Sólo un paso | FlipDid

O11.

Capítulo 11:

❛ Restablecer lo perdido.
 

— No puedo creerlo.

Escucha una voz retumbar en su cabeza cual eco. Su contraparte habló y solamente para recordarle lo que ese día sucedió en el edificio, y no se trataba de cualquiera, ¡era donde trabaja o trabajaba su amado! Estaba preocupado, creía que tras aquel escándalo que fue hacer sin pensarlo dos veces arruinaría la carrera periodística que Splendid sacó adelante con tanto esfuerzo. Si arruinaba el trabajo ajeno solo por decirles al resto cuánto le quería y extrañaba, daba por hecho de que había cavado su propia tumba.

Se sentía idiota. Ese día había canalizado a la perfección de lo que harían e incluso tenían una respuesta automática de Splendid en cuanto los girasoles llegarán a las manos foráneas, pero no pudo aguantarse. Realmente deseaba verlo, así que sin darse cuenta ya estaba en el cuarto piso del edificio tanteando una de las tantas cosillas que el héroe tenía en su escritorio, y le emocionó muchísimo observar que aún conservaba la sortija que le dió antes de aquel catastrófico día negro. Estaba escondido entre las hojas, eso era triste.

Observó y acarició el anillo que tenía entre sus dedos. Dios, aún recordaba el rostro de emoción y de alegría plena cuando le regaló el objeto redondeado como una muestra de que le quería, quizás de una manera más íntima. Si así fue, ¿entonces qué sucedió consigo ese día? ¿por qué fue tan ofensivo? De verdad tenía miedo, pero eso no justificaba aquel trato.

¿Qué más podía hacer? ¿Hacer las pases? Aquello sonaba razonable, y no como a un final en el que Splendid tuviera que respirar hondo para calmarse, porque ya le había hecho pasar varias escenas bochornosas y la que sucedió hace unas horas solo sumaba a aquel cúmulo.

Besarlo.

¿Besarlo? No, eso era demasiado riesgoso y peligroso, podría alejar al chico mucho más de lo que ya estaba e incluso que se sintiera tan incómodo que decidiera finalizar ese vínculo extraño que tenían; ¿pero, y si besarlo era lo que realmente quería Splendid? ¿Él estaría mejor? ¿Podrían estar juntos después de eso? ¿Por qué no intentarlo? Si llegase a morir ese día, al menos lo haría feliz porque le besó, pero triste porque ya no habría nada más entre ellos y aquella sería la última vez en la que habría un contacto íntimo.

— No, estoy pensando con la cabeza caliente, así nada se solucionará. — se frotó el rostro con frustración y desgano. Estaba cansado.

Nunca pensó sentirse así por alguien, un sentimiento tan fuerte que lo mantenía en una pequeña nube o en momentos eternos en el infierno ardiendo por el sufrimiento de no poder estar con Splendid. La situación cada vez más sobresalía de sus manos y era demasiado difícil buscar un alivio para eso e incluso estaba seguro de que ahora Splendid debería estar detestandolo y tirando a la basura los recuerdos que aún tenía de él -porque los tenía- Quizá ya debía asumir que Splendid y él jamás podrían estar juntos, que en el peor de los casos un idiota estaba intentando conquistarlo o ya estaba enamorado de alguien. No, imposible, ya se lo habría dicho.

Había pasado alrededor de una semana sin saber absolutamente nada del peli azúl, y aunque se propuso olvidarlo y evitar pensar tanto en él, le estaba costando como no tenía idea, ¡ni siquiera se atrevía a guardar los regalos de él! Seguramente el héroe ya se había desecho de toda clase de artefacto. Realmente creyó que ese momento en el que la pasión los envolvió por unos segundos habría una oportunidad más, pero no, se sintió ilusionado. No podía soportar aquella escena reproduciéndose una y otra vez en su cabeza.

¡Se quería morir! ¿Habría alguna manera en la que, mediante formas científicas, quitárselo de la cabeza y borrar sus recuerdos?

Era momento de olvidarse de Splendid, era la única forma para quitarse aquel sufrimiento.