Capítulo 1

148 16 1
                                    

- ¿Sabes lo mucho que he esperado por esto? -

- sé que me he demorado en aclarar mis sentimientos por ti, pero hoy que los tengo claro... quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, te amo -

- y yo a ti, te amo...- se acercó para darle un beso.

A unos milímetros de distancia de los labios del contrario, se despertó de golpe, sudado, respirando agitado y con los ojos húmedos.

Miro todo a su alrededor, todo estaba oscuro aún. Tomo su móvil y miro la hora, apenas daban las cuatro de la madrugada, sus labios temblaron ligeramente. Se volvió a recostar  sobre su cama y abrazo la almohada dejando escapar lágrimas silenciosas.

Descargando un poco del dolor que sentía, recordando una y otra vez los días en que había sido inmensamente felíz y cruelmente hoy todo era tan distinto.

Nunca voy a poder olvidarte susurró a oscuras acompañado de un sollozo apenas audible en la habitación.

Los segundos se convirtieron en minutos y los minutos en horas hasta que la luz del sol se hacia visible por la ventana iluminando poco a poco la oscura habitación.

Sus ojos estaban hinchados y rojos, un ruido se hizo presente en toda la habitación, era la alarma. El rubio apago el aparato y se levantó lentamente de su cama dirigiéndose a la ventana, mirando la ciudad donde el ruido matutino empezaba y ya algunos salían de sus hogares para sus escuelas, Universidades y trabajos.

Suspiro pesadamente sintiendo un dolor en el pecho y un dolor en su garganta. Se dió media vuelta y se dirigió al aseo de su habitación, se quito su pijama y se metió al chorro de agua tibia, dejando que el agua se llevará sus penurias.

Luego de diez minutos salió con una toalla en su cintura y otra en su cabellos. Se quito el exceso se agua, cogió ropa de su armario y se vistió.

Una vez listo se miro por última vez en un espejo notando sus ojeras. Suspiro y se dispuso a salir de su habitación, pero alguien entro a la habitación corriendo.

- ¡papá, papá! - exclamó el pequeño rubio feliz.

- Genma - sonrió al fin, recibiendo al pequeño en brazos. La única razón por la que siguió adelante, por la que estudió y trabajo arduamente, la única razón por la cual vivir. Su motivación de cada día - que bueno que ya estés bien despierto -

- siii, además ya me bañe y vestí, tal y como me lo enseñaste - sonrió dulcemente.

- eres muy responsable, entonces... acompañame a prepararnos un delicioso desayuno - tomo a su niño en brazos saliendo de la habitación con rumbo a la cocina.

- también hice mis tareas - sonrió orgulloso de ser cumplido con todo lo que su padre le  había enseñado.

- me alegra mucho, eres un niño muy obediente y responsable. Te quiero mi niño - beso la cabecita del menor dejándolo en la silla del comedor.

- ¡y yo a ti papá! - exclamó antes de que el rubio se perdiera por la puerta de la cocina.

El rubio al oír aquello sonrió felíz, aquel pequeño era la muestra del amor que se tenían  él y su amada pareja.

Empezó  preparar el desayuno, huevos fritos, panes tostados y jugo de uvas. Una vez que todo estaba listo llevo los vasos con jugo y platillos a la pequeña cocina donde su pequeño esperaba pacientemente mientras movía ligeramente los pies en el aire.

- ¿estudiaste para tu examen de hoy? - cuestionó el mayor mientras daba una mordida al pan tostado.

- si, lo de la escuela estaba muy fácil - sonrió orgulloso - verás que aprobaré con la nota más alta, papá, te lo prometo. Ademas ya me aprendí todas las vocales y consonantes y los números del 1 al 1000 - sonrió felíz.

- ese es mi niño - sonrió orgulloso. A pesar de la edad de su pequeño era bastante inteligente, no dudaba que todo ese genio lo haya sacado de su madre y eso le alegraba.

.

Luego de un desayuno tranquilo, ambos se fueron a cepillar los dientes para luego salir listos de su pequeño apartamento con rumbo a la escuela de su pequeño para luego el mayor irse a la empresa donde trabajaba.

- ¡nos vemos papá! - exclamó el pequeño agitando su manito felíz mientras ingresaba a la escuela.

- no vemos mi niño - devolvió el gesto.

Después de despedirse de su pequeño niño se fue caminando a su trabajo, pues le quedaba a más o menos diez minutos de allí a pie. Sonrió melancólicame al recordar el sueño que está vez había tenido.

Al cabo de unos minutos ya estaba en la entrada del la empresa, no tenía un buen sueldo, pero necesitaba el dinero más que nunca ya que ese año su pequeño había logrado ingresar a una escuela con beca entera por su gran intelecto.

Subió los escalones del edificio hasta llegar a su piso siendo recibido por una peli castaña de nombre Tenten, secretaria del lugar.

- Naruto, llegas a tiempo, el jefe quiere verte - sonrió amable.

- hola Tenten, ya voy - devolvió el gesto.

- vi que estaba muy satisfecho por tu trabajo, es posible un aumento - ánimo al blondo.

- me vendría perfect- se calló al ver salir a una peli castaña de la oficina del jefe.

- oh, Naruto, ¿cómo has estado? - fingió amabilidad.

- Rin, estoy bien - respondió serio, la castaña era una competencia para él, pero no en lo intelectual ya que la joven era hueca, pero conseguía lo que quería acostándose con el jefe.

- me alegro... por cierto el jefe mando a decir que no es necesario que vayas - rió - nos vemos - se fue a su oficina.

- claro - respondió algo molesto, suspiro al saber que este año tampoco recibiría aumento o ascenso.

- lo siento Naruto - musitó Tenten, pues ambos sabían como era Rin, del porqué su sonrisa y más el hecho de que el jefe ya no lo buscará.

- será para la próxima - sonrió  forzoso y se fue hacia su oficina.

Suspiro frustrado, su niño pronto necesitaría  más material de estudio y en esa escuela de riquillos pedían muchos materiales bastante costosos, pues se supone que todos tienen los recursos necesarios.

Se sentó en su silla y empezó a realizar el trabajo que le dejo su jefe, lo que le molestaba es que le daba más trabajo que a Rin que estaba un rango mayor que él mismo y tenía mejor sueldo.

.
.
.

Nuestro Destino NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora