Viernes a la noche, después de establecer una lista de prioridades con Fede decidimos ir a un lugar al que jamás fuimos en nuestras vidas. De preferencia me hubiera gustado ir a Francia pero como el presupuesto no da y la lengua de Fede tampoco (quien a duras penas habla mal en castellano) así que nos alistamos para apostar, pero primero un café porque yo no aguanto.
-Ale, si ya tenés sueño ahora no vas a llegar a los 40 seguramente- me dijo Fede mientras me tomaba el café, creo que no hace falta decir que le devolví el "halago" en esta especie de partido de tenis de halagos pedorros con lo siguiente: -Y vos no vas a llegar al domingo si te rompo la taza en la cabeza por decir tantas estupideces Fede-
Así que le di 300 pesos a Fede para que el apueste y el sintió como si se hubiera sacado el pozo acumulado. -Fede, tampoco te regalé una mansión en Miami, te di 300 pesos con los que a duras penas te podés pagar una cena pedorra cerca de la estación ¿Si ganás que vas a hacer?- le dije a Fede para tratar de borrarle la sonrisa que tenia innecesariamente en su cara. -Ale, si gano voy a juntar todo para ir a Estados Unidos, espero tener suerte esta noche-. Pobre Fede, a duras penas puede decir "Hello" y pretende conocer los Estados Unidos, así que nos subimos al 74 en dirección a la estación de Longchamps.
-Fede, dos cosas: la primera es que para conocer Estados Unidos tenés que saber inglés (si, me da placer pincharle el globo cuando se pone infumable como cigarrillo de momia) y la otra es que el bingo es para el otro lado que yo sepa- le dije mientras íbamos a la estación. -Si ya se Ale, pero por eso vas a ser mi traductor allá en Estados Unidos, y de la estación nos tomamos el 51 que nos deja en la puerta del bingo-. ¿Debería considerar positivo o negativo ir a Estados Unidos? no lo niego que me encantaría ir pero no con la insoportabilidad esta que tengo a mi izquierda sentada. En esta ocasión me surge la duda filosofica, ya que en las buenas noticias se celebra con champagne, pero si tengo que ir con Fede debería celebrar tomando enjuague para ropa.
El 74 llegó a la estación (sin romperse claro) y de repente los ojos de Fede se quedan clavados en la panchería de la estación y Fede tenía mas hambre que el chavo del 8. -Mirá Ale, yo quiero un pancho, voy a comprar uno- me dijo Fede mientras le frenaba el carro -Vos no querés un cuerno, la plata que te di es para el bingo y nada mas- y ya que estábamos le enchufé un golpe en la cabeza justificándoselo como que era un "golpe de suerte". Cuando Fede me lo quiso devolver aproveché que había un policía cerca y le grité -Me tocás y te denuncio- para que vaya quietito a tomar el 51 en dirección a Adrogué.
El 51 en el que subimos era un Lamborghini al lado del 74 con el que fuimos a la estación, casi no parece que son de la misma empresa. En unos minutos estábamos en la puerta del bingo Adrogué, el cual parecía un bingo de Roma por su estilo italiano, entramos y cambiamos la plata para jugar con tanta mala suerte (para mi) que realmente le di un golpe de suerte a Fede y en su primera tirada de tragamonedas ganó 464 pesos y yo siempre rozando mis 300 pesos iniciales.
Como las tragamonedas no estaban de mi lado hoy decidí probar con la ruleta, en la cual tuve resultados mas favorables a costo de que Fede se ponga insoportable. -Jugale al 51 Ale, el 51 sale, acordate que acá nos trajo el 51, la mitad mas 1 da 51...- y toda la ronda así. -Pedazo de salame ¿No ves que la ruleta llega hasta el 36 nomas? No le voy a jugar al 51- y le puse algunas fichas al 32 que es mi número de la suerte...salió el 15 y el encargado de la mesa anunció: -No ganó el 51 pero si su opuesto, la niña bonita, el 15- y yo rojo como el 13 del paño decidí retirarme hacia la sala de bingo, no sin poder evitar a Fede que me venía siguiendo como FBI a terrorista.
En la sala de bingo se ve que había un grupo de jubilados forrados en plata en la mesa donde me senté y ya que una de las abuelas ganó en la partida anterior nos regaló un billete a cada uno. En agradecimiento a las personas de la mesa entablé una conversación de café con ellos quienes fueron muy amables hasta que Fede les preguntó por Doña Betty, aunque lo curioso es que dos de las viejas se llamaban Betty y le dieron charla a Fede mientras que yo por debajo de la mesa escribí en mi teléfono un mensaje y se lo mostré a Fede: "No te alcanza con lo que ganaste que también vas con viejas para heredar robatumbas" y Fede me enchufó un pisotón (que yo tenía merecido) y en venganza le vacié una taza de café en la boca, y como Fede se estaba atragantando me besó delante del viejerío quienes con toda la emoción gritaron -Vivan los novios-. Lo bueno, nos regalaron 500 créditos a cada uno. Lo malo, no se podían cambiar por plata. Lo peor, toda la sala nos aplaudía. Lo apocalíptico, vino el personal del bingo a sacarnos fotos y a bendecirnos.
-Definitivamente esta noche soy un 4 de copas- le dije a Fede mientras íbamos a las mesas de blackjack. -¿No hay para jugar al truco acá? Y sin jardinera porque es de maricas- le preguntó Fede al encargado de la mesa. -Si lo apuesto a este insoportable califica como apuesta mínima supongo- le dije yo al encargado de la mesa mientras se moría de risa. Y tras muchos tira y afloja el resultado final de la noche era que yo me volvía con 300 pesos y Fede se volvía con 1536 pesos. Esta noche me odió sin duda, y para compensármelo Fede me llevo al restaurante del bingo a comer. Yo pedí un sandwich y un agua saborizada, algo dentro de todo normal, pero Fede le pidió una chocolatada a la moza. -Una porción de torta de chocolate quiso decir, perdónelo pero la falta de sueño lo esta dejando mas tarado que de costumbre- le dije a la moza. -Fede, no estamos en la casa de Román para que pidas eso.
Fue una noche hermosa excepto que eran las 12 del mediodía del sábado, volvimos en el 51 y el 74 hasta la casa pero Fede se durmió llegando a Danone, así que lo llevé de arrastro hasta la casa y la tragedia se asomó a la puerta. Dos amigos míos, Emanuel y Francisco me vieron con Fede y ahora están convencidos de que somos novios.
En estas vacaciones tampoco me salvo de sufrir la tortura longchampeña.
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Vacaciones en Longchamps 3
HumorPara viajar 3 veces al mismo lugar y con el mismo insoportable uno debe ser masoquista ¿verdad? Es probable pero como dice el refrán "La tercera es la vencida" además de que este va a ser un viaje invernal (infernal también)