VENTURA [ꜰᴀɴꜰɪᴄ]

C7 "Perdiendo el equilibrio"

Cada día aquel juego de nerviosismo le daba un resultado fantástico a la hermosa Vivían y confundía un poco a Damián quién la estaba admirando cada vez más, sentir su aroma por el pasillo, el rítmico sonido de sus tacones acercarse y esos ojos claros que combinaban perfecto con su cabello castaño lo estaba hipnotizando sin darse cuenta..

Universidad Latinoamericana / Estacionamientos - 8:05 a.m

Vivían: intentaré llamar de nuevo, si no llega en 5 minutos nos vamos [dijo marcando su celular] sabe que odio la impuntualidad.

Andrea: si fuera tú nos vamos ya, total ese Esteban no hace falta [rodó los ojos]

Damián estaba mucho antes de la hora acordada y solo miraba sonriente.

Damián: siento mucho no presentarme la primera vez que nos vimos, no fueron las mejores circunstancias [extendió su mano] soy Damián.

Andrea: mucho gusto entonces [correspondió] puedes llamarme Andy, tu si me caes bien [sonrió]

Damián: ¿yo sí? [curioso]

Andrea: Esteban nunca ha sido santo de mi devoción [rodó los ojos con fastidio] pero lo aguantó solo por ir con Vi, debes tener cuidado con él, no es nada simpático.

Y eso lo sabía muy bien, aquel hombre en pocos días lo había tratado de la peor forma pero por alguna extraña razón él siempre conseguía el apoyo de Vivían y eso lo tenían aún más contento.
El auto al fin se puso en marcha y no podía perder aquella dama la tradición de comer donde José, fue recibida como siempre con el amor que ella les brindaba, Esteban no estaba muy de acuerdo pero nada que hacer ante aquella fiera y Damián ¡el buen Damián! La miraba como un niño a la luna mas brillante, sus ojos la contemplaban como ese suspiro que se le da a un bello atardecer, sentido.

Andrea: Ay hermanita este guapo si que te va a quemar [pensó mientras sonreía] ¿nunca pensaste ver a tu jefa jugar con niños? [dijo bromeando para sacar aquella cara de él]

Damián: algo raro [sonrió apenado] es tan dura, tan soberbia pero siento que no es ella, cuándo está aquí con ellos cambia completamente.

Andrea: esa que tu ves es mi hermana en realidad, pero jamás le digas que te dije ¿eh? Le encantan los niños además.

Damián: ¿nunca tuvo hijos?

Andrea: No [lo miró enseguida] y nunca pero nunca le vayas a preguntar [sentenció]

Las dudas lo envolvió, había todo un misticismo al rededor de ella, en sus labios altivez y en sus ojos esa mezcla de dolor y dulzura enmascarados en soberbia ¿quién sería Vivían en verdad?

Vivían: en unos meses tendrán la clínica veterinaria lista, estoy segura que les será de mucha ayuda y a mi me tendrás comiendo seguido por aquí [sonrió]

José: nada nos da más gusto mi señora, además su ahijada no hace otra cosa que preguntar por usted, quiere ser igual de elegante y buena persona cuando crezca dice.

Ella solo sonrió algo melancólica, no, claro que no quería que alguien fuera como ella, tener que traer siempre una coraza y que la gente te tema por lo que eres no era motivo de orgullo, pero no podía ser de otra manera, la tenían que respetar.
El recorrido al llegar a la hacienda fluyó sin inconvenientes pero Vivían no podía sacar de su mente las palabras de José, llegaba de golpe a su mente el que había hecho con su vida en tantos años.

Damián: ¿se encuentra bien? [Susurró sacándola de sus pensamientos]

Vivían: si ¿por qué no tendría que estarlo? [dijo fría]