𝟘𝟚

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–Así que un guardia personal– comenta Kaminari mientras rebusca entre el gran armario de Kirishima.

–Y que guardia.. ¡Deberías verlo!– exclama en un tono soñador el pelirrojo mientras se deja caer sobre la gran cama matrimonial, deshaciéndola por completo para recibir una queja de Sero.

–¡Eijirō, acababa de hacer la cama!– grita con tono cansado el pelinegro desde el sillón en el que está sentado, en la esquina de la habitación.

El cuarto otorgado al ex-príncipe Kirishima es exageradamente grande, aunque sin llegar al extremo de los dormitorios de los príncipes o de los reyes. Las paredes pintadas de suaves tonos grises para que, con la entrada de la luz por los dos grandes ventanales, se vea mucho más luminosa. La cama de tamaño matrimonial y colchas rojas se encuentra exactamente en el centro de la habitación, con los cojines de tonos negros y blancos colocados perfectamente— al menos hasta que el pelirrojo se tiró sobre esta, dejándola hecha un desastre—. En la habitación también tiene un caballete que le regaló el príncipe Shoto a los trece años, cuando comenzó a mostrar interés por la pintura, situado al lado de uno de los ventanales para poder retratar los agradables paisajes que de vez en cuando es capaz de ver desde su cuarto. También posee un sillón próximo al otro ventanal y otro en la esquina de la habitación, en el cual se encuentra reposando Sero. Los armarios, por su parte, de suaves tonos caoba se encuentran repletos de lujosas prendas que al ex-príncipe se le antojan excesivas, prefiriendo mil veces antes las ropas de los criados a las propias. En su propia habitación también posee otra puerta de madera que da a su baño privado, en el cual pasa grandes cantidades de tiempo debido a la maravillosa bañera de grandes dimensiones que ahí se encuentra.

–Perdón– se disculpa ligeramente sonrojado mientras se incorpora de manera suave, quedando apoyado en sus antebrazos– Es la emoción.

–Vaya, si el príncipe te viera ahora estallaría en celos– bromea el rubio sacando un traje para verlo mejor, decidiendo si es una buena opción o no– ¿Qué te parece?

Kirishima dirige su mirada a la prenda de color crema con una camisa blanca. Niega con la cabeza, realmente odia todo lo elegante.

–Odio los trajes– comenta en tono cansado– Y Shoto no tiene que ponerse celoso, sólo he dicho que es atractivo. A lo mejor es un desagradable o un amargado, quién sabe.

–¡Conociéndote te daría igual!– suelta el pelinegro levantándose de su lugar con intención de ayudar al otro joven con la selección– Dirías algo estilo "Ay, es tan varonil".

–Bien que os metéis conmigo cuando no hay nadie más delante eh..

–Bro, es que cuando estamos solos no hay nadie amenazándome de muerte a la más mínima falta de respeto– responde Denki sacando otro traje, el cual muestra a Sero en busca de su aprobación– ¿Y este?

–Tampoco– niega otra vez sin ni siquiera detenerse a observar el traje.

–Eijirō, algo te tienes que poner para el baile– contesta Sero quitándole al rubio la prenda de las manos– Así que te pones este.

–¿Mi opinión no cuenta?– pregunta en un fingido tono triste haciendo un pequeño puchero que parece calar en los otros dos.

–¡No!– gritan ambos criados a la vez entre risas.

Así, entre empujones y algún que otro insulto consiguen meter a Eijirō en el traje azul seleccionado, el cual se ciñe perfectamente al hermoso cuerpo del chico y lo hace ver como un verdadero miembro de la familia real —lo cual realmente es, aunque no de la de ese reino—. Tanto Sero como Kaminari lo hacen girar sobre sí mismo para poder ver mejor el resultado, asombrándose por la gran elección que han hecho y dedicándole unos pulgares hacia arriba en señal de aprobación.

El príncipe [Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora