojado-

El me miro y frunció el ceño

-Que hacías con el?- dijo sin responder a mi pregunta-

-Sabes que soy prostituto, verdad? - dije sentándome en la cama, con un tono de ironía-

-Pence que me querías? -dijo afligido, mirándome desesperado-

Me levante de la cama enfadado, puse mi mano en su pecho y lo empuje poco a poco hacia una pared.

-No puedes decir eso.. -dije con la tristeza en la garganta- Como te atreves, a casarte y decirme eso.. NO PUEDO SER TUYO, Y TAMPOCO PUEDO SER DE OTRO, QUE TAN INFELIZ TENGO QUE SER PARA QUE TU ESTÉS FELIZ? -grite entre lagrimas y algunos golpes en su pecho-

El me abrazo, eramos dos hombre llorando en una habitación de un prostíbulo.

-No me puedo casar, mas bien no me quiero casar- dijo sin separar el abrazo-

Con tan solo esas palabras sentí que podía volver a respirara, como si estos 7 días desde que me entere hubiera aguantado la respiración.

-Una persona sabia me dijo que nadie debía decepcionarse si era gay o no- dijo separandome ligeramente del abrazo y mirándome a los ojos- No tengo nada que temer -dijo con una sonrisa tierna entre sus labios-

No podía aguantar mas, aquel hombre me volvía loco, así que aun con sus sonrisa lo bese. Bese aquellos labios que había deseado besar desde hace mucho. Sentí como me acercaba a el tomando mi cintura y como yo jugueteaba con su nuca. Fue un beso de alivio, como si ambos no pudiéramos vivir sin uno, y hubiéramos pasado tanto tiempo sin aquel beso que al volver a tomarlo, fuer lo que mas necesitaras. Yo lo necesitaba.

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Ay el amor, a que los asuste?

No tengo mucho que decirles mas que muchas gracias por leer, y que espero les este gustando.

Yes, Daddy?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora