Capítulo XVII

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Después de unos días en recuperación Stiles por fin pudo salir de la cama. Deaton estaba cada vez más preocupado por la extraña condición del castaño pues había detectado rastros de un veneno muy potente que lo tuvo que haber matado. Incluso sus heridas sanaron rápidamente como lo hacian las heridas de un hombre lobo. Derek había aparecido unos días después, pero nadie preguntó en dónde había estado pues el día que regresó apareció al lado de Jennifer. Todos suponían de que se trataba todo y prefierieron ocultarselo a Stiles al menos hasta que estuviera recuperado.

Derek no se había asomado siquiera a preguntar por el castaño y mucho menos visitarlo. Su orgullo era tan grande como para ir y pedirle perdón a Stiles. Sin embargo, había algo más grande que se lo impedía y eso era la culpa que sentía después de haberse acostado con la maestra. El castaño extrañaba demasiado al lobo e incluso lloraba por la noches imaginando que Derek estaba con él a su lado. Derek podía sentirlo, su lobo se removia de tristeza pues sabía que el castaño lo extrañaba tanto como él lo hacía.

- ¿Cómo estas Sti? - preguntó Erica entrando a la habitación.

- Para serte sincero no me siento del todo bien, pero me alegra que hayas vuelto. - Erica se había marchado un tiempo debido a que tenía algunos problemas que debía arreglar ella sola.

- También me alegro de verte, pero no imaginaba que ibas a envolverte en tantos problemas Stiles.

- Ya me conoces. - le sonrió el castaño mientras terminaba de atarse los zapatos.

- Sti hay algo que debo decirte.

- Lo siento Erica, pero ahora debo hablar con Derek. Debo arreglar las cosas con él. - Stiles salió de la habitación en la que Talia lo mantenía encerrado por orden del clan quienes consideraban trasladar a Stiles a otro lugar.

Bajó por las escaleras y se alegró al oír la voz de Derek que provenía de la cocina. Quería ir a abrazarlo y suplicarle que lo perdonara aunque el no tuviera la culpa. Sabía lo orgulloso que podía ser ese lobo amargado. Sin embargo, cuando entró se llevó una sorpresa demasiado desagradable. Derek se encontraba besando a su maestra de inglés. La besaba con tanta pasión justo como lo hacía con él. Eso rompió su corazón en mil pedazos.

- Stiles. - dijo Jennifer preocupada. Derek no volteó a verlo, no tenía el valor suficiente como para verlo llorar. La habia cagado en grande.

El chico no pudo soportarlo más y salió corriendo de la mansión pese a todos los gritos de la manada. Vio su jeep y corrió a subirse a él. Para su suerte Ray había olvidado las llaves en el auto. Arrancó y comenzó a conducir alejándose de todo. Las lágrimas llenaban sus ojos ojimiel y ni siquiera se fijaba hacia dónde iba. Condujó por toda la carretera hasta que una de las llantas de su jeep se pinchó y tuvo que detenerse. Estacionó el auto y se bajó para adentrarse en el bosque. Estaba lejos de casa, pero eso lo que quería en esos momentos. Se adentraba cada vez más entre los árboles hasta que no pudo más y se sentó en el suelo recostandose en un el tronco de un árbol caído.

- ¿Por qué tenías que hacerlo? - decía entre lágrimas. - Ni siquiera dejaste que te explicara. No lo amo a él, te amo a ti, pero eso no pareció importarte. - estaba inconsolable.

- ¡Stileeeessss! - escuchó que alguien decia animadamente.

-¿Matteo?

- Stiles. - el pequeño rizado lo abrazo, lo había extrañado. - ¿Por qué lloras?

- No es nada Matteo. - se limpió las lágrimas. - ¿Qué haces aquí?

- Papá me quería enseñar a usar mis sentidos de lobo, pero me estoy escondiendo de él. - el niño se reía imaginando a su padre asustado de no encontrarlo.

- No debes hacer eso Matteo. Tu padre debe estar buscandote muy preocupado. - algo comenzó a acercarse así que Stiles colocó a Matteo detrás de él para protegerlo. Era Carmine quien buscaba muy alterado a su hijo.

- ¿Stiles? - dijo extrañado de verlo. - Creí que Talia no te dejaba salir y
...-vio a su hijo escondido detrás del castaño. - Tú. - le dijo molesto.

- Hola papi. - respondió el niño.

- Tienes idea de lo mucho que te busque Matteo. - los ojos de Carmine se aguaron. Él realmente amaba a su hijo más que a nada en el mundo. - Creí que te había perdido.-Matteo corrió a abrazarlo.

- No llores papi, te prometo que no volveré a hacerlo. - su padre lo abrazo en ese momento. Matteo era lo único bueno que tenía en la vida. Stiles los veía tiernamente imaginando como hubiera sido su vida al lado de sus padres. No dudaba en lo mucho que ellos lo amaron pues Steve le contaba lo emocionados que estaban cuando supieron de su existencia. Hubiera deseado crecer al lado de ellos, pero no todo lo que deseamos puede hacerse realidad. Sin darse cuenta estaba llorando de nuevo. Al verlo padre e hijo se dirigieron a abrazarlo.

Era como ver a una familia demostrándose lo mucho que se amaban o al menos así lo percibió cierto lobo de ojos verdes que los observaba con recelo. Había perdido a Stiles a causa se su orgullo y no había marcha atrás.

Un príncipe peligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora