El rostro de Madara se veía compungido por el dolor, la sangre brotaba de la orilla de su labio mientras su cabello se pegaba a su frente por la sangre, una enorme herida en su cabeza teñida su cabello de un rojizo aterrador, las llamas bañaban las paredes de la habitación, pero los ojos del Uchiha estaban fijos en el joven peliplata que le veía con una sonrisa enloquecida, los orbes de color dispar derramando lagrimas mientras se abalanzaba de nuevo contra él. Levanto su mano para luchar de nuevo, pero cada vez que intentaba atacar a su adversario el rostro de la persona que había amado se sobreponía al del joven, su boca se torció en una mueca de dolor cuando de nuevo esa energía pura y blanca atravesaba su cuerpo. Un grito desgarrador escapo de la boca del Uchiha mientras su pecho era atravesado por un rayo de luz plateado, y el rostro de Sakumo, herido como la última vez que lo vio, parecía quedar a centímetros de su propia cara.Madara se levantó de golpe, su pecho subía y bajaba frenéticamente y su rostro de forma espontánea volteo a donde solía estar el chico de cabello plateado, pero ese lado de la cama estaba vacío, no había calor junto a él
"Solo, de nuevo" le susurro una voz en su cabeza, que parecía deleitarse al saber que el Uchiha siempre parecía tocar la gloria de poseer a estos angelicales seres, pero siempre terminaba dejándolos escapar, como arena entre sus dedos. Como quien ve un tesoro y a pesar de que lo tiene entre sus manos sabe que lo es verdaderamente suyo.
Madara lo sabía, había intentado entregar su corazón y había fracasado, no pudo proteger al primer Hatake que adoro, y esta vez había intentado simplemente poseerlo, pero eso también había fracasado. Podía notarlo en la mirada del chico, y en como cambiaba cuando lo veía, sabía que ese chico solo guardaba sentimientos de odio y rencor hacia él, pero aun así no podía evitar pensar que quizás pudiera haber sido diferente, tal vez si no lo hubiera convertido en una pieza de ajedrez pudo haber logrado más... quizás sino hubiera arrancado ese pequeño capullo blanco pudo haber apreciado la rosa hermosa en que iba a transformarse.
Negó con la cabeza antes de volver a cerrar los ojos, el sentimiento de culpa siendo aplacado por un recuerdo. Poco anpoco el adulto fue dejando que el rostro sonrojado del chico antes de marcharse fuera el que llenara su mente, se dedicó a recordar el maquillaje ligeramente corrido desde sus ojos, el cabello rojo pegado a su rostro y enmarcando con ligereza la pálida piel, mordió su propio labio al recordar como la pintura que cubría sus labios preciosos había terminado manchando su mentón y esos ojos suplicantes, que solo le mostraba cuando el deseo aplacaba todo el odio que el chico en verdad sentía. Se permitió rememorar esa boca suave, y sin realmente pensarlo su mano viajo a la parte inferior de su cuerpo, sintiendo su virilidad despierta, suspiro y se dedicó a vagar entre sus recuerdos.
Cerca de las afueras Konoha Kakashi se encontraba recostado en un árbol, el cabello rojo recogido en una coleta sencilla y su rostro parcialmente oculto gracias a la capa y el sombrero, un suspiro suave abandono sus labios al ver unas pequeñas flores creciendo al pie de un árbol, cuando de pronto un pie las aplastó sin darse cuenta realmente, alzo el rostro y su mirada terminó apagándose aún más al notar a Itachi acercarse, maldición, había crecido tanto en su ausencia.
-¿Eres tú, cierto?
Pregunto el pelinegro, obteniendo como respuesta solamemte un ligero asentimiento, cosa que no pareció incomodarlo. Sin más rodeos el chico simplemente le explico el plan al pelirrojo, especificando que debía ser únicamente él quien se encargara de sus padres y una chica de cabello café y un pequeño lunar en el rostro.
Kakashi solo se encogió de hombros, realmente lo último que quería era aumentar la cuenta de sangre que venía acumulando desde hacía años atras, si por él fuera que se encargara el chico de matarlos a todos y de paso también que él.
Unos minutos después de esa pequeña reunión, el barrio Uchiha se llenó de gritos de agonía, el chico juraba que podría ver eso para siempre en su memoria, y solo le quedaba rogar que si din fuera pronto, para que esta noche no lo atormentara por mucho tiempo.
Al cerrar los ojos podía ver claramente los rostros de las madres cuando asesinaba primero a los niños, los gritos desgarradores de los hijos cuando la mujer era la primera en partir... los inútiles intentos de los padres por protegerlos. Los ojos del joven se cristalizaron mientras asesinaba a una joven de cabello negro que abrazaba con desesperación el cuerpo de su padre.Una oleada de nauseas subió por su garganta, su boca se curvo en una mueca al sentir que ese líquido amargo subía por su garganta. Cerró los ojos con fuerza y se abalanzó contra una joven que oculto a su hermanito tras ella, un nuevo grito tiño las paredes de esa casa, seguidos por una nueva mancha de sangre.
Tras algunas horas, el joven salió al fin de ese lugar que ahora apestaba a sangre y muerte, su vista aun nublada por las lágrimas que había acumulado, completamente agotado escucho una risa resonar contra las paredes de su cráneo, se sujetó la cabeza cubriendo sus oídos y se dejó caer contra un árbol, y en este momento de debilidad, su mente se permitió hacerse de nuevo la pregunta. ¿Qué demonios hacía en ese lugar?
Justo cuando estaba dejando que su mente tomara esa dirección escucho apenas el sonido de una hoja al ser pisada y se levantó de golpe, viendo justo a Itachi llegar hasta donde él estaba, su rostro severo antes de pronunciar una frase que alteraría el futuro de ambos
-Estoy dispuesto a unirme a Akatsuki-
El peiliplata le vio con duda, supuestamente el joven no tenía intención de esto, o al menos eso le había comentado el líder, aunque la verdad era que normalmente nadie le contaba gran cosa de lo que pasaba en la organización, sin querer dar oportunidad al otro de retractarse solo asintió, agradecido de que al menos esta vez no necesitaría usar otros métodos le dedico una corta sonrisa, que el otro chico solo bio con curiosidad.
Al día siguiente Kakashi llego a la guarida, seguido por Itachi, que se separó de él de inmediato en busca del líder, dejando a un adolorido joven solo para ir a su propia prisión
El rostro del chico se hacía más sombrío a medida que se acercaba a lo que llamaba hogar, la puerta crujió suavemente cuando la abrió y el sutil olor a humedad que impregnaba el lugar donde él dormía le golpeo de repente, aumentando su malestar. Trago con fuerza antes comenzar a retirarse la ropa manchada de sangre, sintiendo ese líquido viscoso aun en sus brazos y rostro, su cuerpo entero impregnado del repugnante aroma a oxido. Sin soportarlo más se metió en la pequeña tina que descansaba en la mitad del cuarto, una sonrisa casi imperceptible en sus labios, pues sabía que Zetsu seguramente la había llevado ahí antes de que llegara, en la puerta había encontrado una pequeña nota que indicaba que Madara no volvería ese día, por lo que se dio el lujo de relajarse un poco en el agua
Un suave escalofrió recorrió su cuerpo, el agua estaba fría, pero le hizo sentirse reconfortado, al menos hasta que esa voz volvió a hablar con suavidad, pero a pesar de lo suave del tono podía escucharla claramente, la voz del niño que había sido, lo escuchaba llorar, a veces incluso le parecía que podía verlo en el espejo, en lugar de su propio reflejo, y de pronto, le escucho a Él también, su espalda se tensó mientras levantaba la vista al único espejo en su cuarto, sintiendo su corazón helarse
¡Hola!
A que ya no esperaban verme por acáCapitulo corto porque estoy un poco oxidada
Pd: si estás leyendo esto, muchas gracias por seguir acá
En verdad
GRACIAS
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Tómame En Su Lugar
RandomSi tuvieras la oportunidad de salvar a la persona que estuvo dispuesto a darlo todo por ti ¿Lo harías?... Si te cuesta todo... ¿Aún así lo harías?... ¿A cuanto estarías dispuesto a llegar? Kakashi tiene la oportunidad de salvar a Obito, pero el co...