XVIII

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«Quizás tardé en encontrarte,
quizás no debí enamorarme;
pero, eso sería engañarme:
Eres lo mejor que pudo pasarme.»
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   Jungkook estaba preocupado.

   El cielo llevaba dos días oscuro, como los días que llevaba sin ver al príncipe por ningún lado.

---¿Tae? Está ocupado ---responde Jihyo con un puchero--- lleva días en su habitación... supuestamente; Jiminnie tampoco me quiere decir qué está haciendo pero dice que lo dejemos solo.

   El azabache imita el bulto de los labios de la otra, mirando a la hermana del príncipe.

---TaeTae se está estresando un poco con los problemas que están pasando ---explica, no siendo capaz de replicar a esos ojitos de bambi--- él...quizás, después de la coronación, se vuelva más débil.

   Y el bailarín no sabía si realmente quería escuchar lo siguiente que iba a decir.

[🎋]

   Tomó aire antes de abrir lentamente la puerta de la Biblioteca privada del mayor, entrando despacito, sin querer molestar.

   Se sorprendió poquito cuando vió al peligris sentado, con la espalda en la pared y la cabeza ladeada, apoyada en uno de los muebles mientras dormía tranquilamente con varios libros en el suelo y hojas sueltas en su regazo.

   Cerró la puerta de la manera más suave que pudo y se acercó, sentándose sobre sus rodillas enfrente del otro, examinándolo.

   Había unas pequeñas ojeras debajo de sus ojos cerrados, su pelo despeinado y la ropa mal colocada, sus labios resecos.

   Miró a su alrededor, percatándose de que habían algún que otro plato con restos de Kimchi.

   Su vista volvió a caer en el rostro del príncipe, específicamente, en los labios del otro.

   No lo pensó mucho cuando apoyó los suyos contra los del contrario, intentando no empujar mucho para no despertar al mayor del sueño.

   Era tan cálido. Se sentía tan cálido.

   Realmente tuvo que poner toda su fuerza de voluntad para separarse, aunque no pudo lograr su cometido ya que unos brazos rodearon si cintura y lo atrayeron más hacia el mayor justo cuando se iba a separar.

   Abrió los ojos y pudo ver el príncipe aún con los ojos cerrados, moviendo sus labios contra el bailarín mientras se inclinaba más hacia él, queriendo sentirlo más cerca.

   El azabache simplemente se dejó llevar.

   Pronto, la lengua pasó la frontera de los dientes, entrando de manera tímida a la cavidad bucal del otro, explorando y bailando entre ellas.

   Taehyung le dio igual sus sentimientos y la maldición, le dio igual las consecuencias que tendría que tener. Ya no quiere más prohibiciones.

   Estos días lo estuvo pensando y, definitivamente, iba a dejar de suprimir sus sentimientos; iba a dejar que un simple error de sus antepasados le condenase de por vida.

Prince Charming 一 KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora