Love! 09

281 27 10
                                    

- ¿Qué puedo preparar?- Hace media hora atrás, Endou y Kazemaru habían terminado de darse un baño, y ahora Endou veía su pequeña cocina. Mientras, el más joven estaba sentado en un cojín, secando su cabello en completo silencio.

El hecho de darse un baño y además compartir la bañera, el dejar que Endou lavara su cabello, había sido algo que le llenó felicidad, pero al mismo tiempo de mucha vergüenza. Se encontraba algo incómodo al respecto, lo bueno es que Endou se secó y puso ropa rápido y dijo que prepararía algo para comer, así que pudo quedarse solo en ese instante. Bueno, estaba en la misma habitación de Endou, pero al menos Endou ahora estaba concentrado en que preparar.

Decir que su corazón no estaba vuelto loco, era mentir. A pesar de que se hubo calmado, todavía podía sentirlo golpear dentro suyo, porque aún la imagen de 'Mamoru-niichan' y él en la bañera, volvían a su mente y provocaba que se sonrojara. Además ¡Mamoru le había prestado su ropa! Justamente tenía un pijama de algodón de un tono azulado, con un pantalón ajustable en la cintura, y las ganas de hundir su nariz sobre esa ropa eran altas, pero no se iba a dejar llevar con Endou tan cerca.

¡Cálmate Kazemaru Ichirouta!

- Ichi-kun.- La voz de Mamoru le hizo sobresaltarse, incluso dejó escapar un pequeño grito ante tal sorpresa.- uh... perdón no quise asustarte.

- N-no te preocupes...- rió nervioso.- ¿Q-qué ocurre?

Endou dudo antes contestar.- ¿No te importa cenar comida instantánea? - se notaba algo avergonzado por preguntar aquello.

- ¿eh?

Kazemaru no tardó en darse cuenta que Endou apenas sabía cocinar algo decente, por lo que mayormente tenía comida instantánea y quizás algunas pocas especias, verduras, arroz, que su madre le había obligado a comprar. Agregando, que tenía todo aún en bolsas, algunas cosas estaban guardadas de una manera desordenada, se notaba que había metido donde sea y como sea los alimentos, solo le basto revisar los muebles para notarlo. El menor dejó escapar un largo suspiro.

- No has cambiado nada.- fue el pequeño regaño de Kazemaru, Endou solo sonrió, aunque estaba algo avergonzado no se le notaba lo suficiente.- No te sonrías, deberías sentirte mal que uno de tus alumnos se entere como estás viviendo.- ahí estaba el regaño del más joven, parecía que incluso se le escapaba humo de la cabeza de lo enojado que estaba.

Nuevamente el castaño sonrió y acarició el cabello de Kazemaru, que se encontraba suelto.- No importa si eres tú el que lo sabe.- el más joven se sorprendió por sus palabras, y no tardo que el sonrojo abordara sus mejillas, hasta todo su rostro, otra vez humo parecía salir de su cabeza, pero de la vergüenza.

¡¿Cómo es que Endou podía decir esas cosas de esa manera tan fresca y tranquila?!

Era lo que se preguntaba Kazemaru de manera escandalizada. Se dio la vuelta, para darle la espalda a Mamoru, acción que sorprendió al dueño de casa.- Prepararé algo, así que ayúdame por favor.- le pidió de manera respetuosa, pero se notaba molesto, y sobre todo avergonzado. Endou claramente no se negó y con un "¡SÍ!" lleno de entusiasmo, le ayudo a cocinar.

Una poco más tarde, habían preparado algo para comer. Tampoco es que hubieran hecho algo espectacular, Endou solo tenía algo de arroz y unas verduras, que Kazemaru uso para hacer algo rápido, pero delicioso. El menor le decía que traer y que no, además de poner un poco en orden las cosas de Endou en los muebles de su cocina. No se había dado cuenta, que de alguna manera, estaba mal que le estuviera dando órdenes a Mamoru de esa manera (era mayor que él), pero Endou tampoco le reclamo nada, es mas, Endou parecía un fiel cachorro que hacía caso a sus órdenes, un gran cachorro.

Love!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora