9. El mapa (de 10:00 a.m. a 11:00 a .m)

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10:00 A.M. Puerto de Cartagena.

Daban las diez en punto cuando el barco llegaba, por fin, al puerto y todo el grupo bajó del buque. Los pasajeros del crucero, indignados, en tierra, por lo que acababa de suceder, se quejaban. La policía había acordonado la zona, pero Javi y Sergio se acercaron a explicarles que estaba todo en orden y solucionado. Tras la breve charla con los agentes de la policía Javi continuaba con el comunicador pegado a la oreja. Todos estaban preocupados por lo que hubiera podido pasar en la sede de la asociación.

—¿Qué ha pasado?— preguntó Javi.

—La sirena esa nos dijo—explicaba Rafa— que sabía dónde teníamos que llevar el sello, o sea, quiero decir la estela. La teníamos guardada a buen recaudo, pero de repente la sirena nos atacó.

Javi, Sergio y Marta encabezaron el grupo, que caminó hacia los aparcamientos, donde estaban aparcados los dos coches en los que habían llegado al puerto.

—Continúa, Rafa—le pidió Javi.

—Silvia pareció darse cuenta de lo que pretendía, así que se interpuso entre la estela y ella. Pero no pudo hacer absolutamente nada. De un manotazo la sirena lanzó por la ventana a Silvia y cogió la estela. Lucas, Irene y yo tratamos de detenerla, pero nos superó fácilmente. Héctor y Juanjo fueron los siguientes que sufrieron su enfado. Entonces Silvia entró de un ágil salto por la ventana y se encaró con ella. Hubo un intercambio de golpes entre las dos.

El grupo ya había llegado a los coches. Rafa seguía hablando.

—Cuando quise darme cuenta ya era tarde. La sirena abrió la boca y a juzgar por la situación emitió algún tipo de sonido ultrasónico, porque ninguno de nosotros pudimos oír absolutamente nada. Pero al parecer sí, porque se llevó las manos a los oídos instintivamente y cayó al suelo sin sentido. No sé si está muerta o sólo inconsciente, pero no tiene buena pinta.

—No creo que esté muerta—dijo Natalia—, pero no sé cuándo se recuperará.

—Vamos para allá, Rafa—intervino Sergio—. ¿Hay algo más?

—Sí, antes de que la sirena se fuera con la estela—dijo entonces Héctor— logré quitarle un plano que tenía guardado. Estaba demasiado absorta en la pelea con Silvia y ni se enteró.

—¿Qué tipo de plano?—preguntó Sergio.

—Es un plano de Cartagena, según parece. Hay varios puntos marcados con una X en el trayecto marcado en rojo a lo largo y ancho del plano—dijo Héctor, mirando el mapa atentamente.

—Muy típico de nosotros, ese plan—dijo Mikhail, al que nadie había visto ni oído desde que Rafa llamara hasta ese momento.

Todos se volvieron al vampiro ruso.

—Sí, eso mismo lo hicimos nosotros en los países en los que estuvimos reclutando neófitos. Una ruta marcada en rojo en un mapa del país; punto de inicio y punto de llegada; varios puntos marcados con una X donde nos detendríamos. Sólo que ahora es Cartagena. En realidad nuestro plan fue el mismo, pero sin rutas señaladas. Apostaría a que el punto de inicio es el puerto y el punto final es el lugar al que los Vicuña han traído el sello desde su querida Cantabria...—explicó Mikhail.

ADICT II: TornadoWhere stories live. Discover now