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De todas las desgracias que pudo creer que le ocurrirían, nunca pensó en que esa sería la peor o mejor dicho, Kim Taehyung nunca creyó que ésta desgracia fuera posible de ocurrir.

—Levántate HanSung, tenemos muchas cosas que hacer hoy —Una molesta voz llegó a sus oídos y él simplemente se dio cuenta que todo lo que estaba viviendo era real.

Taehyung abrió los ojos al escuchar ese nombre con el cuál se referían a él. Estiró los brazos un poco limitándose ya que tenía una cadena en su muñeca, la cuál le habían puesto asegurándose que no se escapara como las anteriores cuatro veces. Claro, él a estas alturas lo veía totalmente innecesario porque se rindió a intentar escapar de allí.

Llevaba cuatro días en ese lugar, en ese tiempo se dio cuenta que quizá era inútil el intentar escapar. Cómo si de una película se tratase; aparentemente él había viajado a alguna otra época, más en específico la feudal. ¿Cómo? Taehyung no tenía idea de como sucedió; sin embargo había llegado a esa conclusión cuando escuchó hablar sobre guerras, las mismas que Namjoon le contaba como si fueran simples leyendas. Ahora él estaba presenciando una de ellas con todo detalle.

Suspiró resignado levantándose observando como uno de los tipos le desencadenaba; Taehyung, odiaba al chico con la misma cara de Minho, para él no era más que un chico que quería a todas las chicas a su alrededor. Claro, quizá también lo odiaba por haberle puesto esa estúpida cadena en su muñeca.

De ahí estaba otro chico del cual su nombre le era tan relevante como la cagada de una vaca y no tenía idea de quien era; pero se parecía a un amigo suyo llamado SeoJoon. Claramente solo en la apariencia.

Comenzó a sobar su muñeca la cual sentía enrojecida, adolorida y algo dormida. Siguiendo al chico con la cara de Minho comenzó con las actividades del día; aunque casi siempre se saltaba aquellas clases prácticas donde solían pelear cuerpo a cuerpo o usar espadas. A él no le gustaba nada ese estilo de vida.

Tomó un poco de aire antes de amarrar su largo cabello en una coleta, le estaba costando demasiado acostumbrarse a él e inclusive había pensado en cortarlo, pero después analizó que a él no le gustaría que le hicieran lo mismo, entonces se detuvo a hacerlo.

Una vez fuera de aquella habitación, observaba el lugar, él cual le parecía bastante hermoso para ser una simple escuela donde entrenaban guerreros. También había escuchado por ahí algo llamado "El rey sin rostro", claro que Taehyung en un inicio pensó en una persona que le habían arrancado la cara o cosas peores, pero no, después comprendió que le habían puesto ese nombre ya que nadie lo había visto alguna vez y aparentemente estaba oculto.

«Vaya mierda» pensó Taehyung al notar lo complicada que era la situación en aquel lugar, claro que él preferiría mil veces dar un concierto de diez horas sin parar a tener que descubrir el misterio de porqué un niñato no quería que nadie lo viera.

Llegó en menos de lo que esperó a ese "salón de clase", dónde parecían darles charlas sobre la guerra y si no trataban sobre eso, tampoco era como si Taehyung pusiera mucha atención en realidad.

Solía perderse en sus pensamientos, le gustaba creer que el día de mañana despertaría de un coma y Jungkook le iba abrazar diciéndole que estaba demasiado preocupado, seguido de ello le gustaba creer que se iba a recuperar de ese accidente y volvería a practicar para su comeback o les ayudaría a los chicos de Tomorrow x Together en lo que pudiera.

Claro, le encantaba pensar en todas esas cosas y no que estaba en otra época, escuchando cosas absurdas sobre una guerra junto a un montón de neandertales y que uno de ellos le había encadenado para que no huyera. Suspiró más fuerte de lo que creyó llamando la atención del chico delante de él, era el mismo que se encontraba en la enfermería junto a aquella chica cuando despertó en aquel lugar.

¿Han...Tae? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora