Capítulo 3

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Dreams.

Esa noche dormí horrible, tuve un sueño confuso y algo aterrador.

En mi sueño estaba con Conway, nos dimos un beso algo tierno y entonces sentí sus dientes morder mi boca con fuerza para luego tirar y arrancarme los labios, luego me miraba con esos ojos dulces mientras susurraba a mi oído que me amaba pero debía comer y qué mejor que yo. Estuve llorando durante un muy largo tiempo en el sueño, preguntando ¿Por qué?¿Acaso no me amas? ¿Esto es amor?, el dolor era tan real que me sentí morir por momentos hasta que sonó mi alarma para decirme que todo simplemente fue algo creado por mi mente.

-Este viejo ni en mis sueños me permite estar en paz con mis mierdas -susurre apagando la alarma para no despertar a mi Horacio, eran más o menos las seis de la mañana.

Debía levantarme tan temprano porque mi osito podía demorarse una o dos horas en el baño maquillándose o demás, entonces como buen hermano que no quiere problemas simplemente me despertaba dos horas antes para poder salir a dar una vuelta y arreglarme con calma.

Me metí a la ducha y estuve unos quince minutos lavando mi cuerpo, toque muchas veces mis labios para confirmar que solo fue un sueño. Cuando por fin termine salí y me vestí con algo cómodo, Horacio me molestaría si volvía a usar mi típica chaqueta roja con los pantalones de militar así que a regañadientes me puse algunas cosas que me compro mi hermano. Detestaba lo que traía puesto pero todo sea por hacer feliz a mi osito y tampoco es que me viera mal, llevaba una sudadera crop top de color negro con la palabra Baby en blanco, luego unos jeans negros un poco ajustados y unas zapatillas blancas con detalles en negro, Horacio tenía unos gustos peculiares pues más de una vez lavando la ropa me encontré con lencería que parecía femenina pero claramente estaba hecha para ser usada por un hombre.

-Horacio, las cosas que uso por tu culpa ... además por qué mierda tiene que decir "Baby", yo soy todo un puto Sugar daddy, pero sin dinero claro.- Suspiré pesadamente pues estaba hablando solo como un loco.

Luego de comer cereales con leche me fui a dar un pequeño paseo por una plaza que se encontraba por aquí, caminé lentamente hasta uno de los bancos para sentarme y tirar mi cabeza hacia atrás, me sentía sólo en ese lugar sin ruido pero tal vez eso era lo mejor... si estuviera sólo tal vez Horacio podría ser feliz, sin tener que soportar un puto caníbal a su lado, pues si descubrían que yo era caníbal y osito era consciente de esto él podría ir a la puta cárcel conmigo, claro que yo comúnmente no asesino a mis víctimas pues siempre alguno de mis amigos por un poco de sexo se dejan llevar y cuando se dan cuenta sus manos están manchadas por ese líquido granate que suelta el cuerpo. "¿Estamos bien?" pregunto esa horrible voz y yo me quede en silencio sin saber que decir, entonces él volvió a hablar en mi cabeza "¿Gustabo?" "Cállate" suplique. La voz se detuvo y me sentí en paz un momento, tomé mi teléfono y lo abrí para revisar si tenía algún mensaje y nada.

-Esta mierda está rara.- dije mordiendo mi labio con fuerza.

Había algo que no me cuadraba hoy, Segismundo y Trujillo no me hablaron para salir a vender, eso generó una inseguridad gigante en mí ¿Qué pasaba si ellos me delatan? Tener cómplices era una mierda difícil... Debía matar a Trujillo pero primero debía lograr que Horacio se olvidara de ese patético bastardo que sólo jugaba con mi hermanito.
Pasó una hora y sentí una mano tocar mi hombro, me giré para encontrarme con la dulce mirada de mi osito, me había venido a buscar porque no me encontró en casa y supo que seguramente me encontraba en este lugar.

-No debías venir a buscarme, ya me estaba por ir a casa. -

-Sabes que no me gusta cuando mientes, seguramente te habrías quedado aquí una hora más. -

Amantes Canibales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora