Si la ciencia demuestre lo contrario
Y si el calendario nos contradiga
Si el destino insista en separarnosQue se jodan las estrellas, los signos, los dogmas, los profetas, los espejos, los consejos
Tú serás mi amor
Antonieta y María del Carmen estaban desayunando cuando Victoria entró al comedor.
-Buongiorno, mamma! - saludó la muchacha.
-'Días - dijo desanimadamente la sirvienta - ¿Las viste? - preguntó, señalando las maletas de César que yacían en el suelo.
-Ahhh... ¿Es hoy que se va? ¿No era mañana? - fingiendo que no se acordaba.
-Sí... Se va a vivir con Chava - continuó Antonieta, jugando un poco con su comida - ¿Y tuvo que irse hoy, que preparé chayotes al gratín? A ver si el tal Chava cocina mejor que yo - conteniendo sus lágrimas.
-¿Será que se va por eso? ¿Crees que Chava me quiera hospedar a mí tambien? Aquí huele mal toda la casa - se quejó Victoria.
-Qué dices, él adora todas mis comidas... Es el único que come y no deja nada en la vajilla - no aguantando y comenzando a llorar.
-Buenos días - saludó César un poco triste, entrando al comedor.
-Buenos días, yo me tengo que ir, recordé que tengo un asunto urgente que resolver - respondió seca Victoria y se levantó de la mesa.
-Espérate, mamma - la detuvo María del Carmen - Despídanse.
-¿Qué?
-Despídanse, cuando regreses César se habrá ido.
-Ah sí, es verdad - miró a César y acercándose a él, le extendió la mano - Adiós, que te vaya bien y buena suerte a donde quiera que vayas - con voz cortante.
-A la casa de Chava iré - enfatizaba.
-Pues a donde sea, da lo mismo.
En ese momento Antonieta estalló en llanto otra vez y salió corriendo del cuarto, provocando que los tres la miraran extrañados.
-Gracias por tu hospitalidad - continuó César y le agarró de las manos.
-Fue un placer - le sonrió Vicky - Osea, placer de mi hija - quitando las manos velozmente.
-Y en general, gracias por todo lo que me ofreciste.
-Pero ¿qué te ofrecí? ¡Yo no te ofrecí nada! - alterándose.
-¡Ya basta con el drama! - los interrumpió María del Carmen, bebiendo un poco de su jugo.
El joven miró a la morena intensamente por algunos segundos y salió corriendo, antes de que se pusiera más emotivo de lo que ya era.
La mujer de cabello azabache notó que su hija estaba distraída y se agachó para robar de la maleta de César su escobilla de dientes que sobresalía del bolsillo.
-¿Se despidieron? - preguntó Antonieta regresando al comedor, todavía llorando - Fue tan duro ver esa despedida, me hicieron romper en llanto.
-Sí, ya nos despedimos - respondió Victoria triste.
-No entiendo, ¿por qué tanto llanto? - se sorprendió Maria del Carmen.
-No sé, me da tristeza cuando alguien se va, no todos los días se va alguien bueno, guapo, alto y que huele delicioso - entre sollozos.
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Dolce Vita
FanfictionVictoria es una viuda respetable e intachable, hasta que una tempestad en Italia le pone frente a su dulce pecado, César, un joven de 22 años quien se convierte en su amor prohibido. Su mundo se pone al revés, pues ya no sabe qué es correcto y qué n...