Era algo muy importante para de puntas rojizas, apoyo, esa palabra había tomado más intensidad al tratar de valorarse como persona.
A veces se deprimía por cosas mínimas, pensando aún que era dos pies izquierdos y que no tenía un talento para nada.
Pero, no podía dejar que esos negativos pensamientos la invadan por completo, no otra vez.
Aunque no era buena en algunas cosas —según ella— trataba de darle todo el apoyo a alguien quien siempre admiró demasiado, Tanjiro. Estaba decidida a ser un día como él, bueno, no exactamente, a su manera, en cierta perspectiva.
Acomodó su flequillo rosa que no dejaba ver del todo como el trío entrenaba duro para poder mejorarse. Y, sus mejillas se encendieron, al cruzar miradas con el peli-rojo.
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Tanjiro trataba todo lo posible por dar apoyo a la joven, ¡Lo necesitaba! Sabía que había veces que se deprimía y él no quería eso por nada del mundo.
Se sentó en aquella cama que quedaba al costado de su amigo con haori amarillo, que estaba mirando asqueado el vaso de medicina que tenía que tomar.
—Tanjiro, que suerte tienes —comentó sin gritar, algo neutral.
—¿Por no tomar la medicina? —preguntó volteando a verlo.
—No, por Kokoro-chan, ella es muy linda y solo para apegada a ti –confesó matando con la mirada al vaso.
Ante eso el de arete solo pudo quedarse con las cejas alzadas ante la sorpresa, no sabía si decir que era cierto.
Pero, antes de dormir, se quedó con la idea en la mente.
—Buenos días, Tanjiro-San —saludó la de mechones moradas al ver al joven en la sala de entrenamiento.
A su costado, apareció Kokoro, nerviosa entrando a su costado, pues no se acostumbraba a entrar sola por vergüenza.
Él al instante pensó que Zenitsu tenía una idea equivocada, eso lo ponía triste de cierta manera, la de ojos oscuros consideraba a Shinobu como una hermana mayor y a ella se apegaba más.
La joven, con lentitud, se acercó a él y se sentó de rodillas a su costado.
—B-Buenos días —balbuceó agachando su mirada, él contrario no pudo evitar sonreír.
—Buenos días, Kokoro.
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De impulso tomó el brazo del más cercano ante lo que hacia Inosuke.
—¡Inosuke, detente! ¡La estas asustando! —Le reprochó y Zenitsu solo estaba en un rincón porque, él también estaba asustado.
—¡El gran Inosuke se siente mejor! —gritó— ¡Hay que pelear!
—¡POR SUPUESTO QUE NO! —chilló con lágrimas en sus ojos el rubio.
Yoshida trató de controlar su respiración por lo asustada que estaba, ya estaba viendo su futuro enterrada.
Llevó su mirada a su mano que tomaba con nervios el brazo de tanjiro, haciendo que ahogue un chillido y se aleje de él lo más pronto posible con el rostro ardiendo.
—¡P-Perdón, Tanjiro-san! —exclamó llevando sus manos a su rostro para tapar su vergonzosa cara.
Él contrario solo le dijo que no le restara importancia, mientras estaba alerta a los movimientos de su amigo con máscara de jabalí.
—Tanjiro tiene mucha suerte —susurró el cazador de haori amarillo viendo la escena de ellos dos.
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