6.- Malentendidos por todos lados

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Bakugou no sabía como actuar, su cabeza era un enredo.

¿Y por qué era eso? Porque el maldito de Todoroki aparecía en todas partes, y no hablaba solo literalmente.

Desde el incidente que habían tenido en el patio de competición, no sólo fue invadido por una serie de imagen repetitiva de aquel momento, en especial, la parte del fuego, el descontrol de poder y el traje rasgado. Por una parte se sentía como el pervertido de Mineta, solo que a diferencia del enano morado, no era él quién deseaba pensar en ese tipo de cosas, era su cabeza que no dejaba de olvidarlo, o al menos, eso era lo que quería creer. Bakugou creía que podía ser la culpa, por técnicamente había visto algo que no debía ver. Accidente o no, aquello había pasado y nada cambiaba eso.

Además, otro cambio que había percibido en él era la sensación consciencia, que cada vez que la bicolor estaba cerca, estaba consciente de ello. No lo entendía, era como si no importaba que tan distraído estaba, volteaba la cabeza y ahí estaba, Todoroki. La bicolor aparecía mágicamente entrando por el salón, atrás suyo, o incluso en el pizarrón resolviendo un problema. Y sí, sabía que se la iba a cruzar al ser compañeros de clase, pero de cierta forma, lo sentía diferente.

Había intentado despejar su mente haciendo una variedad de cosas: cocinando en la noche, viendo las películas aburridas que le recomendaba Kirishima, leyendo manga, pero por más que lo hacía, nada funcionaba. Parecía que cuánto más quería olvidar algo— en este caso, alguien—, la vida, su memoria, cabeza o lo que sea, se lo recordaba.

Seguía sintiéndose extraño, de una forma que él no podía explicar.

Bakugou al inicio estaba dispuesto a hacer todo de sí para ignorar esta situación, actuando como si en verdad nada pasara, esperando que en un maldito momento su puto cerebro se lo creyera, pero, el día en que perdió el sueño por este problema, su poca paciencia se hizo añicos. No sabía muy bien cómo, pero había llegado a la conclusión de que si hablaba con la usuaria dual otra vez, quizá se resolvería lo que sea que le estaba pasando. Bakugou solo tenía que volver haberla, todo había iniciado después de un encuentro, así que... ¿por qué no podía terminar también de uno? Después de todo, ninguno de los dos dijo algo o se vieron desde lo que pasó.

Bakugou no pensó en nada mejor que una disculpa, a pesar de que estaba un poco reacio al principio, era la única forma de librarse de ese sentimiento extraño de ¿culpa?, que lo están acechando. Había visto algo que no debía ver, algo que no debió pasar, que había tomado de forma inesperada a ambos, lo que sea, pero no quería que esto se extendiera más. Si solo tenía que disculparse para tranquilizar su mente y dejar de sentirse extraño, lo iba a hacer, no le importaba ni siquiera que fuese Todoroki. Mandaría su maldito orgullo a la mierda si es que eso significaba quitarse a la usuaria dual de la cabeza.

Sin embargo, una vez decidió hacerlo, se percató que disculparse era más difícil de lo que pensaba, y no sabía si era simplemente mala suerte o porque era Todoroki la persona con quién se quería disculpar.

En cada oportunidad que él rubio tenía, siempre parecía suceder algo. Cuando las clases acababan y Bakugou quería acercarse a su pupitre con cautela, ya no la encontraba. Y cuando miraba la puerta del salón de clases, ya era demasiado tarde, pues en el momento en el que la bicolor pasaba al corredor, se perdía por completo entre la multitud de estudiantes.

Su segundo intento fue la hora del almuerzo, no obstante, una vez al pensarlo mejor, terminó por descartarlo de ser una posible oportunidad. No quería que los cotillas de sus amigos escucharan su disculpa, menos el grupo de ñoños con los que paraba Todoroki—en especial, el estúpido de Deku—, por lo que decidió pensar en otra alternativa. Bakugou quería que solo estuvieran ellos dos solos, así que en vez de esperar una oportunidad, quizá debía confrontarla directamente, no creyó mejor lugar que la habitación de la ahora chica. Allí nadie podría oír nada y ella no tendría oportunidad de escapar de su disculpa. Además, si alguien le preguntaba que hacía allí, diría que sólo se equivocó de piso. Sin embargo, una vez estuvo frente a su puerta y la tocó, nadie respondió. No importó que tan fuerte golpeara, parecía que nadie estaba dispuesto a abrir. Bakugou tuvo la ligera sospechosa que quizá lo estaba ignorando, sin embargo al no escuchar ningún ruido tras la puerta y el hecho que Todoroki parecía quedarse como tronco en cualquier lugar cuando tenía sueño, le hizo eliminar tal pensamiento.

El cambio radical de Todoroki Shoto [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora