La lluvia en tus ojos (Samaju)

Capítulo 8

La portada había salido a la luz hacía algo menos de una semana revolucionando por completo las redes sociales de los fans tanto de Flavio como de Samantha y sobre todo los de ambos. Me habría encantado compartir mi ilusión por la enorme aceptación que estaba teniendo mi diseño con la rubia, pero nuestro chat de whatsapp llevaba acumulando dobles ticks azules desde el día que Eva me ofreció trabajo. No llevaba especialmente bien el cambio radical que suponía pasar de ver a Samantha todos los días a no recibir ni un solo mensaje suyo, pero por suerte Hugo me iba actualizando de vez en cuando cómo estaba. Se me había pasado por la cabeza varias veces tratar de sonsacarle dónde vivía la rubia para arreglar de una vez lo que fuera que le pasaba conmigo cara a cara, pero había estado realmente ocupada. La salida de la portada al público había traído a muchos nuevos clientes que se nos acumulaban, y luego estaba el tema Eva. Tal y como me había dicho ella, lo suyo se trataba de un proyecto bastante ambicioso, así que me había tocado currar como una cabrona durante esas semanas. El hecho de estar trabajando para la del pelo castaño había estrechado un poco nuestra relación, evidentemente no pasaba ni la mitad del tiempo con ella del que pasaba con Samantha, pero se podría decir que éramos casi amigas, aun con sus incesantes intentos de coqueteo conmigo.

Las semanas fueron quemándose en el calendario y por fin llegó el día que todos estábamos esperando: el día del estreno del dúo. A las doce en punto, las plataformas ardieron repletas de comentarios sobre la canción. Evidentemente algunos negativos, pero la gran mayoría se trataba de gente tremendamente emocionada con el nuevo tema. Sin embargo esto no acababa aquí, el estreno digital era una cosa, pero es que además iba a ser tocado por primera vez en riguroso directo en el concierto de Flavio que era esa misma noche. Teóricamente era una sorpresa, pero una gran proporción del fandom de twitter ya se lo olía. 

Os preguntaréis cómo estaba yo tan puesta de repente en los temas de redes sociales. Pues ante la falta de interés de la rubia por hablar conmigo, decidí buscarme la vida para saber cómo iba el lanzamiento del single, y con buscarme la vida me refería a resucitar la cuenta de twitter que Javy me había obligado a crearme con fines profesionales y que llevaba muerta hasta ese momento. Al recibir todos los créditos por el diseño de la portada mi número de seguidores había aumentado notablemente y muchos de los fans de Samantha o Flavio venían a pedirme pistas sobre futuros proyectos de ambos. Evidentemente yo de Flavio no tenía ni idea y de Samantha más de lo mismo porque cuando seguía hablando con ella estaba muy centrada en el tema del dúo y no tenía más que un par de maquetas que no me había enseñado, pero me gustaba vacilar a la gente de las redes y de vez en cuando interactuaba un poco con ellos. Relacionarme con gente siempre me había resultado mucho más fácil a través de una pantalla. Y todo esto resultó en lo que Maialen llamó una pequeña "adicción" a twitter. Quizás tuviera razón, pero yo me lo pasaba muy bien.

Volviendo al tema del estreno en directo, la discográfica decidió invitarnos a Javy y a mí al concierto del Flavio como parte del equipo que habían ayudado a llevar a cabo el lanzamiento del single. Cada uno podíamos llevar a un invitado, así que él se trajo a su novia y yo a Maialen, que por suerte no trabajaba aquella noche. A pesar de que la sala era bastante grande, estaba a rebosar. Había escuchado que el chico tenía tirón, pero no sabía hasta qué punto. Estaba en un palco desde el que se veía el escenario perfectamente junto a Mai, Javy, su novia y más gente del equipo que no reconocía. Había buscado a Samantha con la mirada desde que había entrado al recinto, pero no se encontraba a mi vista. Me había respondido con un emoji de un corazón rojo al mensaje de felicitación que le había enviado por whatsapp tras la gran acogida del single. Ya era algo mejor que el doble tick azul, así que me aferraba a la esperanza de poder hablar con ella y solucionar las cosas a la salida del concierto. La idea de que me siguiera ignorando por mucho más tiempo me mataba por dentro.