Lyanna estaba en su habitación completamente irritada, de lo de Mordred habían pasado cinco semanas, eso no era lo que la perjudicaba, nada de eso la perjudicaba en esos momentos, incluso en las cinco semanas que habían pasado se había comunicado telepáticamente con el niño druida para saber cómo estaba y sabía que estaba bien, lo que la irritaba ahora es que estaba con sus días de sangrado, absolutamente todo le molestaba, llevaba dos días así, Tania no le dirigía palabra alguna, el Médico de la Corte se burló de ella cuando fue a pedirle pócimas para el dolor y ella se quedó sin paciencia allí mismo, también se enojó con Merlín por una discusión tonta que tuvieron sobre una burla que le hizo Merlín porque aparecieron tres broches de Lyanna entre las almohadas de Arturo y el joven mago tuvo la estúpida idea de molestarla, gracias a ello Gaius estuvo tres horas hablándole sobre las consecuencias de tener relaciones sexuales con Arturo antes del matrimonio, por más que ya estuviesen comprometidos nadie quería un hijo bastardo del príncipe y un ser mágico, aunque había días en los que Lyanna dudaba de que tenía el poder de tener hijos, aun así, Gaius le explicó todas las consecuencias con un libro que Lyanna consideró quemar con sus ojos en cuanto Gaius apartase la mirada de ella pero no lo hizo, la observó a detalle para ver si las suposiciones de Merlín eran realidad, cuando se dio cuenta de que no lo eran fue que dejó a Lyanna volver a sus cámaras.
—Lya—escuchó que Arturo la llamaba desde fuera de su cámara y ella soltó un leve gruñido antes de taparse el rostro con una almohada para después sentir como Arturo entraba en la habitación cerrando la puerta detrás de él, ella se volteó hacia él aun con la almohada entre las manos y se sentó en la cama para ver como el rubio se paraba delante de ella mirándola con una sonrisa—Gaius me dijo que quería hablarme pero que antes viniera a hablar contigo, ¿pasa algo?¿necesitas algo?
—sí, necesito que le des una golpiza a Merlín—declaró ella haciendo un leve puchero y Arturo frunció el ceño al escucharla para después sentarse a su lado en la cama a lo que ella se removió levemente en la cama para poder alcanzar la caja mediana de madera con aquellos mini cajones que contenían las joyas que Uther le había regalado, aquella caja estaba encima de una de sus mesitas de noche, ella abrió la caja y después abrió uno de los primeros mini cajones para sacar tres broches de oro con forma de rosas con un rubí en el centro, en el cajón habían otros broches más pero eso no importaba mucho, ella había sacado los broches solo de muestra, se parecían a anillos pero eran para sujetar las puntas de las trenzas que Tania le hacía en sus hermosos peinados—fueron regalos de tu padre, creo recordar que son ocho, vinieron en ésta caja que fue en realidad éste el regalo de tu padre, no solo los broches—comenzó a decir ella mientras le mostraba uno de los broches a Arturo y el rubio lo examinó un poco más a detalle, eran unas pequeñas joyas realmente costosas pero no verdaderamente para un Rey y Uther no escatimaba en gastos en lo que respectaba a la futura esposa de su unigénito—la ultima vez que me fui a quedar contigo en tu habitación las perdí allí, cuando estábamos jugando y me despeinaste, ¿recuerdas?—él asintió lentamente mientras devolvía el broche a su lugar en la caja de joyas y ella volvió a colocar la caja encima de aquella mesita de noche—y Merlín los encontró, lo cual es extraño puesto que nunca arregla tus cámaras, yo nunca me di cuenta de que los perdí y...Merlín los tenía guardados para saber más sobre ellos hasta que me vio con un broche igual ya que tengo más broches así y él me preguntó si los que él tenía eran míos, obviamente le dije que sí, le pregunté de dónde los había sacado y porqué los tenía él, y Merlín empezó a burlarse hasta que por desgracia apareció Gaius y escuchó justo cuando Merlín dijo que yo me acostaba contigo.
—pero eso no es cierto, no te tocaría nunca a menos que los dos estuviéramos de acuerdo y me dijiste que no estabas lista para eso, lo respeto y siempre lo haré.—afirmó Arturo mirándola algo confundido.
—dile eso a Gaius—ironizó ella antes de acostarse en la cama con las piernas encima del regazo del rubio y Arturo apretó la mandíbula—y tiene un libro, Arturo, ¡Un libro sobre eso!—exclamó la joven con desesperación y Arturo tragó saliva al escucharla—solo espero que esto no salga de entre nosotros o estaremos en grandes problemas, los dos, yo con tu padre y tú con mis bellos hermanos.
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Removiendo el Destino...Arturo Pendragon
FanfictionCuando se cambia la historia, es algo casi certero que quien sea que comete las acciones, no sepa que cambió todo su destino en un sólo segundo. Lyanna sabe perfectamente lo que hace, aunque no mide las consecuencias, actúa y se enfrenta a lo que ve...