Izuku estaba desesperado. No quería seguir yendo a la escuela. Pensó que jamás iba a ser feliz. Todos le habían dicho que era imposible que se cumpliese su sueño. Una persona sin quirk nunca iba a ser un héroe. Sentía que todos lo habían rechazado...
Inko observaba como su hijo iba cambiando poco a poco. El rostro que siempre iluminaba sus días, ya no era el mismo. Perdía poco a poco el brillo en sus ojos, estaba más pálido, su cabello se puso más largo, estaba más delgado y eso no parecía importarle a su hijo. Podían ser cambios por la edad, pensó. Aún así no se convencía. Sentía que algo no andaba bien con su hijo y sus sospechas aumentaron al ver como su habitación ya no estaba adornada con figuras y posters de All Might. Incluso las sábanas habían sido cambiadas. Tenía miedo. Su hijo estaba muy raro y no sabía cómo lidiar con ello.
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-Eso es lo que pasa... No sé lo que le pasa Mitsuki.
Bakugou Mitsuki era la mejor amiga de Inko. Esta observaba a su amiga preocupada. La pobre mujer estaba que se le saltaban las lágrimas. Estaba nerviosa, no sabía que decirle. Conocía a Izuku desde pequeño y sabía que algo malo le estaba pasando.
-¿Preguntaste?
-Lo hice... Él me dijo que no era nada, pero se que es mentira. Incluso todo lo que tenía de All Might no está. Tengo miedo... Tengo mucho miedo Mitsuki.
La mujer rubia solo abrazó a su amiga.
-Ayudaré en todo lo que necesites.
Dijo Mitsuki con tristeza en sus ojos.
Lo que no sabían era que Katsuki Bakugou lo había escuchado todo.
