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No haremos tan dramático esto
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Los nervios recorrían su cuerpo, sus manos sudaban y no podía dejar de sentir ese nudo en la garganta, llevó su vista hacia el hombre de altura mucho más alta que su compañero a pesar de ser menor por años, él parecía muy enojado. China se mantenía en silencio con un aura de tranquilidad, sólo finge porque conocía esa forma de actuar como si nada pasara. Rusia ponía una mueca de molestia al cruzar miradas con Turquía, todo esto lo ocasionó ella (o quizás solamente lo piensa para culpar a alguien).

La puerta de la residencia se abrió dejando ver a Bolivia, éste los dejó pasar y les indicó que Argentina esperaba en la sala. Como era de esperarse el portador del sol estaba sentado y ni siquiera los vió a la cara, hizo unas señas para que tomaran asiento.

—Argentina—. trató de hablar el ruso pero fué interrumpido por el chistar del latino.

—Estoy tratando de no perder la compostura porque, número uno; estoy furioso y número dos; el quilombo los incluye a ustedes—. dijo con seriedad, podía notarse toda esa ira contenida y que estallará en algún momento. Tomó aire en un intento por calmarse y decir lo que tanto le molestaba de una forma tranquila, no quería discutir con nadie y tampoco agarrarse a las piñas. —Vamos a empezar con la pregunta más importante ¿Por qué mierda no me dijeron antes? Si sabían que era un cornudo y sabían con quién me pusieron los cuernos, por qué carajo no abrieron la puta boca ¡Para decirme que era cornudo, la reconchuda madre que los parió!—. dió un fuerte golpe contra la mesa ratonera y se levantó del sillón. —¡Me cago en la mierda! ¡¿Qué tengo un cartel en la cara que dice "Soy un boludo, gorrenme"?!—. China seguía sin mostrar expresión alguna, las palabras no salían de la boca de Rusia y Turquía no sabía qué decir o hacer. —¡Si sabían que me gorrearon, que me hicieron aca! ¡¿Por qué mierda no me dijeron?! ¡Quedé como un idiota en esa fiesta chota y ustedes sabían de la paparruchada del imbécil de Irlanda!—.

Los gritos llegaron hasta la cocina y segundo piso de la casa, Bolivia se mantenía abrazado a Chile y Venezuela trataba de no ir a esa sala. Paraguay lloraba de la rabia siendo consolada por Brasil y Uruguay, Ecuador temblaba entre los brazos de Colombia y Mercosur tomaba agua como si no hubiera un mañana.

—¡¿Por qué carajo esperaron para que me case y contar toda la mierda que me escondieron todos estos años?!—. agarró un florero y lo estampó contra la pared con todas sus fuerzas. Eso asustó a los países que se encontraban en la cocina y fueron de inmediato a ver. —¡Se quedan ahí! No quiero que nadie se acerque—.

—Marica, ¿qué mierda haces?—. preguntó Colombia poniendo detrás suyo a su hermano.

—A la cocina, el asunto no es con ustedes—. algunos notaron un gran cambio en los ojos del argentino, tenían un color azul oscuro y el sol de su bandera tenía un brillo bastante diferente a lo habitual. —¡Mercosur! Llevátelos a la cocina—. ordenó por lo que el antes mencionado les pidió que por favor regresen, Argentina sabe lo que hace (o eso quiere creer). —¿No piensan hablar?—.

Rusia suspiró para decir algo siendo nuevamente interrumpido por Turquía ésta vez, ella se levantó del sillón para estar más cerca del sudamericano, aunque él retrocedió.

—Argentina, escucha, no queríamos decirte porque sabíamos que te ibas a poner así—.

—No me salgás con boludeces, porque no perdían nada con decirme ése mismo día—. la mujer del medio oriente mordió su labio inferior buscando las palabras correctas, sin embargo China tomó las riendas de la conversación e intervino.

💬𝗪𝗵𝗮𝘁𝘀𝗔𝗽𝗽☁️ᶜʰ|ˢʰ|ᶜʰ|ᵒʰ|ᵖʰDonde viven las historias. Descúbrelo ahora