Love! 03

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- Midorikawa-kun despierta... llegaremos tarde a las clases.- ese era cierto pelirrojo intentando despertar a su amigo peliverde, quien estaba abrazando una almohada con bastante posesividad.

- nnnngh... Cinco minutos más...- murmuró somnoliento sin moverse de su posición.

- No seas vago, Midorikawa, anda levántate. Además, mi madre nos dejó preparado el desayuno, se enfriará.- le indico.

- uhmmm.... okey..- salió de la cama, con su cabello hecho un desastre y con unas ganas de volver a la cama otra vez y quedarse allí para siempre. El peliverde fue enseguida al baño, mientras el pelirrojo se encargaba de que el bolso de su amigo contuviera todos sus libros, cuadernos y demás. Era casi como una madre, verificando el horario de Midorikawa e incluso agregando el almuerzo que la madre del pelirrojo había preparado.

Al poco rato Midorikawa estaba listo, con su cabello en una coleta y vestido con su uniforme, tal como su amigo, ambos tomando su desayuno, casi como si fueran hermanos, aunque no lo eran, ninguno de los dos. Ambos venían de diferentes familias: la familia de Midorikawa trabajaba y casi nunca estaban en la ciudad, sólo en las vacaciones de verano, donde se llevaban a su hijo de viaje y compensar el tiempo perdido, aunque muchas veces venían cada cierto tiempo de sorpresa y a veces coincidían con los partidos o eventos importantes de su querido hijo.

- ¿Podrías pasarme la sal Tatsuya?- hablo Midorikawa para poder echarle algo sal a sus huevos fritos. El pelirrojo enseguida le alcanzó el salero.

Mientras Tatsuya, quien era un año mayor que él, cuidaba de Midorikawa como si fuera su hermanito menor, por lo menos eso sentía el peliverde en muchas, muchas ocasiones. Kiyama Tatsuya, que era su nombre completo, vivía con sus padres. A diferencia de Midorikawa sus padres trabajan cerca, así que solo se ausentaban por la mañana y parte de la tarde. La madre de Kiyama y el padre de Midorikawa eran muy buenos amigos desde la primaria, por eso casi vivían juntos, de por si, la casa de la familia Midorikawa estaba al lado, solo que a veces se quedaba a dormir en casa de Tatsuya porque era usual que se quedará dormido y no llegará a las clases.

Al poco rato Midorikawa estaba en la entrada de la casa, colocándose sus zapatos cuando recibió un mensaje a su teléfono. Al revisarlo notó que era de su madre, mandandole saludos, que ambos (su marido y ella) estaban bien y que esperaba no estuviera molestando mucho a la familia Kiyama.

- ¡oh!- exclamó sorprendido Midorikawa, en ese momento tatsuya se acercaba también listo para irse.

- ¿Qué ocurre?

- ¡Mi mamá y papá dicen que me enviaran chocolates francés de su viaje!- exclamó emocionado, Tatsuya sonrió y luego palmeó la cabeza de su compañero.- No me trates como un niño.- le dijo poniendo mala cara.

- Lo siento. Midorikawa-san también me envió un mensaje: como agradecimiento de cuidar al travieso Ryuuji, me enviará chocolates también.- le dijo, leyendo el mensaje en su teléfono.

- ¡¿eeeeeh?!- exclamó ofendido el peliverde, para acercarse y leer el mensaje que tenía el pelirrojo.- No soy travieso y se cuidarme solo, mamá.- exclamo, como si su madre estuviera allí presente y lo pudiera escuchar. Tatsuya rió por lo bajo.

Minutos después estaban caminando hacia la secundaria raimon con el estómago lleno y como siempre a tiempo, gracias a que Tatsuya era un chico responsable.

- Es verdad, hoy llegará un nuevo entrenador al club. Espero que sea alguien amable.- dijo Midorikawa.- El entrenador Kudou era buena persona, pero me daba miedo en ocasiones.- decía temblando.

- No te preocupes, estaré yo para protegerte si ese entrenador llega a ser alguien malo.- fueron las palabras tan llenas de confianza y valor de Tatsuya, que hicieron sonrojar levemente a Midorikawa.

- ah, uhm.- asintió con la cabeza Midorikawa.- No sé cómo dices esas cosas sin avergonzarte.- murmuró por lo bajo. Tatsuya volteo a verlo pensando que había dicho algo, pero al parecer había sido su imaginación.

- No te preocupes, estoy seguro que será un buen entrenador.- Tatsuya como siempre palmeo la cabeza de Midorikawa.

- Deja de hacer eso.- quito la mano del contrario con suavidad.- Es vergonzoso, Tatsuya.

- Lo siento, lo siento.- rió el pelirrojo, ambos caminaban a la escuela.

- oh, Kazemaru esta allí.- comento un rato después, cambiando de tema. Midorikawa volteo a ver al frente, a pocos metros de la escuela se encontraba su amigo y compañero de salón de Tatsuya.

- ¡Kazemaru!- grito animado Midorikawa. El chico se sobresaltó por aquel llamado repentino. Volteo a verlos algo incómodo.

- ah, ho-hola... buenos días.- trato de sonar normal, esperaba que el color de sus mejillas hubiera bajado.

- ¿Qué haces aquí detenido, Kazemaru-kun?- pregunto Tatsuya.

- eh, ¡ah! Solo, solo estaba pensando...- río nervioso.- Perdí la noción del tiempo.- fue su simple contestación. Para luego los tres ponerse en marcha e ir directo a su secundaria, que ya no estaba demasiado lejos.

- ¿también tienes entrenamiento?- pregunto Midorikawa. Aunque la respuesta era obvia, los de atletismo comenzaban sus mañanas temprano. El peliturquesa asintió sonriente.

- Ustedes también por lo que veo.

- Así es, hoy vendrá un nuevo entrenador al club de futbol.- comentó Tatsuya, colocando algo nervioso a Kazemaru.

- Ya veo...

- Espero que sea buena persona.- el peliverde estaba algo nervioso ante aquello, mas bien temeroso.

- Si es buena persona.- contestó automáticamente Kazemaru.- Quiero decir, si fue elegido como entrenador, debe serlo ¿no?

- Así es, no hay porque estar nerviosos Midorikawa.- apoyo el pelirrojo.

Apenas llegar a la secundaria, los tres chicos se separaron, Midorikawa y Tatsuya fueron a su club y Kazemaru al suyo propio.

- Espero que le vaya bien a Mamoru nii-san...- pensaba Kazemaru sonriendo sin notarlo, después de todo, estaba feliz de haberlo encontrado.

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