Nieve

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Prontamente el invierno abrazó la cuidad con gentileza quizá el inminente destino se apiado de su situación y quiso regalarles un poco más de tiempo. Había paso bastante desde que Taemin regresó de noche totalmente devastado, desde ahí ninguno hablo de nada relacionado a ello. Se dedicaron a revisar más documentos, y comenzaron con la luz localización de la ex de Minho.

Esa tarde en particular los pies de Taemin dolían como nada, pasó todo el día caminando de un lado a otro con la esperanza de encontrar a esa mujer. No era como si pudiera irse de la nada abandonando al fantasma, él mismo se enredó en aquella situación y debía arreglarla si quería tener una vida después de eso. Pero por el momento solo quería estar mirando el paisaje a través de la ventana.

-¿Quieres tomar algo?- La voz de Minho sonó tan suave que terminó de colmar su paciencia. A partir de aquella noche el chico solo se dedicaba a tratarlo como si fuera a romperse.

-No es como si pudieras hacerlo de cualquier modo ¿no? Minho deja de hablarme así por favor, ya tengo suficiente con lo que sucedió, la búsqueda de esa chica y si tu continuas haciendo eso voy a terminar por cortarme el de...-

No pudo continuar con las palabras, un golpe a la puerta le detuvo y alertó, no sé preocupó en ocultar al alto, igualmente nadie podría verlo. Acomodó su polera en un intento de parecer en condiciones de recibir una visita. Pero cualquier movimiento murió al ver a alguien en el umbral de la entrada con una sonrisa que le molestó.

-Vete Kai-

-Taemin por favor, esa noche no fui amable, lo sé pero debes entenderme.-

-¡¿Qué quieres que entienda?! ¡Largate de mi casa ahora mismo!-

Ni bien cerró la puerta se derrumbó permitiendo que el llanto lo abrazara como si de esta manera el dolor disminuyera. De solo recordar aquella noche sentía el asco regresar, su confianza, su amor se fue por un caño. Incluso si valor personal se vio reducido a nada, se sentía mal consigo mismo.

-Kai espera, debes saber algo.- Los besos subían y bajaban pero Lee se removia por la necesidad de separarse y hablar un poco.

-Solo sé que te amo, eso es lo que importa.- Sonaba tan bonito que su corazón latió desbocado.

Palabras que no duraron mucho, la mano del otro paseó por su espalda deteniendose al sentir una elevación en el centro, una posible cicatriz que se extendía desde el hombro a la mitad de la zona.

-¿Qué mierda es esto? Taemin es asqueroso.- Su voz dolía demasiado, lo rompió.

-Es solo una cicatriz...Kai no digas eso.-

-Esa cosa no es una cicatriz, carajo, es una porquería, no sé cómo pude fijarme en ti. Si quieres, quedate, yo me largo, con razón sigues virgen, nadie va a querer acostarse contigo después de ver esa asquerosidad.-

Tal vez Taemin olvidó que había alguien ahí, alguien que no dudó un segundo en acercarse y abrazarlo. Ese chico lastimadó le había ayudado en lo posible hasta ahora, no podía dejarlo sufrir como si nada. Lee se sorprendió al sentir un pecho cálido pero no se detuvo en pensar, solo le dió permiso de cuidarlo, por lo menos una vez.

Afuera la nieve caía con lentitud magistral dibujando líneas disparejas en las calles, mientras que dentro de la casa se sentía un suave calor, dos cuerpos permanecían abrazados sin decir una sola palabra. Solo existía el silencio. Seguía sin entender por qué Minho era tan cálido si suponía estar muerto, incluso el mismo moreno se cuestionaba qué tanta vida tenia. En un punto pareció que sus mentes se sincronizaron porque el menor comenzó a hablar.

INCLUSO ASI...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora