Capítulo 4: Confusión.

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-Oh Dios mio que acaba de leer, ¿Qué significa esto?
No no es posible, ¡Noooo!

Grité desesperado, no sabía que hacer, ni que decir. Está vez estaba más roto que nunca, es una maldita mierda. Así que me levanté, baje del ático, fui a mi habitación. Guarde la carta de mamá y su fotografía. Tomé mi maletín y los cuadernos para mañana. Así que decidí bajar las escaleras y vi a mi padre entrando por la puerta principal, seguido por:

-A juzgar por tu expresión, algo te pasa. ¿Qué sucede?
-Pues pasa que eres un maldito mentiroso, mamá iba a morir de cáncer y ninguno de los dos me dijo nada.
-Ian, necesito que entiendas que eras sólo un niño, ¿Cómo te lo íbamos a decir? Piensa en eso. -Dijo mi padre con lágrimas en los ojos.

- Lo lamento, te odio padre, eres un idiota por mentirme. -Le respondí, en ese preciso momento me arrepentí.

Así que decidí irme de la casa y pasar la noche afuera.

Corría lo más rápido que mis piernas pudieran. Sinceramente no tenía ni idea de a dónde iba. Sólo decidí seguir corriendo hasta cuándo no pudiera más.

Llevaba aproximadamente una hora y un poco más corriendo, estaba sudado, con hambre y cansado. No tenía idea de en dónde me encontraba, así que me detuve y miré a mi alrededor. Había una cafetería, una librería, dos restaurantes, un gran estacionamiento y la gasolinera. Después de ahí, pequeñas casas viejas y grandes lotes vacíos.

Así que decidí sentarme en una vieja banca junto a la cafetería.

Sin sentido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora