Capítulo 3-Misión de incógnito

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Tras caer desmayados en la cama el sábado, nos despertamos el domingo al mediodía y prendimos la radio para escuchar a David y a Juan Carlos en su programa, fue una noche y mañana (ya que no pudimos parar el carro hasta el mediodía de ayer) inolvidable.

-Ale, vamos al asiático a ver que comemos, alistate que ya salimos- me dijo Fede después de darse cuenta que casi es la hora de comer. Y de salida nos volvemos a encontrar con Ema y Fran, y yo sorprendido les pregunto que hacen ahí (y de paso le di un tirón de oreja a Fede por no saludarlos)

-Yo estoy haciendo una pasantía en Danone por unos días- me contestó Ema -Y yo le estoy dando refugio en la casa de unos tíos donde vine a pasar la semana- me contesto Fran. Esto era lo único que me faltaba, que en estas vacaciones dos amigos míos nos anden vigilando porque creen que somos pareja. -¿Y hay algún puesto disponible para mi? si no los comprometo claro- se me ocurrió preguntar a lo que el otro salame salta diciendo esto: -Pero vos ya trabajás Ale, no cuentes plata delante de los pobres, piensen en mi que yo soy vecino de Longchamps y...- lo callé pero no con un beso, sino con un golpe.

-Ale, yo no te imaginaba golpeando a tu novio- tiró Fran. Ni un golpe ni un beso ni un millón de dolares para el emparejamiento vergonzoso del que soy víctima, ni con años de psicología voy a eliminar estos momentos espantosos de mi memoria. -Fede ¿vos estás bien? no me imaginé que Ale fuera un golpeador- tiró Ema. Tanto tiradero de frases me da ganas de tirarme adelante del 74, aunque claramente voy a tener tanta mala suerte de que se queda antes de cruzar la rotonda de Burzaco.

Para evitar mas situaciones espantosas agarro a Fede del brazo gritándole: -Si no movés las nalgas no comemos- y de ahí nos dirigimos al asiático. Lo único que faltaba en estas vacaciones era que tenga que navegar en modo de incógnito porque estos dos están en Longchamps y creen que me gusta Fede. -Mirá que sorpresa Ale, que vos tengas amiguitos acá también- me dijo Fede en el supermercado mientras que comprábamos cosas para hacer unos sandwiches por flojera y falta de tiempo, Fede es tarado a nivel competidor olímpico. -Fede, también los conocés así que son tus amigos también por lógica simple-

Volvimos a la casa y sintonizamos la radio, en eso suena un teléfono allá en la radio. Eran Ema y Fran siendo entrevistados por David y Juan Carlos, la mala suerte que tengo es porque en alguna vida anterior fui algún terrorista sin ninguna duda. -Saliendo de la planta nos encontramos con la pareja del invierno, Ale y Fede- dijo Ema a través del teléfono mientras daba detalles de la resaca lúdica que tuvimos el sábado.

-Fede dos cosas, la primera: ¿podrías prestarme el teléfono? y la segunda: ¿Longchamps es 011?- le dije ya que esto no se iba a quedar así. Tras contestarme "si a todo" llamé a la radio y me comuniqué con David y Juan Carlos. -Chicos que gusto hablar con ustedes tanto tiempo, quiero aclarar que estábamos volviendo del bingo y Fede no podía ni caminar del sueño...yo tampoco pero se entendió, Fede no es nada mío, solo un collar de melones de lo pesadilla que es- lo que desencadenó una risa en la radio.

Lo que comenzó como un malentendido se convirtió en una pelea mediática por una verdad que jamás existió, a lo que Fran acota por teléfono: -Pero acéptense y quiéranse mas ustedes dos que son la pareja mas feliz del invierno- y atrás se escucha a Fede gritando: -El teléfono no es un regalo Ale, que después la factura va a ser inflada como busto de vedette- mas risas se escucharon en la radio y yo colgando el teléfono.

-Fede, para tenerte de aliado en una pelea mediática prefiero tener una lechuga de aliada, no me defenderá pero al menos me da de comer en caso de emergencias- le dije después de la poca ayuda que me dió en la llamada telefónica. Tras eso me dirigí a la cocina y los veo, Ema Y Fran están temporalmente viviendo al lado de lo de Doña Betty y se ve todo desde la tremenda ventana de la cocina. En eso se acerca Fede y me dice: -Mirá Ale son tus amigos los de esta mañana, saludalos que están viendo para acá- y Fede se me tiró encima a abrazarme mientras yo lo corría con una espátula por toda la casa. Si para estos dos no soy un potencial homicida después de esto, entonces van a argumentar que hasta las mejores parejas se pelean.

Para sacarme un poco la bronca con Fede el me indemnizó con helado y Playstation 4 hasta la hora de la cena, donde decidimos hacer pizzas. Fui un buen amigo y lo ayudé (como pude ya que tengo de cocina lo que Fede tiene de inteligente) y nos salieron unas 6 pizzas, las que no se comieron a congelarse definitivamente. Nos quedaron unas pizzas riquísimas listas para cocinar. Fede se dispone a prender el horno y el horno le clava el visto, o mejor dicho el gas. No había gas en toda la casa, Solo a Metrogas se le ocurre dejarnos sin suministro en pleno invierno. El hambre avanzaba y la paciencia se agotaba.

Llamé a Kichi y le pregunté que podíamos hacer, y el nos sugirió de probar con algún horno eléctrico. No se si Longchamps es un agujero negro de las comunicaciones o si mi celular no tiene señal en ninguna parte, pero le entendí la mitad de las cosas tristemente. Finalmente tras mucho tira y afloja pudimos hacer intentos de pizza en el microondas aunque nos volvimos locos. Quedaron como chicles, pero de sabor estaban bien, con el condimento extra de Fede a las puteadas.

-Fede basta, mañana vamos a Metrogas y vemos que pasó- le dije para que no este infumable como mosquito sediento en banco de sangre. Y Fede se acostó y siguió molestando porque tenía frío, no me quedó mas opción que dormir con el a riesgo de que me ampute las piernas a patadas.

¿Es demasiado pedir morirme por congelamiento esta noche para no avergonzarme mañana?

Vacaciones en Longchamps 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora