Al fin, mis 18 años. La mayoría de edad.
Estaba realmente emocionado porque mis padres me habían dejado la casa para mi solo. Creo que invité a todo el instituto, lo cuál sabía era un error pero podía decir que me parecía gracioso. La fiesta empezaría a las 9 p.m. No tenía tantos vecinos pero los pocos que vivían cerca eran bastante jóvenes por lo que podía hacer bastante ruido.
Al cabo de la hora indicada la gente comenzó a llegar, todos traían cervezas o hierba aunque en mi casa había a montones, muchas chicas en el patio trasero con los pechos desnudos nadando en mi piscina, la verdad era una locura. Había estado esperando este momento por días, semanas y hasta meses. Isi la mejor amiga de Eimy había llegado con Andrew, estaban saliendo hace bastante tiempo, ella era bonita, alta, morena, de cabello cafe claro y tenía un cuerpo tremendo. Lo opuesto a Eimy, aunque para mi ella era guapa. La empecé a buscar pero no la veía, puede ser porque ya estaba ebrio o por el montón de gente que se encontrará moviendo su cuerpo al ritmo de la música alta. Decidí ir arriba pero cuándo intenté subir las escaleras, resbale y me golpeé la cabeza bastante duro. Cuándo abrí los ojos vi a Eimy, quién estaba precisosa el día de hoy. Me ayudó a levantarme y me llevo a mi habitación.
-Oh cariño, estás tan borracho. Hueles horrible en serio. -Se río ante su comentario y se veía tan tierna cuándo reía.
-Pensé que no vendrías, así que ahogue mis penas en alcohol. -Le respondí lo más serio que pude.
-¿Crees qué me voy a tragar tu cuento. ¡Jamás! Es tu cumpleaños y haces lo que quieres ¿Recuerdas?
-Sí, descubriste mi mentira. -Aunque en realidad estaba triste porque pensé que no la iba a ver hoy.
-¡Oh Dios mío! Mira tu cabeza, déjame ayudarte. -Estaba empezando a sangrar un poco y ya la almohada se encontraba manchada al igual que mi camisa en el hombro izquierdo. Me ayudó a quitarme la camisa y se quedó mirando mi abdomen. Nunca me quitaba la ropa delante de nadie, sólo Andrew me había visto sin camisa ya que hacíamos ejercicio en las máquinas de su casa. Miró mis brazos ya que estaban algo tonificados y tenía el abdomen bien marcado. Le dije:
-¿Qué miras chica? -Ella se ruborizó por mi comentario y apartó la vista de mi cuerpo y miró al techo.
-Nada lo juro, sólo veía el cielo. ¿Me ves? -Reí ante su comentario aunque no fuera gracioso, estaba muy borracho y todo me hacía reír.
-Ian, déjame limpiarte, mira cómo estás. Estoy segura que no fue un golpe tan duro pero te has roto un poco la cabeza cuándo pegaste en el filo de la escalera.
-Sí doctora, cuida de mi. -Le dije con tono seductor. Ella no pudo aguantar sus carcajadas y reía bastante. Tenía una risa agradable de esas que contagia la alegría. Comenzó a limpiar la sangre que ya estaba un poco seca con mi camisa, mientras yo sólo la observaba, tenía esos ojos cafes tan penetrantes y su piel era tan blanca. Hoy vestía unos jeans al cuerpo, con una camiseta negra ajustada y una linda chaqueta. Tenía cierta pinta de chica mala. Excepto por sus tenis Converse. Se veía realmente hermosa. La conocía bastante bien ya que estuvimos juntos en la escuela aunque fue desde hace tiempo, casi nada había cambiando en ella, sólo sus gustos musicales y forma de vestir. Ella había acabado de limpiarme y me seguía mirando a los ojos y me empecé a sentir algo agitado. Ella notó mi comportamiento extraño así que me dijo:
-Bueno Ian eh acabado, creo que deberías dormir un poco. Aunque la música esté tan alta debes descansar. -Se levantó de mi cama pero yo hice lo mismo y la agarré de su brazo y la acerqué a mi. La miré a los ojos y le dije:
-Espero no te moleste. -Y la comencé a besar, juraría que ella se iba a quitar porque aunque no me tratara mal ella había dejado muy en claro que yo sólo era un amigo más.Pero no fue así, ella no se quitó, sólo se quedó allí con sus labios junto a los míos. Así que comencé a moverlos lentamente mientras saboreaba su aroma y sentía esta nueva sensación. En dónde mi espalda se erizaba y sentía cosas en mi abdomen. Ella pasó sus manos sobre mi cabello y comenzó a moverlo y a jugar con mi oreja mientras nuestras lenguas se tocaban y nuestras bocas encajaban perfectamente. Así que puse mi mano en sus caderas mientras con la otra acariciaba su espalda que estaba fría. Sentí su respiración acelerarse un poco ante mis caricias. Lo cuál prendió un pequeño fuego en mi. Había pasión en nuestro beso, ella se fue acercando y susurró en mi oído "Vamos a la cama". Así que dando tropiezos y sin soltarnos llegamos a mi cama y ella se acostó abajo mientras yo me colocaba encima. Me quité los pantalones mientras pude y ella su blusa, quedando con un sostén blanco de encaje, baje sus pantalones y vi su tanga negra que no hacía juego con el sostén. Estábamos en un momento con demasiada pasión y ella se detuvo y me empujó bruscamente hacía atrás y me dijo:
-Ian, cariño. Wow, sos extremadamente sexy y juro que me quiero acostar contigo pero no puedo, sólo mira como estás. No quiero que pase y no recuerdes nada después. Lo siento. -Sólo asentí, sabía que tenía razón y quería recordarlo también. La ayude a vestirse y bajamos. Disfrutamos de mi fiesta, la cuál término a las 4 de la mañana. Las personas se fueron y sólo Andrew e Isi quedaron en la casa, imagino lo que hicieron en el cuarto de invitados.Ellos me ayudarían a ordenar este desastre y el equipo de limpieza que ordene también.
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Sin sentido.
Любовные романыIan un chico de 17 años, estudiante de secundaria. Quién vive con su padre John, ya que su madre murió cuándo el sólo tenía 4 años. Un día en particular se encuentra con una chica llamada Eimy, que para él, era una más del montón. Sin darse cuenta...