10

154 13 5
                                    

La habitación se encontraba en silencio, tras el vidrio se encontraban dos personas quienes escuchaban atentos el relato del pelinegro siendo una de ellas quien más afectada se notaba viendo cómo el joven no parecía mejorar a pesar de los años. Él, sin embargo, ignoraba el hecho de que su hermana y uno de sus doctores habían escuchado aquello que le contó de manera confidencial a quien tenía en frente ,  estaba más interesado en  llevar un trozo de camembert a su boca observando como el rubio escribía en su libreta, aquella que todos tenían y anotaban sus progresos y sus retrocesos, rodó los ojos

-No me crees- afirmó mirando al ojiverde quien elevó la vista y le dio una sonrisa tranquilizadora

-No es que no te crea pero, me parece inverosímil creer que hay múltiples universos los cuales van siendo determinados por el cambio de pensamiento de cada individuo...estos tendrían que ser infinitos para cada persona en la tierra- explicó volviendo a anotar en su libreta

-Y así es- dijo Plagg- pero solo unos pocos somos capaces de recordar las múltiples realidades

-Y dices que en una de estas yo salgo con tu prima- leyó aquello que había anotado, pues gran parte de su historia rondaba aquella idea

-No en una, en la gran mayoría- reafirmó el chico

-¿Pero también soy un bastardo mujeriego?- preguntó alzando la ceja y observando la reacción del paciente

-Así es...estoy seguro que en algún momento se encontraran aqui tambien- Plagg fue interrumpido por una alarma que indicaba que el tiempo con su psiquiatra había acabado

-Bueno, creo que será hasta la próxima semana.- dijo el doctor parándose de su silla-  Me alegro que hayas decidido por fin hablar Philippe- estiró su mano para que el azabache la estrechara

-Me alegra que haya escuchado, aunque supongo que no creíste ni una sola palabra fue más de lo que han hecho los otros- Plagg suspiró y desvió la mirada a una esquina de la habitación- al menos me dejaste terminar con la historia

-No sería un buen doctor si no te dejara hablar

-Me alegra que lo hayan asignado a mi caso, a usted y a su compañero…- volvió a mirarlo- Gracias por volver a Francia doctor Agreste- Palgg le sonrió, estirando sus manos haciendo un gesto de tomar algo del suelo para luego retirarse por la puerta que daba hasta donde se encontraba la zona común de los pacientes.  El doctor Agreste mientras tanto tomaba su libreta en la cual había escrito todo aquello que considero interesante en la historia del pelinegro. Cuando regresó de Londres no pensó que le tocará hacerse cargo de un caso tan interesante como el de Philippe, un chico que desde su infancia había sido internado por episodios de delirio y principio de esquizofrenia, todo desencadenado por la muerte de un pequeño gato y el intento de sus padres de reemplazarlo con otra mascota. El ojiverde observó la puerta por donde había salido el paciente, encontraba que la forma en la que habían tratado su caso había sido negligente pues comenzaron a medicarlo antes siquiera de obtener un diagnóstico certero, pero él había llegado hasta ese centro para lograr mejorar aquello. La historia que escuchó era bastante fantástica pero a la vez habían detalles de su propia vida que el paciente  no tenía cómo saber, pero culpaba a Nino por ello, pues él había hablado con Plagg días antes de su propia evaluación profesional y como conocía a su amigo no le extrañaria que se le hubiera escapado ciertos detalles personales que el paciente pudo haber tomado para su historia. Dejo salir un suspiro antes de dirigirse a la salida y encontrarse con su compañero, el doctor Lahiffe

-¿Cual es su opinión doctor?- pregunto la pelirroja al ver al doctor Agreste ingresar por la puerta

-No es como otros pacientes con estos episodios, no es violento ni cree estar viviendo en alguna de esas realidades, es consciente de que todo lo que hablo no ha ocurrido. Honestamente si lo escuchara hablar en cualquier otra situación apostaria de que es una persona cuerda

En tus sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora