SE QUEDÓ frente al espejo viéndose detenidamente, la verdad hubiera querido tanto tener un lindo rostro, con menos lunares esparcidos y unos ojos más oscuros, o tal vez un rostro que no sea redondo que a veces le hacia ver rellenita.
Soltó un suspiro y con el rostro triste, salió de su habitación.
Se acercó a ayudar a aoi para tender la ropa, y aunque no era buena en eso, ella ya no quería ser una carga más.
—kokoro-san —llamó Kanao y ella volteó a verla— ¿Estás ocupada?
—Ya voy a acabar de tender —contestó tomando un poco de ropa entre sus manos— ¿Necesitas que te ayude?
Negó con la cabeza con una leve sonrisa, y Yoshida ladeó la cabeza sin entender mucho.
—Te buscan —señaló detrás suyo y ella se dio cuenta que estaba el trío de amigos saludándola.
Y una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de la peli-rosada.
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Zenitsu de nuevo estuvo haciéndole preguntas con un gran sonrojo en sus mejillas.
—¿Estás soltera? —preguntó por quinta vez.
—Zenitsu, Kokoro está incómoda— contestó Tanjiro al ver el rostro de la interrogada.
Nezuko entró a la habitación y corrió para abrazar a la chica que se sorprendió a tal punto de casi desmayarse.
—¡Nezuko-chan! —chilló el rubio.
Cuando la chica demonio la soltó después de un gran abrazo, corrió donde Tanjiro por el miedo.
—Kotoro, ¿qué te sucede? —preguntó el de máscara de jabalí que estaba al costado de su amigo.
—M-me tomó por sorpresa— respondió aún con nervios.
Tanjiro solo dio palmaditas suaves en su cabeza, a los ojos de él era muy tierna.
—Oh, tus ojos son curiosos— los señaló y sus mejillas se encendieron a un color rojo.
—Son lindos —comentó el rubio— ¡Pero no tanto como los de Nezuko-chan! —chilló tratando de llamar la atención de la kamado menor.
—¡Zenitsu! —le reprochó el mayor.
Yoshida solo sonrió y asintió ante lo que había dicho el de haori amarillo, dándole la razón.
—No se por qué le dan importancia a sus ojos —comentó mientras se quitaba su máscara— Los míos también son extraños y curiosos.
Tanjiro también se unió, diciendo que sus ojos eran muy comunes.
Y ella, solo empezó a asentir con algo de timidez por todo lo que hacían para que no se sienta mal ante las palabras sin malas intenciones de Agatsuma.
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—¡Tienes un gran talento! —exclamaron los amigos de Kamado al ver como dibujaba.
Él había llamado a todos los que se encontraban en la finca para que vayan a ver lo hermoso que dibujaba Yoshida, y ella, se encontraba muy nerviosa.
Pero, internamente muy feliz y agradecida con aquel chico que la miraba con una sonrisa y el pulgar arriba.
[★] Mira a tu alrededor, hay mucha gente que siempre te va a apoyar.
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