OO3.

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Capítulo 3:

Gustar.

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      Volvió a despertar sobresaltado por el grito que había espetado él al encontrarse en aquella situación tan embarazosa y extraña.

— ¡Q-Qué hago aquí! — observó como tomaba una sabana y la cubría contra su cuerpo para evitar que éste le viera.

Se quedó mudo, sin palabras de las cuales puedan satisfacerle de su respuesta.

— ¡No es lo que piensas! — bien hecho, la típica frase de cuando es algo evidentemente verdadero. Splendid le miro nervioso para luego buscar su ropa por la habitación.

¿Y ropa, dónde esta? cuando pudo divisar su ropa –de la cual se encontraba en el suelo– la recogió enseguida aún con la sabana cubriéndole su cuerpo. Ahora necesitaba cambiarse, pero con Flippy en la habitación no podía hacerlo; ¿en donde se encontraba?

— ¿Quieres que salga? — le miró espantado como su hubiera visto al fantasma mismo, prefirió calmarse.

— Primero ¿dónde estoy? — era una pregunta bastante obvia, aunque claro, Splendid parecía no recordar el lugar del cual alguna vez estuvo.

— En mí casa — solo eso basto para que Splendid saliera de la habitación sin decir nada; cabe decir que durante esa pregunta no lo miro más y, al igual que, ni siquiera le volvió a dirigir la palabra.

Se sentó en la cama desorientado, ¿qué había pasado exactamente anoche? No recordaba, y más haber visto las marcas rojizas que el azulado traía en su cuello, ¿por las tiene y quién se las hizo? ¡Agh, que dilema!

Prosiguió a sacar un pie de la cama y sentarse por completo, llevo ambas manos a su cien para sobarla y reflexionar un poco, aunque la resaca no ayudaba mucho. Observo al suelo donde se ubica su ropa y una parte de ropa de Splendid, olvidada.

— Debería llevársela. Ahora esta más molesto conmigo, aunque. . . En realidad no lo sé si lo esta, ¿debería estarlo? — agarró la ropa de Splendid y se preparo para llevarle la prenda olvidada.

Al bajar, Splendid no se encontraba en ninguna parte y eso significaba una cosa: Llevarle la prenda olvidada a su casa. Con respecto a la reciente idea quizás podía establar "alguna" conversación con el peli-azul, aunque lo dudaba.

Lo elevó un poco para oler, exhalar aquel olor del azulado que estaba impreganado en ésta. Olía bien, no podía descifrar muy bien a que, es como lavanda, chocolate. . . ¡Ah, sin duda el mejor chocolate del mundo!

Deja de excitartese burlo Fliqpy. El que se suponía ser racional y más cuerdo rodo los ojos para luego darle un doblaje a la ropa y dejarla con delicadeza sobre el sillón.

Mordió su labio inferior, necesitaba ir a dejársela ahora. Sí, sí. Sonrió a sus adentros y lo pensó.

Si lo vas hacer, hazlo de una jodida veznada más de rodeos, se lo iría a dejar ya.

Sólo un paso | FlipDidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora