III

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Kai reposaba en su banca escolar con sus piernas largas estiradas en el escritorio de su pupitre, mientras lamia una paleta, y su mirada se perdía en el cielo despejado que su asiento le permitía ver, aun pensaba en como hacer sufrir a ese enano, que osó el haberle negado su ayuda.
-Oppa....te he estado buscando- dijo una chica con voz melosa desde la puerta.
Kim clavo sus ojos en la joven y sonrió con algo de coquetería dejando atrás sus pensamientos.
-No busques más nena- respondió con el mismo sentimiento.
-Oppa te necesito....- contesto la castaña dejando entrar su cuerpo al aula vacía cerrando con seguro detrás de ella.

No era sorpresa que el hijo menor de los hermanos Kim tuviera sexo en una de las escuelas de la familia, era algo que al menos una vez a la semana sucedía, pero, lo que ya no era normal para el chico Kim, era pensar en algo mas que sexo con una chica en específico.
¿Y quien es la afortunada?, se estarán preguntando, y pues esa misma que frente a el dejaba deslizar su falda y saco escolar de manera erótica, Jennie, le llamaban, una chica delgada, agraciada, de carácter, coqueta y por supuesto una chica importante, pues teniendo en cuenta que era hija menor de la famosa cadena  de cosméticos, COSMETIC BLINK, pues la hacia una de las mujeres codiciadas a su temprana edad.

Jennie era una chica bastante perseverante y caprichosa, Gracias a ello la llevo, a esa nueva adicción y capricho que tenía nombre y apellido.

-No hables mas amor....aqui estoy- susurro kim dando un Perfecto enceste al bote de basura cuando lanzo su paleta y se acercaba a la chica, este no lo dudo, sentó a la mujer en la banca de algún compañero cuando estuvo a centímetros de ella y comenzó atacar sus labios de manera necesitada, balanceando su mano derecha por los pechos de la mujer, mientras la otra la sujetaba de la cintura con firmeza.

El aire paso a segundo plano cuando el moreno la besaba de aquella manera, bajo sus pantalones y con un miembro semi erecto se adentro en la cavidad de la chica sacandole un gemido.
Era nula las palabras entre ellos, solo gemidos y súplicas por parte de la castaña eran constantes, ese momento solo los envolvía a ambos, que dejaron de escuchar otra cosa que no fuera esos gemidos, suspiros y el morboso chocar de pieles.

Kyungsoo llevaba bastante tiempo, negándose a una cita con Jonghyun, un chico sumamente guapo, amable, caballero, y casi un príncipe azul sacado de alguna película Disney, como Felipe, o Erick, y no mal entiendan, el chico Do, le encantaba ese muchacho de aura angelical, de hecho, desde que eran amigos e iban a clases de piano juntos, eran el típico amor platónico de amigos, tenía suerte decía el azabache, cada vez que Jonghyun se aparecía, pues este tenía tantas cualidades, y tantos pretendientes que el haberse fijado en un chico bajito, gruñon, testarudo y sobre todo, como lo catalogaban feo, era algo que le sorprendía y se sentía dichoso, pero también estaba esa contraparte que más pesaba, pues a Soo le aterraba no ser lo que otro le gustaría por ese "carácter agrio", como le dijo aquella gitana a inicios de clases, pues al menos la fealdad se arregla con dinero, decía.

-Vamos Soosie, un juego solo uno- volvió a suplicar.
-Hyung.... concéntrate-.
Si, efectivamente otro detalle era que el chico de cabellera rubia era tres años mayor.
-Lo hago en lo que me importa y veme aquí...- contesto de manera dulce, con esa sonrisa tan tierna y risueña que sacaba mas de un suspiró- solo una ronda Soosie, vamos a comer y a las ocho en punto te dejo en casa- propuso el chico observando al menor que se habia detenido a centímetros de la puerta con la mirada atónita hacia la sala.
-Aaagh....-
Un gemido lo dijo todo, Jonghyun miró hacia dentro y casi al instante cerro la puerta trasera del aula, el color en las mejillas del contrario se tornaban rojizas, aún los gemidos se escuchaban.
-Am...Qui....-
Do nego sonrojado para que no continuará hablando, Jonghyun asintio y armandose de valor, tomo de la mano del bajito y se llevo al muchacho hacia la sala de música, sabía perfectamente que Soo nunca había tenido novio, y mucho menos había tenido sexo, hablar de esos temas lo hacían volverse como un niño pequeño, algo contrastante con su carácter regular.

I'm a game?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora